Entre los documentos promocionales de la nueva doctrina militar del ejército colombiano lanzada en agosto del 2016 aparecen dos frases muy llamativas: la afirmación de que la Doctrina Damasco la hicieron "profesionales militares apoyados por las principales universidades" y la referencia a este cuerpo doctrinal como producto de un plan macro llamado Plan Minerva.
Una indagación superficial dio con la primera casualidad: otro Plan Minerva en Carabineros de Chile.
Ese vínculo universidades-ejércitos y el repentino amor a la mitología romana entre las fuerzas militares del continente, parecen no tener conexión entre sí, hasta que otra casualidad emerge, una iniciativa homónima: la Iniciativa Minerva, esta vez en Washington.
Minerva es una iniciativa del Pentágono a través de la cual se vinculan la academia y el ejército norteamericano con el fin de mantener la noción imperialista de paz, es decir, el dominio incuestionado de los Estados Unidos sobre el mundo.
Esta iniciativa puede explicar el porqué universidades latinoamericanas -como en este caso, la Universidad de Los Andes de Colombia- participan activamente en la elaboración de la nueva doctrina militar del ejército colombiano, en abierta colaboración con la OTAN y el Ejército de los EEUU.
Cuando Trump ha expresado públicamente su disposición de intervenir militarmente en Venezuela, y el propio vicepresidente de los EEUU ha dado una rueda de prensa desde Colombia junto al presidente Santos para expresar su intensión de continuar interviniendo en los asuntos internos del país, se hace urgente estudiar las redes que el imperialismo teje sobre el continente y sus implicaciones para la seguridad de la Revolución Bolivariana.
El antropólogo mejicano Gilberto López y Rivas, autor del libro Estudiando la contrainsurgencia de Estados Unidos. Manuales, mentalidades y uso de la antropología, ha estudiado este entramado durante más de una década y, por algo parecido a varias casualidades, pudimos entrevistarlo el 29 de julio de este año.
En dicha entrevista el investigador mejicano explicó cómo llegó a conocer esta iniciativa y en qué consiste:
"A lo largo de todos estos años de trabajo como articulista del periódico La Jornada, me metí a leer una serie de documentos de los militares estadounidenses, y me he topado particularmente con los manuales de contrainsurgencia disponibles desde los años 2006-2007.
Mi interés radicaba de manera muy particular en el uso de las ciencias sociales para la contrainsurgencia.
Es ahí de donde viene el interés por ver el involucramiento, no sólo de las ciencias sociales sino también de las universidades de EEUU y América Latina, la complicidad con este involucramiento de la academia estadounidense en los esfuerzos contrainsurgentes.
Esto me llevó a investigar de qué forma estaban involucradas las universidades de Estados Unidos en este 'esfuerzo'. (…)
Y me llevó a la Iniciativa Minerva, que es algo distinto al Plan Minerva que tú refieres en Colombia.
La Iniciativa Minerva es un consorcio de los militares para premiar, digámoslo así, 12 ó 15 proyectos anualmente con fondos que vienen directamente del Pentágono.
Se apoyan investigaciones de interés de los militares y entre ellos se le otorgó una beca, por ejemplo, a Montgomery McFate para que escribiera un libro sobre antropología militarizada. La Minerva Iniciative tiene una página que tú puedes consultar, en la que se proporcionan apoyos de hasta 3 millones de dólares para investigar temas que los militares requieren para sus esfuerzos de dominio mundial".
Refiere Gilberto López y Rivas que en el transcurso de los casi 11 años de investigación, descubrió que "no solamente los antropólogos estaban involucrados en la guerra de contrainsurgencia sino que paralelamente al uso de los antropólogos en la guerra directa de Irak, se financió también a través de esta Iniciativa Minerva la investigación de un grupo de geógrafos de la Universidad de Kansas".
Estos geógrafos realizan las llamadas Expediciones Bowman. Partiendo del uso de una metodología llamada "cartografía participativa", se introducen en los territorios donde cooptan jóvenes indígenas, les enseñan a manejar GPS, les dan cursos para levantar y entregar la información de sus propias comunidades.
Según sus denuncias, estas expediciones se extendieron por Honduras, Costa Rica y Méjico.
Pero hasta el momento no ha encontrado pruebas de su trabajo en América del Sur.
Salvo la presencia anterior del Teniente Coronel Demarest en Colombia, quien "previo a su involucramiento en la Iniciativa Minerva" estuvo "en Guatemala durante los años de las grandes masacres como Agregado Militar.
O sea, no es un angelito de la academia.
