El presidente ruso, Vladímir Putin, ha alentado a los rusos ricos a repatriar algunos de sus activos en el extranjero introduciendo un programa de amnistía fiscal.
"Nosotros y nuestros empresarios hemos enfrentado repetidamente congelaciones de activos ilegales e injustificadas bajo la apariencia de sanciones.
La iniciativa del presidente tiene como objetivo crear condiciones cómodas para las compañías si quieren aprovechar esta oportunidad para traer de vuelta su capital", explicó el portavoz del mandatario Dmitri Peskov.
La propuesta llega después de que las autoridades financieras estadounidenses tomaran la decisión de congelar 22.600 millones de dólares de Kazajistán almacenados en EEUU con motivo de la demanda de un empresario moldavo contra el país.
El dinero le pertenece al Fondo Nacional de Kazajistán y proviene de los ingresos petroleros del país. En total, la cantidad congelada representa el 17% del PIB kazajo.
Según las estimaciones de la agencia estadounidense Bloomberg, el capital de empresas rusas que podría retornar a Rusia con la ayuda del programa puede ascender a un billón de dólares.
Sin embargo, a juicio del columnista de Sputnik Iván Danílov, incluso con la repatriación de una pequeña parte de esta supuesta suma, las acciones de EEUU podrían crear un impulso positivo para las inversiones en la economía local, en vez de alcanzar su meta declarada, que es ejercer presión sobre el sistema financiero ruso.
Danílov señala que el objetivo original de la nueva fase de 'sanciones personales' contra los empresarios rusos fracasó antes incluso de que se introdujeran las medidas, programadas para febrero del año próximo.
Este objetivo consistía en forzar a los hombres de negocios rusos que tienen activos importantes en Occidente a participar en una lucha política contra el mandatario ruso para preservar su dinero.
Cuando Washington adoptó la segunda ronda de sanciones personales, expertos estadounidenses tenían la esperanza de que los empresarios afectados se volvieran contra Putin, pero en vez de eso, acudieron al presidente ruso con propuestas para un retorno seguro de su capital al país.
De momento, los oligarcas rusos barajan las siguientes opciones: seguir guardando el dinero en bancos occidentales y estar preparados para lo que puedan congelar en cualquier momento, o bien prestar de forma anónima sus dólares, euros o libras al Ministerio de Finanzas de Rusia.
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"La elección parece simple y realmente se reduce a saber dónde tiene la comunidad de negocios más confianza: en el mandatario ruso, que accedió a la liberación de estos bonos especiales, o en los Departamentos de Estado y del Tesoro de Estados Unidos, que redactan la lista negra", destaca Danílov.
Pero, para aquellos que estén listos no solo para transferir dinero a Rusia, sino para trasladar sus negocios también, Putin sí ha ofrecido un incentivo serio.
Le pidió a la Duma Estatal que promulgue leyes apropiadas para implementar su propuesta, que consiste en liberar a los comerciantes que cierren su negocio en el extranjero y lo transfieran a la Federación de Rusia del impuesto del 13%.
En toda la historia de las nuevas sanciones de Estados Unidos contra la comunidad de negocios de Rusia hay aspectos más positivos que negativos, al poner el foco en la situación no desde el punto de vista de los negocios, sino desde el interés público, asegura el analista de Sputnik.
"Incluso si se invierten cero dólares en los bonos para el retorno del capital y ningún hombre de negocios cierra su empresa en Occidente y la lleva a Rusia a cambio de una exención de impuestos del 13%, las sanciones tendrán un efecto positivo en la comunidad de negocios", concluye Danílov.
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