El presidente de EE.UU., Donald Trump, propondrá posiblemente, la próxima semana, un plan militar para atacar a Corea del Norte.
De acuerdo con el estratega de asuntos internacionales y fundador del laboratorio de ideas estadounidense (institución de investigación política o Think Tank, en inglés) Geopolitical Futures, George Friedman, Trump propondrá a su regreso a Washington D.C. (capital estadounidense) de su gira internacional, atacar y destruir las instalaciones relacionadas con el programa nuclear de Pyongyang.
El prominente analista evaluó que Washington se está preparando para lanzar un ataque militar contra Corea del Norte, probablemente en los próximos meses, según recogió el lunes el portal China Topix.
Friedman indicó que los últimos lanzamientos de prueba de misiles balísticos por parte de Corea del Norte ofrecerán a Washington un buen pretexto para efectuar un “ataque preciso, que involucraría a la Marina y a la Fuerza Aérea de EE.UU.”.
A su juicio, las hostilidades entre ambas partes siguen un veloz in crescendo, hasta llegar a un punto de no retorno, donde la guerra es inevitable. Para justificar estos alegatos, se apoyó en la acumulación de la Fuerza Naval y Aérea estadounidense a una notable distancia de la península coreana.
Friedman recordó, de igual modo, que más de un centenar de aviones de combate F-16 de la Fuerza Aérea de EE.UU. y de Corea del Sur llevan a cabo ejercicios diarios en la península, un movimiento que ya se vio antes del inicio de la Guerra del Golfo Pérsico en 1991, cuando EE.UU. atacó a Irak.
“La decisión de atacar se basará en el calibre de las consecuencias de las armas norcoreanas”, consideró, al tiempo que reconoció que EE.UU. “se enfrentaría a una guerra que no resultará nada fácil” de ganar.
Las tensiones en la península de Corea aumentaron notablemente el mes pasado, después de que EE.UU. enviara a la región un grupo naval de ataque, encabezado por el portaaviones USS Carl Vinson de propulsión nuclear, y las maniobras conjuntas efectuadas por EE.UU. y Corea del Sur.
Pyongyang sostiene que su escalada militar es en respuesta a las amenazas militares de Washington, al tiempo que acusa al país norteamericano de llevar a la península “al borde de la guerra nuclear”.
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