El ataque que se produjo en Kiev contra los “defensores chechenos de Ucrania” Adam Osmayev y Amina Okueva, que no pudo sobrevivir, ha sido explicado como parte de la “agresión rusa”.
Sin embargo, un mínimo análisis al entorno en el que se movía Adam Osmayev, comandante del batallón Dudayev y acusado, en el pasado, de organizar un intento de asesinato de Vladimir Putin, puede contar otra historia.
Los batallones voluntarios participan en un complejo juego entre los políticos de Kiev, los oligarcas y el crimen organizado.
“El caso está siendo investigado bajo la premisa de asesinato premeditado”, afirmó la Fiscalía General de Ucrania.
La Fiscalía comentaba así el ataque contra el soldado checheno participante en la “operación antiterrorista” Adam Osmayev y su esposa Amina Okueva (también miembro de “ATO”). Osmayev resultó herido y Okueva murió a causa del ataque.
Unas de las primeras reacciones a la muerte de Amina Okueva llegó del asesor del Ministerio del Interior, Anton Gerashenko.
Según explicó, el vehículo en el que viajaban Osmayev y Okueva fue atacado en un cruce de vías ferroviarias cerca de la localidad de Glevaja, en la región de Kiev.
El propio Osmayev explicó al portal ucraniano LB.ua: “todo a mi alrededor estaba roto, todo el cristal. Podía haber muerto, porque dieron en el motor y el coche se paró. Intenté ayudarla, pero tenía un tiro en la cabeza”.
Según parte de la prensa ucraniana, se busca a dos hombres por la emboscada en una operación policial en la región de Kiev y en regiones vecinas.
Tras el ataque contra Mosiychuk
Osmayev afirma que el ataque contra él está relacionado con otro intento de asesinato reciente: el del conocido nacionalista, excomandante adjunto del batallón Azov y ahora diputado en el Parlamento, Ihor Mosiychuk, del Partido Radical.
El miércoles de la semana pasada en Kiev, a consecuencia de la explosión de un artefacto, dos personas murieron y tres resultaron heridas, incluido Mosiychuk.
Adam Osmayev ve en los dos ataques la “pista rusa”.
Sin embargo, el líder del partido del diputado, Oleh Lyashko, acusó del intento de asesinato del diputado a Sergey Lyuovochkin, oligarca y miembro del Bloque Opositor.
Como recordó Lyashko, Mosiychuk había conseguido que se iniciara contra él una causa penal por supuesto enriquecimiento ilícito.
La versión de la “pista rusa” en el ataque contra Osmayev y Okueva, que apareció antes de que concluyera el trabajo de los investigadores, fue planteada por el presidente del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, Oleksandr Turchinov.
“Rusia continúa la agresión en el este de Ucrania asesinando a los valientes defensores de nuestro país”, declaró.
Hay que recordar que uno de esos “valientes defensores de Ucrania” fue calificado de terrorista no solo en Rusia, sino también en Ucrania.
Del intento de asesinato de Putin al batallón Dudayev
Adam Osmayev, sospechoso de preparar un ataque terrorista en Moscú en 2007, fue detenido en Ucrania acusado de preparar un intento de asesinato del presidente ruso Vladimir Putin (el ataque fue supuestamente organizado bajo la dirección del “Emir del Emirato del Cáucaso” Doku Umarov). Fue encarcelado en la prisión de Odessa.
En la etapa de Yanukovich en 2012, se discutió la posibilidad de que fuera extraditado a Rusia, pero el proceso quedó en suspenso ante las protestas del Tribunal de Estrasburgo.
Tras Maidan, Amina Okueva exigió que las autoridades rehabilitaran a su marido. Un tribunal de Odessa le dejó en libertad en noviembre de 2014.
En 2015, Adam Osmayev tomó el mando del batallón Dudayev tras la muerte de su anterior comandante, Isa Munayev, General de Brigada de Ichkeria, en la batalla de Debaltsevo.
Amina Okueva, cirujana de profesión, en Euromaidan fue enfermera de la “centuria afgana” y se presentó como candidata al Parlamento.
Con el inicio de “ATO”, se unió al batallón Kiev-2, subordinado al Ministerio del Interior de Arsen Avakov.
Los soldados del batallón voluntario Kiev-2 han sido acusados de torturas a prisioneros y de desapariciones forzosas de personas (según el informe de Global Rights Comliance).
En el batallón Dudayev, Okueva actuó oficialmente como secretaria de prensa de su marido.
En junio de 2017 se dio a conocer el intento de asesinato de Osmayev y Okueva en el centro de Kiev. El asaltante, que hirió gravemente a Osmayev, murió a causa de los disparos de Okueva, que portaba armas de guerra.
Con la identidad del asesino, aunque de nacionalidad ucraniana, se lanzó la versión de la “pista rusa”.