Es un diablo que viene de la Escuela de las Américas y es un tipo que juega un papel importante como oficial que comete crímenes de guerra en Guatemala y que escribió un libro sobre cómo hacer la contrainsurgencia efectiva en Colombia".
"A través de la Iniciativa Minerva se vincula a las Expediciones Bowman y se pone a su servicio". Geoffrey Demarest es intelectual militar y, posteriormente se doctora en geografía, en Kansas.
"Esta ciudad es el lugar estratégico para estudiar a los que nos estudian a nosotros porque ahí está situado el Instituto de Estudios Estratégicos Extranjeros.
O sea el instituto de inteligencia militar para estudiarnos a nosotros que tiene el Pentágono.
Entonces la Universidad de Kansas (UK) y este instituto son hermanos siameses, se ayudan.
También Kansas es el centro de una gran actividad económica que involucra al Puerto Lázaro Cárdenas y el tráfico de drogas e insumos para la fabricación de las mismas.
Hay una conexión digamos del espacio geográfico de la UK y particularmente estos geógrafos.
Uno se llama Jerome Dobson, otro Peter Herlihy y Geoffrey Demarest: los tres jinetes del apocalipsis".
Tal como lo plantea en su libro, López y Rivas considera que "en la actual mundialización capitalista, en su dimensión estrictamente militar, se pone en práctica un terrorismo global de Estado que es retomado por los países subalternos como Colombia y Méjico, los cuales aplican un terrorismo de Estado en sus respectivas naciones.
Pero el gran hegemón de esta nueva aplicación cultural de la contrainsurgencia y de la aplicación de la geografía y la psicología es EEUU.
En el libro se ve cómo se da la relación entre EEUU y lo que llaman naciones huéspedes (…).
Una nación huésped puede ser Colombia que pida a EEUU controlar su insurgencia.
Y entonces, de manera 'fraterna' la nación huésped le permite a las fuerzas especiales… intervenir. (…)
Poner bases militares, instructores militares, doctrinas militares… por lo que aumenta la compenetración de las fuerzas militares y de inteligencia entre países subalternos.
Aquí entran las otras 11 agencias de inteligencia porque ahora se habla de las amenazas de la CIA, pero en realidad habría que pensar de 12 amenazas, porque la CIA es sólo una, pero el Ejército tiene una, la Marina tiene otra, la Fuerza Aérea tiene otra, la DEA tiene otra, es decir, estamos hablando de alrededor de 12 agencias de inteligencia que se reúnen en el Consejo Nacional de Inteligencia de EEUU".
"En cuestiones de inteligencia no hay casualidades"
Además de las terribles violaciones a decenas de niñas colombianas -que están impunes por convenios firmados entre el gobierno colombiano y el estadounidense-, el papel del ejército norteamericano en la elaboración de la Doctrina Damasco evidencia el triste rol que cumple Colombia dentro de la geopolítica imperial, a pesar de la resistencia del pueblo colombiano.
"EEUU está metido hasta en la cocina en todo lo que hacen los militares colombianos, porque esos son todavía más entreguistas; si algún torneo puede haber de entreguismo, que los propios militares mexicanos que están entrando más al terreno de la subordinación al ejército de Estados Unidos", afirma el entrevistado.
Al preguntarle sobre la hipótesis planteada en un artículo anterior en cuanto a que la intervención militar del Imperio estadounidense contra Venezuela no será directa sino a través de Colombia, López y Rivas contestó: "Mira, hay dos síndromes presentes en la doctrina militar estadounidense que ves reflejada en los manuales, una es la derrota en Vietnam y la otra es la derrota, de alguna manera, en Irak.
Cualquiera puede atestiguar que lo único que logró esa invasión de un país, que no tenía armas de destrucción masiva, fue la destrucción del país y la imposición de un gobierno pelele".
"El síndrome de Irak es que EEUU perdió muchas vidas, estamos hablando de miles, 40 mil, 50 mil, entre muertos y heridos. Entonces ellos están imponiendo en sus manuales la idea de tener ejércitos subrogados.
Contratar a alguien que haga la tarea que no pueden hacer los muchachos estadounidenses -aunque sean siempre los pobres, latinos y negros- de todas formas, el involucramiento en la guerra con tropas estadounidenses se está evitando al máximo, de ahí el retiro de tropas de Irak, de Afganistán".
En cuanto a Venezuela, "yo creo que ellos están apostando primero a las fuerzas locales que no les han respondido a la medida de sus exigencias, segundo en las fuerzas que vienen del exterior, en este caso, el paramilitarismo colombiano que ha jugado un papel importantísimo en estas guarimbas y en el crimen organizado que aunque no sea de por sí tan organizado, pues es organizado por EEUU.
