Pablo Gonzalez

Analista cree que proyecto chino-ruso podría “revivir” al canal por Nicaragua


La Ruta de la Seda más la Ruta por el Ártico más los nuevos acuerdos con Panamá no hacen viable la tesis
Todd Royal, un autor y consultor especializado en evaluación de amenazas globales, desarrollo de energía y políticas para petróleo, gas y energías renovables con sede en Los Ángeles, California, escribió un artículo para The National Interest, en el que afirma que un mega proyecto ruso-chino en el Ártico mantiene vivo al proyecto del canal interoceánico del régimen de Daniel Ortega.

En su análisis (Cómo China y Rusia se están uniendo para degradar la influencia de EE.UU. en América del Sur) dice que los líderes de ambos países llegaron un acuerdo para unir los objetivos de la Ruta Ártica con la nueva Ruta de la Seda.

Esta tesis se contradice con los acuerdos que China llegó a finales de noviembre con el presidente de Panamá, Carlos Varela, en los que toma la decisión de estrechar su alianza comercial para priorizar la vía canalera como su principal ruta. 

O al menos es lo que Panamá ha estado reportando.

A su vez, el proyecto ruso-chino en el Ártico actuará en compensación a la polémica ruta que había trazado el proyecto canalero de Wang Jing por el país.

Royal que en julio de 2017 hubo una reunión entre el presidente Xi Jinping, de China, y el primer ministro de Rusia, Dmitry Medvedev, en la que sentaron “las bases comerciales y políticas” para vincular ambos proyectos, incluyendo una asociación tecnológica y estratégica con Rusia en el Ártico”.

Esta asociación, afirma, “busca finalmente unir a las dos naciones en el hemisferio occidental a través de la construcción por Nicaragua de un reemplazo para el Canal de Panamá”.

Menciona que “a principios de la década de 2000, el comercio marítimo mundial experimentó un crecimiento sin precedentes cuando China se convirtió en un socio comercial principal de las economías desarrolladas y en desarrollo por igual. 

La Ruta del Ártico y la Ruta de la Seda crean un escenario geopolítico en el que China y Rusia establecen un punto de apoyo sólido en Nicaragua a través de la empresa del inversionista chino Wang Jing, HKND Group”.

Las Rutas de la Seda y el Artico

La nueva Ruta de la Seda de China “involucra a sesenta y cinco países con 4.4 billones de personas involucradas y el 30 por ciento del PIB mundial”.

La inversión de Beijing será de un billón o más de dólares, y el proyecto de la Ruta de la Seda, unido al corredor chino-pakistaní (CPEC) involucrará un movimiento de $62 mil millones de dólares.

Si la Ruta de la Seda se conecta con la Ruta del Ártico, la cooperación económica será beneficiosa para todos, como la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) unió a vecinos colindantes, India y Pakistán, para el desarrollo pacífico, dice el analista prochino.

Una vez que China conecte los dos proyectos con Rusia, ambos países tendrán la capacidad de influir en el Consejo Ártico y Europa, disminuyendo así el poder de los Estados Unidos y la OTAN, agrega el analista.

“Además, las lecciones aprendidas en el Ártico se pueden aplicar a Nicaragua porque hay un aspecto pacífico en el desarrollo de la porción marítima del BRI a través del Ártico mediante la “diversificación de rutas comerciales que involucran a estados vecinos en proyectos portuarios e investigación científica”, agrega.

Según el plan estratégico elaborado, “China quiere trasladar mercancías a través del Ártico hacia Europa lo que reduciría las distancias de envío entre un 20% y 30%, reduciendo así la cantidad de combustible requerida para mover los productos y las emisiones de envío”.

“Dado que el 90 por ciento de los productos chinos se transportan por vía marítima, las reducciones previstas representan mayores ahorros y mayores ganancias para las empresas nacionales y extranjeras”, indica Royal.

A mediados de noviembre, China lanzó el rompehielos Xuelong (Rusia tiene dos rompehielos nucleares) a través del Paso del Noroeste en el Ártico para vincular la Ruta de la Seda con la Ruta del Ártico. Esto permite a China abandonar el puerto de Dalian y llegar a Rotterdam en dos tercios del tiempo.

Las rutas por el norte

Hay tres rutas viables en el Ártico: la ruta noreste, la ruta noroeste y la ruta “norte-norte”, que cruza los polos. 

Económica y geopolíticamente es donde estas rutas encuentran una intersección ruso-china porque la ausencia de infraestructura junto con el clima hostil hace que la Ruta del Ártico sea una propuesta costosa, especialmente debido a que las tres rutas solo pueden usarse cuatro meses al año.

 La ruta norte-norte sigue siendo inaccesible hasta 2050 según el consenso científico que hace que las otras rutas sean aún más caras.

Pero estas rutas para Rusia, y China en particular, son invaluables. Como ejemplo, el Canal de Suez, que es como China ahora llega a Europa, toma doce mil millas náuticas frente al Paso del Noroeste, una ruta que reduce el viaje a menos de siete mil millas náuticas. 

Las oportunidades son enormes, por lo que Beijing está invirtiendo en puertos extranjeros como lo demuestra la primera base extranjera de China en Djibouti (importante para Estados Unidos y China debido al estrecho de la localidad de Bab-el-Mandeb) y la infraestructura a un ritmo sin precedentes. 

Cualquier cosa que China pueda hacer para reducir el tiempo de envío y aumentar las ganancias utilizando la asistencia rusa será un nodo central de la conexión entre BRI y la Ruta del Ártico.

http://www.trincheraonline.com/2017/12/06/proyecto-chino-ruso-podria-revivir-canal/

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