La geopolítica y economía mundiales son fenómenos extremadamente complejos y difíciles de predecir. No obstante, analizarlos 'post factum' sí es posible, y lo hacen con mucho gusto la mayoría de los expertos.
El politólogo ruso y frecuente colaborador de Sputnik, Rostislav Íshenko, ofrece su visión del balance del año 2017.
Una nueva configuración en Oriente Medio, el declive de la influencia mundial de EEUU y la crisis en la UE: esos son tres temas sobre las cuales se enfoca el experto.
Siria: la victoria que reformó la región
"La victoria militar lograda en Siria, junto con la gradual estructuración del trio ruso-iraní-turco, lleva a una nueva configuración en Oriente Medio", afirma Íshenko.
Si bien el difícil proceso de reconciliación aún está por delante, y la violencia en el país no desaparecerá de la noche a la mañana, "con su acción militar para salvar Siria, Rusia no solo se fomentó en el propio país", sino que muchos países de Oriente Medio y África del Norte ahora van buscando relaciones más estrechascon Moscú.
Muchos de estos países padecen sus propios problemas de estabilidad interna, y ven en Rusia un socio eficaz y capaz de ayudar en este ámbito, y por consecuente ven así a su aliado, China.
Otros, como Arabia Saudí e Israel, entablaron contactos con Moscú en cierto detrimento de sus relaciones con el antiguo 'socio mayor' —Washington—, abriéndose a una nueva realidad en la región.
Israel, sin embargo, todavía "tiene exigencias excesivas" a la hora de negociar con Rusia, opina el politólogo, y "Tel Aviv debe limitar sus ambiciones y entender la necesidad de acuerdos multilaterales" para que las negociaciones avancen.
EEUU: presión y contrapresión por todos los lados
EEUU se ha empantanado a solas en Afganistán "sin ninguna perspectiva". Toda la región restante se incorporó a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que sirve como un centro económico, infraestructural, político y hasta militar para la iniciativa ruso-china de una Eurasia unida.
"EEUU fracasó en presionar a Rusia y a China con sus demostraciones de fuerza en las fronteras respectivas.
Una sólida retaguardia que se ofrecen mutuamente Moscú y Pekín en forma de vías logísticas euroasiáticas no solo beneficia al comercio, sino que también es apta para maniobrar con las tropas.
El Occidente colectivo es incapaz de crear una ventaja decisiva en ninguna dirección", valora Íshenko.
Además, la caída de la influencia estadounidense en Oriente Medio se vio repetida en el Sureste Asiático. Pekín, junto con Moscú, no permitió que EEUU se desarrugara con Corea del Norte.
Además, el dragón asiático se fortaleció en el mar de la China Meridional a pesar de una fuerte resistencia de Washington.
Por eso, una gran parte de los países de la región, considerados como potenciales socios o clientes de EEUU —Vietnam, Filipinas, Indonesia, etc.— reevaluaron sus posturas e intensificaron sus contactos con China.
"Resulta que todos los proyectos comerciales y políticos ruso-chinos ahora están dotados con toda la infraestructura necesaria, quizás hasta excesivamente", resume el autor.
Europa: una división interna y externa
La Unión Europea padece de "una crisis crónica", acentuada por el deseo de Francia y Alemania de deshacerse de la custodia por parte de EEUU, incluida la influencia sobre los países del Este de Europa tradicionalmente patrocinados por los norteamericanos.
Un paso en esta dirección es la idea de un Ejército europeo, que va cobrando forma como una alternativa a la OTAN controlada por Washington.
Por otro lado, la UE todavía no ha acordado un modelo de integración más estrecha —vista como un posible remedio contra las crisis internas—. Uno de los conceptos discutidos, el de Estados Unidos de Europa, traza una línea divisoria entre los miembros ricos y pobres, así como entre la Europa Occidental y Oriental, y sin EEUU como intermediario tradicional en esta disputa, la UE deberá tratar estos desafíos por su propia cuenta.
Los problemas vigentes de la Unión Europea seguramente rebajarán las ambiciones del bloque en el escenario global.
Una posible evidencia de eso es el pragmatismo a la hora de resolver los problemas reales, según el experto.
"A pesar de todas las declaraciones sobre la solidaridad europea, la independencia energética de la UE o el apoyo a 'la Ucrania que sufre', Alemania fue implacable en promover el proyecto de gasoducto Nord Stream 2", da un ejemplo Íshenko.
Ucrania: la última barrera para la unificación de Eurasia
La crisis ucraniana hoy en día es de hecho "el último obstáculo para la cooperación entre Rusia y el núcleo franco-alemán de la UE".
Desafortunadamente, esta crisis "no tiene una solución simple", requerirá enormes recursos financieros y llevará una reconfiguración del Este de Europa "al estilo de lo que vive Oriente Medio mientras avanza la solución en Siria".
Al mismo tiempo, EEUU no muestra una buena voluntad a la hora de arreglar el conflicto ucraniano, así que "es muy posible un acuerdo ruso-franco-alemán sobre los asuntos europeos, entre ellos la crisis en Ucrania".
"Al superar 'la barrera ucraniana' y ponerse de acuerdo con Francia y Alemania como países clave de la UE, Rusia finalizaría la unificación económico-comercial de Eurasia.
Esto parece el tema político más importante para Moscú en 2018", concluye el politólogo.
https://mundo.sputniknews.com/politica/201801021075171209-resultados-fin-del-ano-politica/