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Compartimos un artículo escrito por Pablo Cáceres, titulado «Hubo que negociar». A continuación se presenta el texto original:
Los excombatientes de la Resistencia Nicaragüense, desmovilizados y desarmados en número de 22.500[1] pudieron observar como sus líderes durante la contienda armada, recibían del gobierno de la Sra. Chamorro, viviendas, fincas, vehículos y hasta dinero en efectivo en moneda extranjera[2] y ellos estaban esperando las promesas ofrecidas en los llamados Polos de Desarrollo, que en algunos de los casos eran de acuerdo al registro público de la propiedad inmueble “Propiedad Privada”.
Después de tres días de trabajo y bajo presión de mostrar resultados al mundo, los presidentes de Centroamérica firmaron en agosto de 1989, el acuerdo de Tela que en su parte medular subraya que:
“Que es necesario cumplir los pasos acordados en Esquipulas II para conseguir una paz firme y duradera, así como hacer efectivo el cumplimiento de los compromisos adquiridos por los Presidentes en las Declaraciones y Acuerdos que sucesivamente se han realizado en Alajuela y Costa del Sol”.
Sin embargo con una correlación de fuerzas “favorable al ejército de Nicaragua[3]” se logró firmar en Sapoa Nicaragua un acuerdo definitivo el 25 de abril, en las negociaciones se estableció que los desmovilizados se concentrarían en 9 polos de desarrollo con un área de 8.000 kilómetros cuadrados de extensión, en los que en algunos eran habitados por campesinos cooperativas y hasta empresas del estado.
A ello se les llamó Polos de Desarrollo y se les prometió a los que ingresaran en ellos entre varias cosas, seguridad física, tierras y financiamiento para que iniciaran sus actividades productivas insertándose a la sociedad, esto se concebía como una solución a las históricas demandas[4] de tierra productiva de parte de los desarmados, se entendía por Polos de Desarrollo, a una “unidad de producción definida para beneficio de los miembros de la comunidad y del país que sirva como centro de servicios y de desarrollo de la región adyacente, por medio de proyectos individuales y colectivos.[5]”
Estos deberían tener, de acuerdo al documento que los define, área municipal; escuelas, bodegas, servicios de agua potable, luz eléctrica, hospitales, calles, caminos, áreas de vivienda para los pobladores del polo, parcelas de propiedad privada para cultivos y ganadería de subsistencia, un área comunal y un área de proyectos para beneficio de todos los miembros de la comunidad[6].
Se estableció una corriente migratoria interna sin precedentes en el país, los desarmados y sus familiares superaron la planificación que se había hecho, lo que demostró la poca información que se tenía sobre el fenómeno y que pudiera prever lo que sucedería, ante tal situación se manejaban las preocupaciones sobre la capacidad del nuevo gobierno para atender las necesidades de los desarmados, en específico, las demandas de tierra y financiamiento.
Esta situación también se presentaba con los afectados por el conflicto bélico, los desmovilizados del Ejército Popular Sandinista (EPS) y del Ministerio del Interior (MINT), y también con los repatriados y los desplazados.
Así mismo se manejaba que el gobierno de Chamorro no tenía voluntad política para cumplir los acuerdos suscritos, y las promesas de ayuda de parte gobierno norteamericano no se visibilizaba, lo que hacía mucho más difícil la situación para el nuevo gobierno.
Al año de haberse desarrollado el desarme y la fundación de los polos de desarrollo solamente se había recibido 15 000 manzanas de tierra de las 75 fincas[7] ubicadas en varios municipios de Chontales, departamento de la V y VI región donde se desarrolló la última etapa de la guerra.
Este 20% de la demanda pactada confirmaba que los Polos de Desarrollo solamente existían en el documento que los creaba y no se asemejaba a la realidad lo que abrió un complejo y difícil conflicto entre los desmovilizados de la Resistencia Nicaragüense y del Ejército Popular Sandinista y los desmovilizados, con ello se generaba un capitulo nuevo de convulsión social y los desmovilizados del Ejercito Popular Sandinista.
