Hernán Cortes y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

Hernán Cortés y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

Esa obsesión por destruir la reputación de Nicaragua


I

Un marero que enfrentará la justicia, por cargos de narcotráfico y crimen organizado, ha servido a los agoreros de la fatalidad para pivotar nuevamente otra campaña funesta con el fin de matar la reputación de Nicaragua.

Hace poco montaron el caso Sinibaldi, exministro guatemalteco acusado de corrupción.

 La idea era ensuciar al país como el “paraíso” del lavado de dinero.

Que “Nicaragua no ayuda a Guatemala”; “silencio”, “autoridades no atienden a los periodistas”, etc., como si las agencias oficiales de cualquier país, incluida la CIA, la DEA y el FBI, llevan el día a día de sus investigaciones a The New Yok Times o Fox News.

Sin embargo, el Índice de Anti Lavado de Activos y Contra el Financiamiento al Terrorismo (ALA/CFT) del Instituto Basilea ubica a Nicaragua y El Salvador entre los países centroamericanos con el más bajo riesgo de sufrir lavado de activos y financiamiento para el terrorismo.

Nicaragua puntea mejor que Costa Rica, Honduras, Guatemala y Panamá. Jeaneth Marcela Figueroa, consultora independiente en administración de riesgo, dijo a El Nuevo Diario que “salir en mejor posición en este informe, respecto a otros países de la región, proyecta una buena imagen de Nicaragua en el exterior”.

A la fecha, de las investigaciones del Instituto de Basilea sobre la Gobernanza, se considera que es “el único índice publicado por una organización sin fines de lucro independiente que califica los países de acuerdo a su riesgo de lavado de activos y financiamiento del terrorismo”.

Entre las variables que se investigan para asignar las posiciones están riesgos de corrupción, transparencia financiera y estándares, transparencia pública, rendición de cuentas y riesgo político.

II

Ahora vienen con el tema de las Maras. Sabido lo obsequioso que son con el pensamiento ultraconservador, no se podría esperar otro “dictamen” de los “expertos en seguridad”: que Nicaragua “no es el país más seguro de Centroamérica”, “que las maras ya penetraron”…

Poco tiempo atrás, la colaboración de Rusia fue satanizada, pero no dijeron nada que del trigo mismo de esa Federación europea es que los nicaragüenses desayunamos el pan nuestro de cada día. Cualquier ocurrencia que dijeran los entrevistados respecto a la asistencia militar, eran titulares de pólvora.

Este despliegue para pintar al país como el “bravucón del barrio” fue desde el “desbalance” castrense en la región, soslayando que es la nación con uno de los más bajos presupuestos en Centroamérica, hasta volver –desajustados de siglo y de sentido común– a invocar los días de la Guerra Fría.

Un informe del Banco Mundial en 2015, publicado por la BBC, indica que a las fuerzas militares, “Nicaragua les dedica un 0,8% del PIB, El Salvador un 1,1% y Honduras un 1,2%”. 
Pero entonces, Costa Rica les entregaba cerca del 2% de su PIB.

 Este aumento, contrario a los países del vecindario, por lo visto es anual.

En abril de este año, la agencia Efe precisó que el monto presupuestario 2016 de Costa Rica fue superior a los más de 800 millones de dólares que, en conjunto, suman los dedicados a los verde-olivos de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua. 

Más desbalance en el istmo, del que hablan los políticos de ultraderecha, no puede haber.

Empero, en Costa Rica ningún salvaje salió haciendo un escándalo contra su propia nación, ni que “se preparaba para la guerra” contra sus vecinos, y en especial, Nicaragua.

Si fueran especialistas profesionales, los expertos en distorsión hubieran considerado la desproporción costarricense.

Además, deberían contextualizar la situación de cada país y sus desafíos. Factor indispensable para emitir un juicio ponderado son los presupuestos asignados a las fuerzas armadas del área, aun las de aquellos países que no cuentan con ejércitos, al menos oficialmente.

