Cuando niño, Karl Haucke fue abusado durante años por un sacerdote. Ahora, el estudio prometido y largamente esperado para esclarecer los hechos se mantiene en secreto. Una vez más, Haucke se siente usado.
Karl Haucke se encuentra en la orilla del Rin y mira la Catedral de Colonia. Su fe en la Iglesia la perdió hace mucho, dice. La historia de Haucke comienza a principios de la década de 1960 en un internado en Bonn, la antigua capital de Alemania occidental, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia. Entre los once y los quince años, es abusado por un sacerdote, al menos una vez por semana.
Pero ese abuso sexual no era todo. Haucke era obligado a confesar él mismo los hechos. “Íbamos a confesarnos todas las semanas.
Y la confesión incluye el arrepentimiento. Dependiendo del ánimo del abusador, la penitencia podía consistir en tener que ir a verlo nuevamente o en que él anunciara: ‘Pasaré esta noche o mañana por tu cama, en el dormitorio’. Y todo comenzaba de nuevo.”
En ese momento, Haucke no podía confiarse a nadie o entender realmente lo que estaba enfrentando. Aún no sabía que muchos de sus compañeros estaban sufriendo lo mismo.
“Todos no teníamos palabras para lo que estaba sucediendo allí. No sabíamos nombrarlo, y tampoco sabíamos nombrar lo que eso significaba. A eso se suma que no somos padecíamos el dolor, sino también sentíamos muy claramente la humillación, el estar siendo usados", cuenta Karl Haucke.
Como adulto, durante mucho tiempo no pudo recordar lo que sucedió en ese entonces. Se volvió adicto al trabajo. Trabajaba hasta 14 horas al día sin saber qué lo impulsaba. Las palpitaciones y otros síntomas se han convertido desde hace mucho tiempo en compañeros constantes.
Entonces, de repente, todo despierta en Haucke. Fue en 2010, cuando salió a la luz el mayor escándalo de abusos en la historia de la Iglesia en Alemania. Un gran número de casos de abusos en instituciones eclesiásticas quedaron expuestos como una avalancha.
"La conexión entre los trastornos de salud actuales y las experiencias de ese entonces aún no estaba clara para mí. Pero recordé muchas cosas nuevamente. Entonces, solo tomó un año y medio para que el alma dijera: 'No quiero tener nada más que ver con eso.'"A la edad de 61 años, Karl Haucke intentó quitarse la vida.
Pero sobrevivió y comenzó una terapia. "Ya no quería ser una víctima, quería abordar de manera constructiva el problema del abuso infantil", dice.
Esperanza de aclaración
Hace dos años, cuando el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Colonia, anunció una investigación exhaustiva e independiente sobre los casos de abuso sexual en su diócesis, Karl Haucke y otras víctimas sintieron esperanza. Esperanza de que finalmente se mencionen nombres y la Iglesia asuma su responsabilidad.
El internado donde Haucke fue abusado pertenece a la diócesis de Colonia. Él y otros afectados son nombrados para el Consejo Asesor. Haucke se convierte en su portavoz. Cuando habló con DW por primera vez, era marzo de 2020 y la publicación de la investigación anunciada por Woelki era inminente.
"Exijo que cualquiera que, como jefe de personal, vicario general u obispo, haya transferido a un perpetrador sin restringir su actividad, ya no pueda ser obispo, vicario general o gerente de personal. Y espero, por supuesto, en este caso, que estas faltas sean reveladas por el estudio", declaró Haucke en ese momento.
Pero el estudio no revela nada, pues Woelki y su arzobispado lo retienen hasta el día de hoy. En una reunión no programada a finales de octubre, explicaron a los afectados que el estudio no era "jurídicamente seguro" y contenía "condenas previas inadmisibles".
Tras varias horas repletas de explicaciones legales, se preguntó a los afectados individualmente si ellos también estaban en contra de la publicación de la investigación. Los afectados, finalmente, aceptaron mantener el estudio bajo llave.
Karl Haucke está indignado por este procedimiento. Está seguro de que todo fue deliberado. Él y otros afectados abandonaron el Consejo Asesor en señal de protesta. "Se nos necesitaba como símbolo de la corrección de esta decisión, de la supresión de resultados", opina Haucke.
Retraumatización de las víctimas
Este punto de vista también es apoyado por abogados canónicos como Thomas Schüller: "Soy un abogado canónico. Solo tengo que ver con los asuntos oscuros y espantosos de la Iglesia. Pero es difícil superar la desfachatez, las maquinaciones oscuras, con que ha actuado aquí la Arquidiócesis de Colonia", asegura. Y se habrá que podérselos demostrar y se les podrá demostrar”, dice convencido Schüller.
Karl Haucke se siente retraumatizado, y ha vuelto a sentir viejos síntomas ya conocidos: "Los afectados fueron utilizados nuevamente.
Personas que ya habían sido dañadas por clérigos fueron dañadas nuevamente, todo para proteger la institución. Cuando finalmente entendí lo que estaba pasando, inmediatamente recordé lo que sucedió entonces", dice Haucke.
Karl Hauke sigue sin poder pasar página: "No pude saldar cuentas con mi agresor porque murió en los años 80. Pero por la asunción pública de responsabilidad por parte de la institución que alentó a este perpetrador, que lo observó y le ofreció estructuras para hacer posibles todos estos crímenes, por esa aún estoy esperando.
Aún sigo intentando saldar cuentas con esa institución.”
La diócesis de Aquisgrán demostró recientemente que el esclarecimiento puede funcionar. El mismo bufete de abogados que se encargó del estudio de la Arquidiócesis de Colonia publicó recientemente un dictamen sobre casos de abuso en Aquisgrán.
La Arquidiócesis de Colonia anuncia que ahora habrá una investigación completamente nueva.
https://www.dw.com/es/alemania-iglesia-de-colonia-se-niega-a-revelar-estudio-sobre-abusos/a-55713920