Desmovilizados de la Resistencia Nicaragüense, por un lado y los desmovilizados del Ejército Sandinista,
LA PUBLICITADA PACIFICACIÓN HACE AGUAS
El gobierno se había comprometido a iniciar al menor tiempo posible, 4 polos de desarrollo, El Almendro, Rio Blanco, Yolaina en la zona de rio coco, ninguno de ellos fueron equipados tal y como se había prometido, y cuando las promesas no se cristalizaban ocurrió otro movimiento migratorio, pero este hacia las zonas originales de residencia de los desarmados, algunos tomaban rumbo a la montaña a buscar como insertarse o trabajar como jornaleros en fincas privadas.
Ambos sectores compartían la misma decepción y el sentimiento de haber sido engañados por los funcionarios del nuevo gobierno, se inició entonces el rearme delos miembros dela Resistencia Nicaragüense.
A ese fenómeno se les llamo “RECONTRA[8]” y como una medida de seguridad también lo hicieron los miembros desmovilizados del Ejército, a ellos se les lamo RECOMPAS[9].
Se fue gestando un nuevo estallido social aunque compartían la conciencia que los intereses y demandas eran los mismos el cumplimiento ante el engaño que habían sido objeto, ya para el 15 de julio de 1990, en una evaluación que se hizo entre los protagonistas principales (Ejercito, Gobierno, Resistencia y algunos delegados de organismos internacionales) se llegó a la conclusión que solamente se había cumplido con el retiro de los miembros dela Resistencia Nicaragüense de sus zonas de operaciones pero el resto de promesas continuaba esperando condiciones para su ejecución.
Solamente se entregado tierras[10] a 10. 493 combatientes (370.912 manzanas) lo que representaba el 46.64% de los 22 500 combatientes certificados por la CIAV OEA.
Esa evaluación mostraba una realidad que poco a poco los desarmados se daban cuanta, “El nuevo gobierno no representaba sus intereses” las políticas sociales que se prometió nunca llegarían a beneficiar a quienes las necesitaban, hubo intentos de prescindir los derechos sociales que la revolución había promulgado para la mayoría de los nicaragüenses, en la Reforma Agraria por ejemplo, se acordó con los banqueros no aprobar préstamos a las cooperativas con títulos del gobierno anterior, eso colocaba a los campesinos ante una situación de vender sus tierras por no tener financiamiento para la siembre, y como potenciales compradores a los personeros de nuevo gobierno o sus allegados a quienes representaban.
La pacificación por la vía del desarme y la cooptación de los comandantes dirigentes resulto un espejismo, se adjudicaron tierras[11] sin la existencia de una estrategia productiva integral caminaba rumbo al montaje de la contra reforma agraria[12].
El resto de las estrategias económicas del nuevo gobierno[13] estimulo una recesión[14], un aumento del desempleo, baja del crédito y una disminución del circulante, esto también dejaba sin sustento efectivo el dinero que se necesitaba para el cumplimiento de los acuerdos suscritos, que permitirían la reinserción social a los excombatientes de ambos bandos.
No mucho tiempo después, el panorama político se complicaba, 600.000 personas afectadas por el conflicto bélico en proceso de reinserción requerían de las acciones del Estado, entre ellos se contaban con 71 refugiados de Costa Rica y Honduras, que habían acogido las ofertas de repatriación del nuevo gobierno, 22,500 desmovilizados de la Resistencia que entregaron sus armas proceso de desarme, que además incluían a sus familiares sumado esto a los desplazados internos y los 5, 100 miembros del Ministerio del Interior, ante la incapacidad de responder de manera efectiva a la presión social que se ejercía en esos territorios la Sra. Chamorro y su asesor principal Antonio Lacayo[15] optaron por la política del “avestruz”, invisibilizar a las instituciones del estado en dichos territorios, y esto tuvo como efecto colateral, la incapacidad de abordar los problemas generados por el desarme.
Poco a poco y presionados por la asfixiante situación y frustración por el engaño, los conflictos armados[16] fueron ocurriendo convirtiéndose en un círculo de violencia, en octubre del 1990, un numero de ex combatientes de la resistencia[17] se toma Waslala[18], dando inicio a lo que se conocería después como RECONTRA, se calcula que de acuerdo a fuentes periodísticas que aproximadamente 1,000 personas murieron en las acciones armadas en un numero aproximadamente a las 750 que ocurrieron posteriormente.
Combatientes con responsabilidades intermedias durante el conflicto, presionados por los “comandos[19]” se alzaban en armas exigiendo el cumplimiento de las promesas suscritas para la entrega de las armas.
