Pablo Gonzalez

Nicaragua: Benjamin Linder, símbolo de Solidaridad

Nacido el 7 de julio de 195 – Fallecido el 28 de abril de 1987.

 Benjamín Linder fue un estadounidense que se trasladó hacia Nicaragua durante la Revolución Sandinista y contribuyó con la construcción de una pequeña central hidroeléctrica.

Benjamín Linder nació en California el 7 de julio de 1959. Obtuvo su título de Ingeniería Mecánica en 1983, en la Universidad de Washington. 

En medio de la Revolución Popular Sandinista y luego de obtener su título de Ingeniero, Linder decidió a viajar hacia Managua, Nicaragua, en 1983. 

En 1986 se trasladó a El Cuá, un pueblo que se encontraba en medio de la zona de guerra , donde donde de forma voluntaria formó un equipo para la construcción de una central hidroeléctrica, creada para abastecer la zona rural ubicada al norte del país. 

Emboscada y muerte 

Linder fue asesinado por los Contras, una organización apoyada y entrenada por la Agencia Central de Inteligencia durante el gobierno de Ronald Reagan (EE.UU), quienes planearon una emboscada donde también murieron Sergio Hernández y Pablo Rosales. 

 El 28 de abril de 1987 Linder falleció al recibir unos impactos de bala por parte la asociación de grupos rebeldes anticomunistas, donde participaban campesinos, ex guardias nacionales y grupos entrenados por la CIA y financiados por el Gobierno de EE.UU.

 La noticia se su muerte impactó a los estadounidenses y a los nicaragüenses, quienes estaban acostumbrados a ver a Linder por las calles de la ciudad vestido de payaso.

Trabajó en la entonces Planta Geotérmica Patricio Ryan en Momotombo. Apoyó al Circo Nacional y a la Escuela de Circo. 
Vivió en El Riguero y de ahí se le veía salir a recorrer Managua en su monociclo, a veces de civil y a veces en su uniforme de payaso, llamando a las vacunaciones, campañas de limpieza y otras actividades comunales.

Con frecuencia, participó en actividades de CISAS haciendo malabarismos con los alimentos para enseñar sobre dieta balanceada o vestido del “Monstruo del Sarampión” para motivar la vacunación.
Ben era un tipo pequeño, menudo, de pelo rojizo, más parecía un adolescente que un hombre de más de 20 años, siempre pelando los dientes con una sonrisa que le cruzaba de oreja a oreja y dispuesto a dar y aguantar chistes. 

Sus amistades le hacían bromas cuando hablaba con pasión de las microplantas eléctricas, diciéndole que eran las apropiadas para su tamaño. 

Su físico era lo más alejado de la imagen del gringo chele y fortachón que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en los estadounidenses.
Tenía un hermano que estuvo en Nicaragua cortando café y una hermana. 

Su padre y su madre vivían en Portland, Oregon, al norte de los Estados Unidos.

El artículo recuerda que el entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan, nunca se refirió directamente al caso de Linder, pero sí lo hizo su vicepresidente, George H.W. Bush, quien fue confrontado durante un evento en Dakota del Sur por John Linder, hermano de Ben.

Bush le dijo a John: “Sabes, la política del gobierno de EEUU es apoyar a la contra, tu hermano estaba apoyando a personas… del otro lado… así que él hizo su elección”.

“Pero tal vez la historia demostró que ‘el otro lado’ era el correcto”, comenta el autor.

Elisabeth Linder reflexiona luego de tres décadas sobre el legado de su hijo:

"La lección es que es posible hacer cosas buenas personalmente, individualmente, si uno puede averiguar dónde y cómo". 

Y tal vez Ben lo dijo mejor: "Cualquier cosa que puedas hacer debe ser hecha, así que elige tu herramienta preferida y empieza”.
Libreta editada en recuerdo a Benjamin Linder.

En las palabras de su hermano John, durante el funeral en Matagalpa, “Vino porque Nicaragua representaba la esperanza. 
Y esta esperanza es muy profunda para morir con una persona… Esta esperanza está en todos nosotros.” Y esa esperanza, su ejemplo, y el cariño de muchos es lo que hoy brilla en las casas y calles de El Cuá, de El Bote y de otras comunidades que tienen luz y han cambiado sus vidas por el sueño de Benjamín, la perseverancia de Rebecca Leaf, el activismo de la familia Linder y quienes integran la Asociación Benjamín Linder.
La muerte de Benjamín inspiró a Sting en 1987 a escribir y cantar la canción Fragile en su álbum Nothing Like the Sun (Nada como el Sol).


“Fragile”

If blood will flow when flesh and steel are one
Drying in the colour of the evening sun
Tomorrow’s rain will wash the stains away
But something in our minds will always stay
Perhaps this final act was meant
To clinch a lifetime’s argument
That nothing comes from violence and nothing ever could
For all those born beneath an angry star
Lest we forget how fragile we are



On and on the rain will fall
Like tears from a star like tears from a star
On and on the rain will say
How fragile we are how fragile we are

On and on the rain will fall
Like tears from a star like tears from a star
On and on the rain will say
How fragile we are how fragile we are
How fragile we are how fragile we are

Escrito en homenage a Benjamín Linder.

Related Posts

Subscribe Our Newsletter