Sobreproducción de coca en Colombia y caída en ventas obliga a organizaciones a movilizar y embodegar miles de kilos en suelo tico
Redacción. ¿Creyó que la pandemia mundial detuvo el contrabando de drogas? Aunque la venta de cocaína y otras drogas disminuyó por los confinamientos obligatorios en muchos países, la producción y el trasiego nunca se detuvo.
Los grupos narcotraficantes más bien aprovecharon el momento de la pandemia para aumentar sus envíos de Colombia a Centroamérica, principalmente a Costa Rica.
«Podemos tener aquí en Costa Rica unos 30 mil kilos de cocaína embodegados, listos para enviarlos a Europa y Estados Unidos. Estamos repletos de droga porque los carteles nunca se detuvieron y más bien experimentaron una sobreproducción de drogas».
«Toda esa cocaína tenían que sacarla de Colombia y hoy está ingresando por el mar a Costa Rica. Alguna está en la zona sur, otra en el Valle Central y otra lista para ser embarcada al Viejo Continente», explicó una fuente policial que combate el narcotráfico.
Las investigaciones que realizan diferentes cuerpos policiales nacionales e internacionales en suelo tico han determinado, además, una preocupante complicidad por parte de cuerpos élites de las autoridades con las bandas criminales.
Esa relación ha facilitado el ingreso de drogas a Costa Rica por el Océano Pacífico. Miles de kilos salen de las costas de Colombia en lanchas rápidas y la capacidad del combustible les permite llegar hasta sectores costarricenses como Osa, Golfito y Quepos.
«Toda esa droga llega por mar. Bajan los cargamentos en playas o desembocaduras de ríos e inmediatamente la embodegan. Esperan que se «enfríe» un poco y después la comienzan a mover a otros lugares para finalmente ocultarla en cargas de exportación», revela la fuente.
A raíz de esta situación es que las autoridades han logrado ejecutar varios decomisos importantes de cocaína, muchos de ellos en terminales marítimas.
Solo en Limón, se lograron decomisar en la terminal de contenedores de APM Terminals, casi siete toneladas de coca que serían enviadas a países como Holanda. Otros cargamentos iban hacia El Salvador camuflada en sal.
«Es tanta la droga que hay en estos momentos en Costa Rica que comenzaremos a ver grandes movimientos. Es imposible detectar todos, pero se trabaja para lograr asestar golpes importantes».
«Así como está saliendo la coca, entran los miles de dólares. Por un lado sale la droga y por otro entran los millonarios pagos. Actualmente, el precio de la droga aumentó. En Colombia un kilo de cocaína ya está costando $500 (casi ¢290 mil) y en el mercado Europeo ese mismo kilo llega a costar 20 veces más», añadió la fuente policial.
Otros cargamentos ingresan vía área y para ello usan pequeñas avionetas que aterrizan en pistas clandestinas en la zona sur del país o en Guanacaste. Algunas de ellas han sufrido percances aéreos y por ello se conoce de sus operaciones ilícitas.
Las autoridades presumen que ese aumento en los cargamentos de drogas de Colombia a Costa Rica se mantendrá. Mucha de esa droga se quedará en el país como método de pago y será usada para abastecer el mercado nacional.
Costa Rica se convirtió desde años atrás en un punto crucial para los carteles mexicanos y colombianos. Es aquí donde se transan muchas de las negociaciones entre estos grupos criminales.