Algunos de ellos como “Los tigrillos[20]” otros conocidos como “Cinco Pinos[21], “Rojito[22]” “Bolívar” organizaron la FUERZA DEMOCRATICA DE SALVACION NACIONAL, FDSN que fue identificada como la primera agrupación contra revolucionaria en rearmarse exigiendo el cumplimiento de los acuerdos, posteriormente aparecieron otros grupos como el “Frente Norte 380 y otros de manera individual pero con las mismas exigencias. Como “El Chacal[23],” “Northiel” y otros.
Posteriormente surgió potro grupo de rearmados a los que llamaron REVUELTOS[24], en sus filas habían ex contras y ex sandinistas, sin importar las diferencias de origen estaban conscientes que vivían las mismas situaciones, el abandono de parte del Estado y las promesas incumplidas, “Entre los grupos Revueltos sobresalen: el Frente Nacional Campesino[25], Las Fuerzas Armadas Populares[26] El Frente Norte Prudencio Serrano[27].
En la Costa Caribe, la situación se presentó de la misma manera, con sus particularidades especiales, los grupos armados ligados a la Resistencia Nicaragüense y que gozaba con relativa autonomía también se insertaron al proceso de desarme y negociaron acuerdos específicos, sus principales líderes Brooklyn Rivera, Stedman Fagot y Osorno Coleman, hicieron negociaciones con funcionarios del nuevo gobierno y obtuvieron beneficios similares al resto de los desmovilizados del pacifico, que en la mayoría de los casos nunca fueron entregados, tierras, viviendas, vehículos, y artículos para pesca (Pangas y trasmallos) así como financiamiento bancario para la producción, que en la mayoría de los casos nunca llegaron a las manos de los combatientes.
De igual manera apareció un grupo muy particular que se le conoció como “Frente Norte Nora Astorga”, les llamaron “Las Noras” este típico grupo estaba formado por mujeres retiradas de las fuerzas armadas Sandinistas y finalmente el “Movimiento Cívico Campesino” que junto a “Las Noras” tomaron Ocotal el 7 de mayo de 1992.
En todos los casos, sus demandas eran de carácter social (Tierras), económico (Financiamiento bancario para producir), político.[28] (Espacios de participación, facilidades para organizarse en instituciones políticas.)
Se debe reconocer un fenómeno que se reprodujo en casi todos ellos, el discurso público justificando los motivos de su alzamiento era eminentemente político, incluso algunos exigían la reducción del Ejercito y el retiro de su comandante en jefe, el comandante de la revolución Humberto Ortega S. pero después de una negociación con los funcionarios del Gobierno se acordaba la entrega de cantidades de dinero[29] propiedades productivas, viviendas, vehículos y hasta armas personales.
Básicamente las exigencias de los RECONTRAS, coincidían con las promesas públicas de la candidata de los norteamericanos, Violeta Barrios de Chamorro.
El retiro de los oficiales del Ejército Popular Sandinista (EPS).
El licenciamiento de los miembros del Ministerio de Interior (MINT).
Entrega de tierras rurales, para los ex combatientes.
Este escenario, el desarme, la reducción del Ejército Sandinista, y del Ministerio del Interior, suponía de manera equivocada para los funcionarios del nuevo gobierno, un flujo de cantidades de dólares con los que financiarían el “cumplimiento” de los compromisos, pero el “premio por el desarme logrado” nunca llegó, la crisis económica posterior en que se vio inserto el gobierno, coloco a los desarmados y desmovilizados en una lamentable situación peor que en las condiciones en que habían navegado en los años de la guerra durante los años 80.
Con la existencia de dos grupos rearmados en el norte del país se vivía una situación de guerra, el MADNA[30] o conocidos como RECOMPAS, y los RECONTRAS, se posicionaron de amplios territorios que controlaban y amenazaban con el enfrentamiento bélico.
El problema era tan grave que en el seno del Ejército se organizó una brigada compuesta por miembros del ejército y desmovilizados de la Resistencia Nicaragüense cuyo objetivo era desarmar a las fuerzas en conflicto. Paradójicamente la BED[31] desarmo más excombatientes que los que habían participado y desarmado en el proceso para la EX Resistencia, entre ellos el FN 380[32].
