Este sábado se ha concretado la salida formal de Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA). De esta manera, se ha convertido en la segunda nación, después de Cuba, que no forma parte de una organización que, según Caracas, viola el artículo 1 de su propia Carta, que establece la no intervención en asuntos "de la jurisdicción interna de los Estados miembros".
"Nos liberamos del Ministerio de las Colonias de EE.UU.", tuiteó el presidente venezolano, Nicolás Maduro, tachando a la OEA de "organismo injerencista e irrespetuoso de los principios democráticos y el derecho internacional".
Desde la Cancillería venezolana aseguran que desde la fecha "ningún instrumento suscrito y/o emanado de la OEA tendrá efecto jurídico o político en el país".
En un comunicado ministerial, aseguran que la organización está "caracterizada por la vulneración del derecho internacional, la transgresión sistemática de su Carta funcional y el fraude procedimental", así como "la subordinación política de su burocracia a los intereses del Gobierno de EE.UU.", algo que fue denunciado por Caracas ante la comunidad internacional hace dos años.
El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, aseguró que "no lograrán callar la voz soberana de Venezuela en el mundo" dirigiéndose a las personas que se congregaron para celebrar la medida. El ministro señaló que la decisión de salir de la organización es una muestra de "la voluntad del pueblo soberano de Venezuela".
"Desde hoy la República Bolivariana de Venezuela no pertenece a la Organización de Estados Americanos, cumplimos con los lapsos y cumplimos con la voluntad del Pueblo venezolano", destacó Arreaza, quien fue sometido este viernes a la imposición de sanciones por parte de Washington. El ministro aseguró que con estas restricciones no le asustan, sino que le dan "más fuerzas para enfrentarlos en la batalla política".