Ser sinceros y exponer, por ejemplo, que si la Seguridad Nacional de Costa Rica recibió 950 millones de dólares, Nicaragua apenas invertirá este año 95 millones de dólares. Guatemala por su parte, 98, El Salvador 434 y Honduras, 604 millones de dólares.

¿Por qué no exaltar que Nicaragua es el Estado con el menor número de soldados en Centroamérica?

Mientras “la cívica” Costa Rica-sin-ejército cuenta con 14 mil 497 agentes, la “Nicaragua “militarista” con ejército solo tiene 10 mil 358 efectivos. 

“Es el más bajo de Centroamérica”, registró Acan-Efe.

Era elemental, en ese “exhaustivo análisis”, destacar que el Ejército de Nicaragua es el que menos afecta el erario en la región. Así de sencillo.

III

Podemos darnos cuenta, solo con esta ilustración, que la materia prima de los extremistas, para armar su relato, no es precisamente la verdad. 

El objetivo principal es eclipsar “el nicaragüense sol de encendidos oros” y su “hacienda fecunda, plena de la armonía/ del trópico”.

Apartan los hechos y difunden la falsedad de que este es un país donde casi es imposible vivir e invertir, que está muy lejos de ser pacífico y atractivo para locales y extranjeros, y que el gobierno “oculta” las maras que ya “operan a sus anchas”.

Los “expertos” hacen una alharaca por el marero enjuiciado en Nicaragua –ya no tuvo tiempo de ir una oenegé política para brindar la consabida conferencia de prensa como “víctima”–, pero en Estados Unidos solo seis estados de la nación más poderosa del mundo están libres de esa fortaleza criminal.

De acuerdo a CNN, Estados Unidos estima que hay unos 6 mil (a 10 mil) miembros de pandillas centroamericanas dispersos en 46 estados y en el Distrito de Columbia, nada menos que la sede del poder de la Unión Americana: Washington D.C.

Si una superpotencia no ha podido controlar a estas maras, ¿por qué la derecha conservadora trata de espantar a turistas e inversionistas como si solo tres de los 15 departamentos y las dos regiones autónomas que componen Nicaragua faltaran por caer en sus manos?.

“Según la oficina del fiscal en Massachusetts, indica la cadena, la MS-13 es una de las mayores organizaciones criminales del país” y operan “internacionalmente, la mayoría de ellos en El Salvador, Honduras y Guatemala”, el Triángulo Norte.

No lo dijo la Fiscal de Managua. Fue la propia Institución estadounidense que, para decepción de los que sueñan ver destruida a la República, excluye a Nicaragua del área dominada por la organización criminal.

En Honduras meten el pánico 25 mil pandilleros; Guatemala 22 mil. “El Faro”, de El Salvador, reporta que “la MS13, Barrio 18 Sureños y Barrio 18 Revolucionarios tienen en conjunto entre 60.000 y 70.000 integrantes”.

El combate contra las maras en Norteamérica no es de estos días. En 2004, “el FBI crea la Fuerza Nacional de Trabajo contra Pandillas para luchar contra el crimen organizado”.

Ahora se investiga el accionar de la Salvatrucha en Italia, pero no por eso los turistas dejan de visitar la Ciudad Eterna, admirar El Coliseo, el Palatino, la espléndida Plaza Navona y las esculturas de Bernini…

La empresa de Atlanta pregunta: “¿Qué significa eso para Guatemala, Honduras y El Salvador, que desde hace varios años conforman una de las regiones más violentas del mundo?”.

De nuevo, la pregunta no va dirigida a Nicaragua porque la realidad nacional contesta, los datos confirman y los visitantes de Norte y Centroamérica, Europa y otras latitudes, además de las publicaciones especializadas, responden por la apacible tierra de Darío: la han elegido el Octavo Destino Turístico Mundial.

https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:60878-esa-obsesion-por-destruir-la-reputacion-de-nicaragua

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