Esta es la típica noticia que pasa desapercibida y que parece algo lejano a nuestros intereses, cuando en realidad debería causar un estado de inquietud, alarma e incluso indignación entre la población de cualquier país del mundo, debido a la gravedad de sus implicaciones.
Según se ha revelado recientemente, sin notificación pública de cualquier tipo, la Marina de los EEUU ha estado llevando a cabo pruebas de guerra electromagnética en secreto sobre zonas civiles en el oeste del estado de Washington desde hace más de cinco años.
Es decir, sobre su propia población.
Un hilo de correo electrónico entre la Armada y el Servicio Forestal de Estados Unidos entre 2010 y 2012, recientemente obtenido gracias a la Ley de Libertad de Información (FOIA) por la investigadora y activista Carol Van Strum en noviembre de 2014, reveló que la Armada de EEUU es probable que haya estado utilizando emisores móviles de guerra electromagnética y realizado entrenamiento de guerra electromagnética en el Olympic National Forest y en la vía pública en la Península Olímpica de Washington desde el año 2010.
Lo que resulta más alarmante es que la marina nortemaricana no emitió ninguna notificación pública de dichas pruebas ni advirtió a nadie para que no accediera a las zonas en las que se realizaban los experimentos para evitar una posible exposición accidental a las ondas electromagnéticas; y eso a pesar que las pruebas se realizaron en zonas públicas y en destinos turísticos durante cinco años.
Para comprender la gravedad del asunto, cabe destacar que la propia Marina realizó un estudio médico que mostraba los efectos sobre la salud humana de la exposición a la radiación electromagnética, entre los cuales se incluían lesiones en la córnea, degeneración tubular de los testículos, calentamiento del cerebro, esterilidad, disfunción sexual masculina, muerte, trastornos de los nervios craneales, convulsiones, depresión, insomnio, dolor en el pecho, e incluso chispas entre los empastes dentales.
Otros informes de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, la NASA, médicos y diversas publicaciones científicas confirman estos y otros efectos nocivos para la salud que resultarían del arsenal de armamento electromagnético de la marina de guerra, además de los impactos negativos a gran escala sobre las aves, la vida acuática y otros seres vivos.
En particular, un estudio de la NASA de 1981 titulado “Interacciones del campo electromagnético con el cuerpo humano: Efectos y Teorías observadas” reveló los importantes daños que la radiación Electromagnética provoca sobre los seres humanos.
Según el informe de la NASA, entre los múltiples efectos adversos sobre la salud, se presentan casos de “fibrilación ventricular y síndrome de muerte súbita del lactante”, “cataratas” y “envejecimiento acelerado”. Se observa que los campos electromagnéticos “pueden promover el cáncer” y causar una “disminución de la función sexual”.
Démonos cuenta que entre los posibles efectos revelados por el estudio de 1981, está “la muerte súbita del lactante”, es decir, la muerte súbita en bebés y para la cuál aún no hay una explicación científica.
Que quede claro que no estamos diciendo que los bebés mueran por dicha síndrome por culpa de experimentos del ejército con campos electromagnéticos, pero sí cabe indicar que un campo electromagnético inducido sobre una determinada zona podría provocar un aumento del riesgo de muerte de bebés, algo que quizás está siendo ignorado.
De hecho, si ustedes acceden a la Wikipedia y buscan cuáles son los posibles factores de riesgo estudiados para esta síndrome tan dolorosa e inexplicable, encontrarán razones tan aburdas como que el bebé duerma boca abajo, colchón demasiado blando o sobrepeso de la madre durante el embarazo … en ningún caso se menciona la exposición a campos electromagnéticos o a pulsos electromagnéticos.
La Armada tiene la intención de llevar a cabo entrenamientos de guerra electromagnética generalizados en gran parte de la Península Olímpica, lo que implicaría vuelos de hasta 153 aviones por debajo de los 400 metros en algunas zonas y 2.900 ejercicios de entrenamiento que durante 16 horas al día, durante 260 días al año y sin fecha final a la vista.
