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El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Un cazador de espías revela cómo fracasó la red de la CIA en Cuba


Al estudiar en el extranjero, Eduardo Sagaro era una persona particularmente interesante para la inteligencia estadounidense.
Dominaba el inglés, tenía la posibilidad de salir al extranjero y provenía de una familia de un funcionario cubano de alto rango, por lo que el doctor Sagaro estaba casi condenado a que la CIA intentara reclutarlo.

"Como Fidel atribuía especial importancia a la salud pública, que también era un asunto político… necesitaban a alguien en Cuba para informarles. 

Cuando nuestra inteligencia se puso en contaco conmigo, no tuve razón para negarme. 

Me prepararon y enviaron al extranjero para que mordieran este anzuelo. 

La CIA se interesó en mi personalidad", empieza su extraordinaria historia Eduardo. 

Lo que le interesó a la inteligencia estadounidense, sobre todo, era la organización de la salud pública en Cuba así como algunos casos más específicos relacionados con el eventual impacto de las epidemias en la sociedad cubana, desde las enfermedades respiratorias que afectaban a las tropas cubanas cerca de la base de Guantánamo hasta la posibilidad de contagiar la fiebre de Lassa en Cuba, según revela el médico.

"Creo que las utilizaban [armas biológicas]. 

La pregunta de cómo ve el Ministerio de Salud Pública la posibilidad de que el sida pueda llegar a Cuba no es una pregunta inocente.

 Estaban interesados en el impacto de las epidemias en Cuba", afirma.

Otro asunto que atraía el especial interés de la CIA en aquella época era la presencia de las tropas cubanas en África.

 "Por supuesto querían obtener más información sobre la implicación de Cuba en los asuntos africanos, las relaciones que tenía Cuba con la URSS y Alemania del Este en África, cómo creció el número de tropas cubanas allí y quiénes eran los diplómaticos cubanos", constata Sagaro.

 "También querían saber la opinión de los diplomáticos cubanos sobre lo que iban a hacer en Washington o ya habían llevado a cabo, como Radio Martí… querían saber la reacción del Gobierno cubano ante la crisis en las Malvinas", continúa. 

En la Habana funcionó toda una red de agentes de la CIA, quienes, de hecho, eran de la inteligencia cubana. 

En 1987 fue tomada la decisión política de revelar la identidad de varios agentes dobles para mostrar al pueblo cubano y a todo el mundo lo destructivas e ilegales que eran las actividades de EEUU contra la isla. 

Solo un año antes de aquella revelación se produjo el gran escándalo Irán-Contras o Irangate.

"Si tenían otro escándalo, la crisis de la CIA sería mucho más grave, pero ellos lograron silenciar lo que sucedió en Cuba", admite.

Mientras tanto, había otro beneficio de aquella revelación, explica el doctor Sagaro. 

Era aun más importante mostrar a todo el mundo cuán ineficaz era la inteligencia estadounidense. 

"De la noche a la mañana se dieron cuenta de que no tenían nada y toda la información que tenían estaba proporcionada por nosotros", afirma. 

"El trabajo de la CIA en Cuba colapsó.

 Eso fue una derrota moral para todos aquellos oficiales bien entrenados.

 Resultó que habían sido incapaces de detectar nada. 

Todos sus métodos de detección no funcionaban en absoluto", declara Eduardo impresionado.

 Sin embargo, es sumamente duro y peligroso llevar la vida de un agente doble, confiesa Eduardo. 

Uno tiene que enfrentarse con "esa máquina", llevar a cabo operaciones clandestinas y estar rodeado por gente ajena.

"Fue un gran reto. Uno tiene que abandonar todo y llevar una vida doble.

 Por ejemplo, viví en condiciones perfectas, tenía un apartamento muy grande donde se encontraban mis dispositivos. 

Sin embargo, no tenía oportunidad de casarme ya que al permitir a una mujer vivir conmigo… ella se habría enterado de todo.

 Cuanto más supiera, tanto peor sería para ella", lamentó.

Por fin, respondiendo a la pregunta sobre las razones de la derrota de la CIA pese a todos sus recursos, el doctor Sagaro opina que a la inteligencia estadounidense le falta el fundamento ético, por lo tanto pasaron por alto los motivos profundos de los cubanos, los de defender a su Patria y a su pueblo, arriesgando su vida. 

"Sobre todo, se basan en una idea errónea de que cualquier persona tiene su precio. 

Reclutan a mercenarios por todas partes, pueden comprar a cualquier persona de la misma manera como se compra un trozo de queso. 

Pero uno no es un trozo de queso, sino un ser humano que tiene valores", está convencido Eduardo. 

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