Aproximadamente 100.000 armas[33] de guerra fueron recuperados por esta brigada en los primeros años del gobierno de doña Violeta de Chamorro.
De acuerdo a la investigadora Verónica Rueda E[34] “El primer grupo consignado como RECOMPAS se auto nombró Movimiento Armado Revolucionario “Danto 91”, sus demandas eran impedir la devolución de propiedades agraria a ex funcionarios de Somoza y combatir a la Recontra en defensa dela población civil”, después cambiaron su nombre a Movimiento de Autodefensa Nacional en Armas” cuya consigna era “La reinserción no es dinero, es trabajo”.
Otro grupo organizado de RECOMPAS fue el llamado “Columna Pedro Altamirano”, este inició sus acciones en las Segovias, Matagalpa y Jinotega, El “Frente Occidental Rigoberto López Pérez[35]”, en León, el “Frente Armado Popular” el “Frente Central Iván Montenegro Báez[36]” y el “Frente Punitivo de Izquierda[37]”.
Antonio Lacayo caracterizado como el hombre detrás del poder y yerno de Violeta Chamorro, afirmó que: “5.354 oficiales retirados del Ejercito se unirán al ejército de desempleados” mientras que Camilo Tercios jefe público del Frente Unido Andrés Castro.
Afirmó que: “hay mucha división y resentimiento en la institución armada, el gobierno tampoco nos ha cumplido ahora estamos sin trabajo, sin vivienda y sin poder ofrecerles a nuestras familias una vida digna y una educación a nuestros hijos”.
Con los desarmados de la Resistencia Nicaragüense y los licenciados del Ejército Sandinista rearmándose, con un gabinete incapaz de interpretar la situación explosiva que estaban delineando y con políticas públicas que beneficiaban a las aristocracias y capitales que regresaban al país en busca de recuperar lo invertido durante la guerra a los Sandinistas……
YA SE RESPIRABA EL CONFLICTO.
[1] De acuerdo a cifras de la CIAV OEA.
[2] Dólares americanos.
[3] General Humberto Ortega.
[4] Aspecto fundamental que genero su integración al conflicto armado.
[5] Porque se armaron los rearmados. Revista Envió.
[6] Ibíd.
[7] Acción Cívica de la Resistencia Nicaraguense.
[8] Miembros dela Resistencia Nicaraguense que tomaron de nuevo las armas que habían sido escondidas.
[9] Miembros desmovilizados del Ejército Sandinista que tomaron las armas de nuevo.
[10] Y no de la mejor calidad.
[11] La mayoría no productivas.
[12] Una regresión de la propiedad de la tierra en manos de los terratenientes.
[13] Al frente la Sra. Chamorro Barrios.
[14] Un decrecimiento de la actividad económica.
[15] Que en la práctica era quien ejercía el poder.
[16] Principalmente en el conocido corredor de la contra.
[17] Se calcula eran 200.
[18] Poblado del departamento de Matagalpa.
[19] Así se llamaban a los soldados.
[20] Encarnación Valdivia y su hermano Dimas,
[21] Santiago Meza.
[22] Juan Agustín Rizo Cortedano.
[23] José Ángel Talavera.
[24] El grupo “Prudencio Serrano” de Ocotal fue el más significativo.
[25] FNC, la demanda es profundizar la Reforma Agraria.
[26] FAP.
[27] Las demandas eran, una chocita, los materiales para hacerla y tres manzanas de tierra para cultivarlas.
[28] Tierras, Asistencia de Salud, Trabajo, Financiamiento, etc.etc.
[29] En dólares americanos.
[30] Movimiento de Auto Defensa Nacional.
[31] Brigada Especial de Desarme.
[32] Frente Norte 380, dirigido por Salvador Talavera, que había secuestrado a una comisión de derechos humanos de la Asamblea Nacional.
[33] Entre fusiles, pistolas y otros.
[34] Investigadora de la UNAM.
[35] Este exigía 4.000 mz de tierra y 1.800 viviendas.
[36] Exigía titulación de las propiedades entre otras demandas sociales.
[37] Caracterizado por lo violento es responsable de la destrucción de las oficinas COSEP, posteriormente el ajusticiamiento de “Arges Sequeira” productor y caracterizado anti Sandinista, presidente de UPANIC.
https://www.redvolucion.net/2019/11/11/pablo-caceres-hubo-que-negociar/