Esto es lo que ha notificado que piensa hacer en un futuro cercano, sin embargo no notificó que ya llevaba 5 años haciéndolo en zonas públicas.
Como decíamos, además de los efectos nocivos sobre los seres humanos, hay potenciales “impactos negativos a gran escala” en todos los sistemas biológicos de la zona.
“Los efectos sobre los pequeños mamíferos, las aves, los reptiles y los anfibios fueron ignorados por completo, a pesar del hecho de que los 15 sitios de propiedad estatal seleccionados por la Armada para situar sus emisores móviles están en hábitats críticos para especies en peligro de extinción”, explicó la oficial del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos, Karen Sullivan, que trabajó en la División de Especies en peligro de extinción durante más de 15 años.
De acuerdo con el informe, la Marina llevó a cabo en secreto su propia evaluación del impacto ambiental de sus pruebas en la zona y todo ello sin alertar a nadie de que la evaluación supuestamente se había llevado a cabo.
A pesar de que la Armada mantiene que la población civil no está en riesgo durante estos entrenamientos, el contratista de la Marina Gerald Sodano declaró al periódico Peninsula Daily News que sólo hacen falta quince minutos de exposición para que la radiación electromagnética de un camión emisor dañe el “tejido líquido del ojo”.
Todas estas pruebas han estado realizándose sin dar cuenta de ello ni a la población local ni a los propios funcionarios del gobierno del estado de Washington.
El Dr. Martin Pall, profesor emérito de la Universidad Estatal de Washington, ha estudiado ampliamente el tema de los efectos de la radiación electromagnética, declaró que el argumento que cuando la marina norteamericana afirma que las pruebas son seguras, está mintiendo.
“Realmente no tenemos ni idea de lo que ha estado haciendo realmente la Armada con estos experimentos, porque no nos han informado de ello. Pero por lo poco que nos han contado, están utilizando gran cantidad de pulsos electromagnéticos en longitudes de onda que son perjudiciales para la salud humana y para los organismos biológicos. Ellos no nos dan ni una sola prueba sobre los efectos biológicos producidos por esos pulsos electromagnéticos de cuyas características no sabemos nada. Sólo nos ofrecen declaraciones vacías del tipo ‘no se preocupe por estas cosas’ “
Quizás muchos de los lectores pensarán que los experimentos que realice el ejército norteamericano sobre su propia población le importan un comino y quizás haya muchos que piensen que la población norteamericana se merece que los utilicen como conejillos de indias.
Pero la pregunta clave que todo el mundo debería hacerse es: si son capaces de hacer eso con su propia población, ¿qué no harán sobre las poblaciones de otros países?
Y no estamos hablando solo de países enemigos con los que EEUU esté en guerra solamente, sino de las poblaciones de los países aliados en los que EEUU tiene bases militares instaladas.
¿Alguien se imagina lo que son capaces de hacer en las bases de Rota o de Morón de la Frontera en España, por poner solo dos ejemplos?
Si no informaron de los experimentos ni al propio gobierno estatal del estado de Washington, ¿alguien cree que lo harían con el gobierno de un país aliado?
Y en el caso de que informaran de ello a un gobierno servil como el de España, ¿alguien cree que éste realizaría alguna protesta o simplemente bajaría la cabeza y lamería los pies de su amo norteamericano, como históricamente han hecho con independencia del color del gobierno?
Y no hace falta hablar de lo que podrían llegar a hacer en países de América Latina, por poner otro ejemplo.
Esta noticia nos pone sobre la pista de la gran cantidad de experimentos potencialmente dañinos y mortales que pueden estar realizando sobre la población de todo el mundo desde hace años …
Pero aun hay cretinos que creen que todo esto son “teorías de la conspiración” …
Çm&kSer.
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