Pablo Gonzalez

Nicaragua: Rubén Darío Salvatierra

RUBEN DARIO SALVATIERRA, fue sin duda el más emblemático de los Brigadistas Panameños; de él decían los Comandantes Sandinistas, que era el que más había evolucionado hacia el concepto revolucionario del Hombre Nuevo que todos queríamos ser. 




Moldeó su carácter duro y altivo, propio de su formación castrense, mediante la relación fraterna con sus compañeros Brigadistas que poseían otras concepciones ideológicas, así como por la influencia directa del estudio y la práctica revolucionaria de los jóvenes combatientes Nicaragüenses.

En su papel de Instructor físico en el primer campamento guerrillero, impuso un ritmo febril de entrenamiento y en las extenuantes carreras de resistencia a campo traviesa empezó a utilizar, para animar a los compañeros,un estribillo muy propio del sistema militar del cual provenía: “….Pancho Pelele mató a su mujer, la hizo chorizo y la puso a vender…”

La tropa repetía el estribillo al ritmo del trote impuesto por Darío, el incansable Instructor. Pero en la siguiente sesión de “crítica y autocrítica”, una joven combatiente. Nicaragüense llamada Violeta Jiménez, “Maria” le hizo un fraterno señalamiento a Darío en relación al estribillo que utilizaba:

“…La lucha del Pueblo Nicaragüense, no solo es para liberarse de la Dictadura Somocista, también, para acabar con todas las desigualdades y discriminaciones que sufrimos las mujeres y quiero señalar que durante el entrenamiento que realizamos todos los días, el Compañero “Diablo” utiliza una cancioncita que nos ofende a nosotras como mujeres...”

Darío la miró fijamente, con la ternura de un hermano mayor, una leve sonrisa iluminó su cara pero no le dijo nada y guardó silencio.

 Ninguno de nosotros tampoco añadió nada al respecto.

Al día siguiente, cuando el trote matutino estaba en lo más fuerte, escuchamos la misma “cancioncita” dirigida por el compañero “Diablo” pero con Una modificación radical de su letra; 

“La María, sabe mucho,… no se cansa,…no se queda… La María,...sabe mucho,... Ayayay…”y continuaba intercambiando los nombres de los demás compañeros con el mismo estribillo. 

Al escuchar ese estribillo con nuestros nombres repetidos por cien voces, todo aquel que marchaba rezagado, sacaba energías de la nada y continuaba hasta llegar de regreso al campamento para seguir haciendo más ejercicios.

Darío Salvatierra había estado en la lejana Libia, al Norte de África, como parte de las tropas Panameñas que cumplieron una Misión Internacional de Paz liderada por el General Omar Torrijos, allí conoció en persona al Mohamar El Kaddafi, el legendario Lider Libio.

Dario Salvatierra , había dejado su puesto de Sargento en la “Compañía Diablos Rojos” para integrarse a la Brigada “Victoriano Lorenzo”, por eso adoptó como su seudónimo “Diablo”.

Cayó en combate, conmemorando la Unidad Sandinista que poco antes se había acordado entre las distintas tendencias internas del Frente Sandinista.

Su desaparición física nos golpeó muy fuerte pero el dolor se convirtió en compromiso y nadie retrocedió, hasta lograr el triunfo definitivo sobre la dictadura.

...Aquí entre nosotros, les confieso , que cada ves que recuerdo este episodio de la hermosa Compañera María criticando fraternalmente y Dario y éste mirándola con la ternura de un hermano mayor, y su posterior caida en combate, se me anuda la garganta...

Del Libro de la Brigada Victoriano Lorenzo.

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