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Trato en la medida de lo posible de tomar distancia en referirme a lo particular cuando de abordar al oposicionismo se trata en cada locura que hacen y además en las redes sociales evitar convertirme en pregonero de sus fracasos o de las coces contra el aguijón que practican aquellos que se lanzan contra la razón pues lo único que se consiguen es salir perjudicados y eso es lo que profundizaron, el pasado sábado 21 de septiembre esos que como siempre quisieron marchar, otra vez sin permiso, y que tras haber amenazado que saldrían de cuatro puntos para converger en la Rotonda Centroamérica, lo que sus voceros anunciaron como el inicio de una nueva escalada terrorista terminó como siempre lo imaginábamos con un pucho de malos actores que sin poder inventar otra cosa se desmayaron actoralmente se embadurnaron de salsa de tomate y se mal vendaron la jupa para decir que los habían herido, llevaron criaturas para exponerlas y como siempre causaron daños a la propiedad ajena que es lo que mejor saben hacer y por lo cual nunca se responsabilizan.

El asunto es que Nicaragua debe estar agradecida por la sensatez de sus buenos hijos porque ayer el país dio nuevamente la espalda a sus verdugos, a sus asesinos y a sus torturadores. No pasaron de los mismos cuatro gatos en que quedaron reducidos y ladrando como siempre las mismas mentiras de siempre para enviar hacia afuera una realidad distinta a la que vive nuestra nación y todo para que les mantengan las millonadas de dólares que les garantice el pan de hoy aunque sea el hambre de mañana porque si uno hace un estudio pormenorizado de cada uno de estos vagos y vagas fácilmente nos daremos cuenta que le tienen alergia a trabajar honradamente, pero sí una enfermedad crónica y mortal por el figureo porque si no están en los medios, a los cuales también soban la mano con los biyuyos verdes, entonces se mueren de depresión porque creen que la fama es lo que los llevará al poder si con ella logran llamar la atención de un imperio que efectivamente los está viendo y observando pero como el peor negocio que hicieron porque estos cuatro gatos que aquí se proclaman como “salvadores y libertadores” han logrado que la imperial águila real otra vez haya doblado su pico en Nicaragua con otro fracaso más.

Al comienzo, hay que reconocer, cuando no imaginábamos hasta donde sería capaz de llegar el terrorismo o imaginar siquiera que podía sorprendernos, fuimos asaltados con sus mentiras y lograron ante lo novedoso del golpe implementado por Estados Unidos con el concurso de sus lacayos nacionales enredarnos y confundirnos porque la tergiversación y la manipulación fueron masivas y penetraron en la sicosis colectiva de una parte del pueblo que sucumbió a la infamia de las redes sociales y al odio políticamente interesado que como plastas de estiércol nos lanzaron los plumarios a sueldo de La Prensa, El Nuevo Diario, 100% Noticias, Canal 10, Canal 12, Canal 14, Canal 23, La Corporación y otros tiradores individuales que con el cuento der ser “salvadores” de una “dictadora” que solo estaba en su imaginación, se lanzaron al asalto del poder para esclavizarnos, para saquear el erario público y lo peor regalar a los Estados Unidos nuestra Nicaragua para que nuestra nación fuera colgada en la bandera del imperio como una estrella más a cambio de que los entreguistas encarnaran en Emiliano Chamorro, en Adolfo Díaz, en José María Moncada, en los Somoza o en Enrique Bolaños.

Ningún individuo podrá jamás ser más certero que la verdad porque la verdad es la realidad que en medio de la oscuridad o cubierta por lodo o enterrada intencionalmente siempre saldrá a luz, sino inmediatamente lo hará tarde o temprano porque nunca la malignidad de la mentira ha prevalecido.

Lo expreso porque el efecto de tan monumental fracaso del terrorismo, del oposicionismo, el pasado fin de semana, obedece al poder de la verdad y la verdad lo que nos dice es que cuando acentuamos aquello de que son “puchos, miserias humanas, charbascas, lambriscos, chingastes, minucias, tocolas, enanos mentales” o cualquier otro calificativo que se pueda imaginar y que los pinte como los ignorados que son es que efectivamente la razón de nuestro lado.

Estos zancudos que andan en busca de sangre para enfermar a la sociedad anunciaron para el pasado sábado 21 de septiembre cuatro marchas, que saldrían desde cuatro puntos diferentes para converger en la Rotonda Centroamérica y los que se dejaron ver fueron cuatros tristes y apagados gatos de cuartería que ni miau hacían.