Más adelante se conoció que el atacante, Artur Denisultanov, era sospechoso de haber participado en el asesinato de Umar Israilov, guardia personal del presidente de Chechenia, Ramzan Kadirov.
Las autoridades ucranianas ofrecieron seguridad a Osmayev y Okueva, que rechazaron la propuesta (o esa fue la explicación dada por la Guardia Nacional).
Según algunos expertos, el Gobierno ucraniano, o al menos una parte de las autoridades de Kiev, no parecen ya una garantía de seguridad, sino que son empleadores de grupos armados que no están completamente bajo control.
La lucha por el control de los señores de la guerra
El analista político ucraniano Andrey Zolotarev explicó, en declaraciones a Vzglyad, que “no hay que olvidar que Amina Okueva estaba registrada como asistente de un diputado”.
“Hay información de que Okueva iba a reunirse con Mosiychuk, que el día anterior había sido transferido a otro hospital, aunque ese detalle no se había hecho público.
Hay una teoría que dice que Okueva sabía dónde había sido trasladado y el asesino probablemente conocía dónde se dirigía”, afirmó el analista y director del Centro Ucraniano de Marketing Político Vasily Stoyakin.
Zolotarev, por su parte, insiste en que “Ihor Mosiychuk se encontraba en el epicentro de la lucha por el poder en la notoria franquicia de la derecha”.
“La política y los negocios están fuertemente interrelacionados en Ucrania y en política está muy fijado el factor del poder. El kit del político ucraniano, además de una maleta con dinero y el botón de la televisión, incluye también un batallón voluntario, una especie de escuadrón feudal en el espíritu del hetmanato”.
En su opinión, en estos momentos se da una lucha por el control de este tipo de nuevos escuadrones, los batallones voluntarios de la extrema derecha.
Según Zolotarev, si el Praviy Sektor se encuentra bajo control de Bankova (es decir, bajo control de Petro Poroshenko), el Cuerpo Nacional, creado sobre la base del batallón Azov, se encuentra en la esfera de influencia del ministro del Interior, Arsen Avakov.
Según apuntó Vasily Stoyakin, es probable que el grupo, al que pertenece Mosiychuk y que es cercano al Partido Radical de Oleh Lyashko, haya entrado en conflicto con Dmitro Yarosh.
“Ahora mismo, Lyashko está siendo financiado por el oligarca Rinat Ajmetov, mientras que el grupo de Yarosh estaba originalmente asociado al grupo de Dnipropetrovsk de Ihor Kolomoisky, Gennady Korban y Boris Filatov. Pero desde que el grupo de Kolomoisky y Filatov dejara de existir, todos se fueron en diferentes direcciones y ahora no está claro quién financia a los radicales de la derecha”, explicó Zolotarev.
“Los radicales que no estén bajo control serán destruidos”, insistió. En su opinión, el ejemplo más claro en este sentido fue el destino de Alexander Muzichko, Sashko Biliy, que intentó independizarse como “ataman” en Rivne [y acabó detenido, muerto de un disparo en una cuneta en un incidente que la policía calificó de suicidio a pesar de que Muzichko se encontraba esposado].
En el entorno de los batallones voluntarios se está produciendo una lucha interna. “No es un secreto para nadie que el líder del batallón nacionalista OUN, Nikolay Kojanovskiy (apadrinado por Mosiychuk) ha tenido un fuerte conflicto con otros representantes de batallones voluntarios”, recordó Zolotarev.
No hace tanto tiempo de los enfrentamientos en el tribunal de Svyatoshinskiy, donde Mosiychuk se presentó junto a OUN. Hay fuertes enfrentamientos en el entorno”. En este ambiente se encuentra la diáspora chechena.
La reaparición de los grupos chechenos
Ahora, la situación vuelve a parecerse a los años 90, cuando los inmigrantes de Chechenia eligieron como base de operaciones la ciudad de Odessa, “donde intentaron hacer negocios, algunas actividades portuarias, petróleo, etc.”, explica Zolotarev.
Es en Odessa donde residía Adam Osmayev. A finales de los 90 y principios de la década siguiente, el Ministerio del Interior logró neutralizar a los grupos del Cáucaso tanto en Kiev como en Odessa. “Ahora han vuelto otra vez”.
El analista recuerda que, en septiembre, una bomba adosada a un vehículo mató, en la plaza de Besarabia, al camarada de Osmayev en el batallón Dudayev, Timur Majauri, checheno de Georgia. Majauri era sospechoso en varios casos de asesinatos realizado por seguidores del líder del “Emirato del Cáucaso” Doku Umarov. Ihor Mosiychuk, por su parte, relacionó el asesinato de Majauri con el ataque contra Osmayev y Okueva.
Alexander Zolotarev concluye que “en Ucrania, todos intentan explicar la política.
Los expertos favorables al Gobierno están histéricos, exigen cerrar la frontera de Rusia e introducir un régimen de visados.
Pero aquí ya no hay política, solo crimen”.
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