Pablo Gonzalez

Johnson & Johnson sabía que su talco contenía asbesto


A partir de informes internos y otros documentos, la agencia de noticias Reuters realizó una investigación en la que se da a conocer que la empresa Johnson & Johnson conocía la presencia de pequeñas cantidades de asbestos en sus productos, desde 1957. 

Además, se menciona que los ejecutivos, científicos, médicos y abogados de la compañía conocían la situación, pero no revelaron la información al público, mucho menos a las autoridades.

La documentación también muestra los esfuerzos del gigante farmacéutico para influir en la limitación de la presencia de asbesto en los productos de talco, así como en los estudios sobre los efectos de los polvos de talco en la salud.

Las primeras menciones de la presencia del asbesto en el talco datan de unos informes de laboratorio de 1957 y 1958.

 Desde ese entonces y hasta inicios de la década de 2000, la compañía tuvo acceso a similares informes elaborados por científicos y laboratorios independientes.

Cuando la FDA estudiaba limitar los productos cosméticos con polvos de talco, en 1976, J&J aseguró a los reguladores que no se había detectado la presencia de amianto en ninguna muestra de talco producido entre 1972 y 1973. 

Sin embargo, en al menos tres análisis de laboratorios distintos entre 1972 y 1975 sí se había encontrado asbesto, y en un caso con niveles “bastante altos”.

El asbesto o amianto, un producto potencialmente cancerígeno en caso de que se respiren sus fibras, ha sido un componente habitual en el talco mineral.

El pasado verano un jurado de St. Louis, Missouri, ordenó a la multinacional a pagar $4,690 millones a 22 mujeres y sus familias que culpan del cáncer de ovario que padecían al amianto presente en los productos para bebés.

 La compañía apeló el fallo. 

En su defensa, la compañía ha venido utilizando el argumento de que el talco, un mineral que se encuentra muy próximo al amianto en el proceso de minado, es un producto seguro.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), asegura que no hay un nivel “seguro” de exposición al amianto. Su uso está prohibido desde hace décadas en gran parte del mundo por su elevada toxicidad.

Aunque la mayoría de las personas expuestas al mineral nunca desarrolla cáncer, para otras personas una exposición, aunque sea pequeña, resulta suficiente para desatar la enfermedad años después. Muchos demandantes alegan que las cantidades que inhalaron cuando usaron el producto fueron suficientes.

Las acciones de J&J se hundieron en Wall Street el viernes como resultado de esta revelación.

https://notibomba.com/johnson-johnson-sabia-que-su-talco-contenia-asbesto/

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