Una cosa cierta que hay resaltar es que la democracia que vivimos en Nicaragua permitió que el fracaso se expresara y que se manifestara aunque lo único que generaron fue hacer el más monumental ridículo pero repitieron cajoneramente la misma babosada de siempre, pero sin que muchos de los verdaderos cabecilla del terrorismo les hayan hecho coro porque mientras los manipulados se exhibían como los chingastes que son, sus jefes, los peleles del imperio, los que figuran en cámaras estaban alistando maletas para salir al día siguiente como efectivamente lo hicieron y en ristra para ir a rendir el informe correspondiente, sobre la actividad en la que no participaron, ante quien es el gran financiero de sus fracasos y que son tan pronunciados que ya hay terror en la diluida acera de un oposicionismo que da lástima, que causa vergüenza ajena, que no realiza que aquí nadie los quiere ver ni en pintura porque frente al deseo de la mayoría de este pueblo por ver una Nicaragua estable, en paz y creciente, ellos, las miserias humanas, la quieren destruida y vencida.

Por esa misma razón los cabecillas del terrorismo, inmediatamente después de haber consumado su fracaso, en ristra y en fila salieron por el aeropuerto para ir al imperio en el que muy sonrientes, alegres, felices, se tomaban fotos, desplazándose como grandes personajes que se satisfacen con ir a pedir la radicalización de las sanciones que el policía del mundo está que rasca por endurecerlas porque acá ya vieron es más importante la dignidad de la soberanía nacional.

Los peleles andan en Washington recibiendo órdenes y recetas que si no cuadraron ayer menos que cuadren hoy. Están allá fraguando planes que ya agotaron todas las letras del abecedario porque ya hicieron todo lo que tenían que hacer desde la “A” hasta la “Z” y lo único que les queda es regresar a provocar porque saben que el pueblo está cada vez más indignado con ellos por esa actitud miserablemente entreguista y arrastrada que tienen con quien nos agrede y en su proyección mediática quieren victimizarse sabiendo que aquí en cada esquina y que cada lugar que se visibilicen lo único que recibirán es el desprecio del nicaragüense de bien.

A mí me corresponde sin embargo seguir llamando a mostrar lo que nos ha representado la más poderosa arma contra el terrorismo y esa es la tolerancia, la paciencia y el ignoro y lo digo porque ellos, los oposicionistas, quieren provocar que los agredan para soltarse en llantos, mariconizarse y victimizarse por lo que recomiendo no se nos ocurra tocar la caca porque cuando tocas la caca te embarras de caca y los que son caca y hieden a caca hay que combatirlos, sí, pero con chorros de agua, con aerosoles, con desinfectantes para que el golpe que les vaya a doler no sea por la contundencia, sino por razón, por la inteligencia, por la voluntad de no rebajarnos a la condición de caca en la que se encuentran atrapados.

Debemos estar atentos, muy atentos los nicaragüenses y no subestimar nunca la capacidad entreguista de quienes quieren regalar nuestra patria en consecuencia es vital el espíritu de unidad nacional alrededor de nuestra soberanía como nación y eso implica no perder de vista que aunque habiendo perdonado no podemos olvidar el daño a nuestra economía, ni las muertes, ni las torturas, ni los tranques.

Lo que el entreguismo hace es jochar, jochar y jochar para que nos rebajemos a su propio nivel y por eso la irresponsabilidad insiste, no en pedir permiso cumpliendo los trámites que demanda la ley, sino notificar y participar a la policía que van a marchar y cuando se les niega porque no hay en ellos firmas responsables ni organizaciones jurídicamente conocidas, entonces brincan, protestan, insultan y gritan cada brutalidad no para convencer a los nicaragüenses de que ellos tienen la razón sino para que los oiga en Washington “Papa Yanqui o Papa Gringo” para que vengan las sanciones no contra Daniel Ortega, Rosario Murillo o el FSLN, sino contra el pueblo de Nicaragua, el que nunca estará en la agenda de la sangre azul, de los rostros rosados y de esa alcurnia oligárquica que haciendo nacido en cuna de oro nunca les faltó nada, pero que ahora quieren, solo por ostentarlo, lo que nunca han tenido, el poder.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.

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