En mi libro sostengo la hipótesis que hay dos maneras de intervenir militarmente en un país.
Una es a través de la intervención directa, colonial, como en Irak o Afganistán y, la otra es a través de la intervención indirecta neocolonial a través de la guerra contra el narcotráfico y el terrorismo, México y Colombia son muestras de esa intervención militar".
Es por esto que piensa que EEUU podría estar interesado en una guerra entre Colombia y Venezuela.
"De hecho, todo lo que pasó cuando Sucumbíos y varios otros incidentes fronterizos que Chávez resolvió de manera muy inteligente tienen que ver con la intención de promover una guerra entre Colombia y Venezuela.
Esa para mí es la posibilidad más cercana, el no empleo de fuerzas de EEUU y no el involucramiento directo.
Es muy difícil lograr en las actuales circunstancias con Corea del Norte probando con misiles, como está Siria, el involucramiento de EEUU en una guerra en Suramérica.
Muy poco probable. Y con Rusia y China en el Consejo de Seguridad que impide una expedición tipo Haití.
A no ser que ejecutaran un ataque de 'bandera falsa', una masacre, por ejemplo ejecutada por 'fuerzas del chavismo' entre comillas, algo como eso.
No hay ninguna información que confirme que EEUU quiera intervenir directamente con sus fuerzas armadas en Venezuela.
Se lo impide una situación de un primer año de gobierno, una guerra donde el ejército venezolano se ha negado a doblegarse frente a los yanquis, donde además se podrían aplicar algunas estrategias como 'la guerra de todo el pueblo'.
Hay un riesgo de que terminen empantanados. Pudieran tal vez hacer un ataque fulminante como en Panamá. No desembarcar tropas, pero sí atacar centros militares.
No digo que no puedan hacerlo pero es poco probable y no hay indicios.
La doctrina militar norteamericana en sus manuales se basa más en las naciones huéspedes, que llevan a cabo la tarea sucia".
Planteamos a López y Rivas la preocupación por el ejercicio militar conjunto "América Unida" que se realizará en el Amazonas brasileño en noviembre de este año y la posibilidad de que el ejército de Brasil sea partícipe también de una agresión contra Venezuela.
Pero nuestro entrevistado lo considera poco probable.
Porque es un ejército más nacionalista que el colombiano y porque "la fuerza armada colombiana tiene la experticia de más de 50 años de guerra contra las FARC y el ELN.
Es un ejército probado en la guerra y sí podría ser una amenaza grande contra Venezuela".
Gilberto manifiesta su confianza en el poder del pueblo venezolano para derrotar al imperialismo a pesar de todos sus planes e iniciativas, y es tajante al definir la importancia geopolítica de defender la Revolución Bolivariana:
"Guardando las distancias y los resultados finales de lo que fue, Venezuela es la España del 36.
Es decir, aunque España fue derrotada demostró que la lucha contra el fascismo era posible. (…)
Hoy estamos frente al fascismo del siglo XXI, este terrorismo global de Estado, esta Iniciativa Minerva, estos intelectuales al servicio del Imperio. (…)
Si cae Venezuela, olvídate. Por eso, no sólo hay que apoyar a Venezuela por ella misma, sino que hay que apoyar a Venezuela por todos los pueblos de la América Nuestra.
Por Cuba, por todos los países del Caribe que se atreven a votar en la OEA en contra de la iniciativa de Almagro.
La lucha de Venezuela es la lucha de México, la lucha de Centro América, es la lucha de todos. Por eso es tan importante defender a Venezuela.
Eso es lo que no ha entendido esa izquierda intelectualizada, académica, que son la nueva corporación extractivista, como el narcotráfico".
Una semana después de la entrevista aparece en la televisión el vicepresidente de los Estados Unidos.
A su lado se encuentra un egresado de la UK que habla sobre buscar salidas "ojalá democráticas a la crisis en Venezuela".
Se trata de Juan Manuel Santos, actual presidente de la República de Colombia.
Su paso por Kansas puede ser una casualidad más, pero también puede ser un dato que triangule la Doctrina Damasco, la Iniciativa Minerva y los planes intervencionistas contra Venezuela.
Ante la duda, recuerdo una frase lapidaria de Gilberto López y Rivas durante esta entrevista:
"En cuestiones de inteligencia no hay casualidades".
http://misionverdad.com/entrevistas%20/de-damasco-a-minerva-para-estudiar-a-quienes-nos-estudian