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Nicaragua es el único país de Centroamérica con su pueblo caminando despreocupado, yendo al trabajo o a los parques o a donde quiera.
El gobierno de Nicaragua nunca obligó a su población a cuarentenas, ni a confinamientos, y sin embargo este país es el que mejores resultados ha obtenido en su estrategia para enfrentar la enfermedad del Covid-19.
Nuestros hospitales nunca colapsaron ni estuvieron al borde del colapso, como ha ocurrido con el resto de Centroamérica.
Somos un país con un gobierno responsable, que sabe cómo cuidar a sus ciudadanos, que planifica sus pasos con autonomía y de acuerdo a su particular realidad, un gobierno visionario y previsorio que aún cuando vive asediado, injuriado, presionado, empobrecido por conflictos impulsados por EEUU, no se arrastra a protocolos de comerciantes de la salud léase OMS.
¿Por qué - pregúntese - la OMS no dijo hace cuatro meses que vacunarse contra la gripe era bueno para fortalecer la inmunidad ante la pandemia?.
¿Por qué lo dice hoy después que las personas han muerto por cientos de miles alrededor del mundo?
Qué bueno que nuestro gobierno vacunó a la mayoría de su población entre abril y mayo. Fue una decisión propia, responsable y de respeto a su pueblo. Con esa medida redujo en gran medida el efecto dañino del coronavirus.
Los medios pueden callar cuanto quieran esta verdad o pueden inventar la que más les guste, pueden seguir mintiendo, pero la realidad visible es la que todo el mundo puede ver en las calles, en los mercados y en cada sitio de nuestra adorada patria: confianza, tranquilidad y la gente moviéndose con normalidad.
Seg6un Google, entre julio y agosto, éramos el país con una disminución de movilidad de apenas el 7% y en cambio el resto de países centroamericanos se mantenían encerrados entre un 32% y un 49%. Y eso fue en el período de julio a agosto: hoy, en septiembre, toda Nicaragua está en movimiento, y somos el único país de la región que lo hace.
Nuestro gobierno fue previsorio, con una previsión que no es nueva, que no comienza con la pandemia, sino que es experiencia acumulada por más de 10 años de trabajo con su modelo comunitario de salud pública, que fue adaptada a las condiciones que exigía la pandemia, usada como un escudo protector para defender a la población.
Los nicaragüenses nunca dejamos de trabajar, nunca nos encerramos, pues detrás estaba nuestro gobierno dirigiendo responsablemente las acciones con firmeza, apoyado por: el heróico sistema público de salud, las diferentes brigadas comunitarias y un pueblo que, igual que su gobierno, jamás se sometió a los chantajes de vendepatrias que con fake news, y mentiras intentaban conseguir el encierro de la población y la consiguiente desesperación por hambre, para impulsar la sublevación, que les permitiera lograr el ansiado golpe que han pretendido desde 2018. Pero ya sabemos: no pudieron, ni podrán.
¡Bendita sea mi tierra linda, Nicaragua!
