Pablo Gonzalez

¿Por qué tenemos tanto miedo de Cuba?


En la mañana antes del desayuno y el inicio de nuestro intenso viaje a través de Cuba, Chuck Wurth volvería a caminar por los barrios que rodean nuestros hoteles en La Habana y Cienfuegos.

Wurth, de Overland Park, entonces volvería y compartiría lo que él había recogido con su esposa, Antonia, y los otros 21 de nuestro grupo Asociación Nacional para la Educación Multicultural. Su interacción personal cotidiana sin guion en las calles con los cubanos provocó que Wurth preguntara a nuestro grupo:

 “¿De qué tenemos tanto miedo?”

Lo que Wurth encontró fue lo que todos fueron testigos el mes pasado en el intercambio cultural y profesional de nueve días, en el país comunista a 90 millas al sur de la Florida.Los cubanos son personas amigables, abiertas y amables. Ninguno se sentía oprimido, aunque para los estándares de Estados Unidos muchos viven en la pobreza.

Como la mayoría de los estadounidenses, les encantaría tener salarios más altos, aparatos de alta tecnología y coches nuevos en esta nación donde los carros americanos de la década de 1940 hasta principios de la década del 1960 llenan las carreteras, debido al estrangulamiento económico que EE.UU. ha mantenido sobre Cuba.

 Las mejoras en los ingresos permitirían a más cubanos el lujo del aire acondicionado en el sofocante calor tropical, y todos se asegurarían de que sus hijos tuvieran un futuro brillante.

Pero nadie expresó animosidad hacia los EEUU a pesar de más de 50 años de nuestro asfixiante embargo económico y los numerosos intentos de EEUU para asesinar al líder cubano Fidel Castro.

No hubo muestras de rechazo durante el recorrido por el Museo de la Bahía de Cochinos en Playa Girón. La invasión de 1961, un esfuerzo militar de exiliados cubanos patrocinados por la CIA para volver a tomar la Isla después de la revolución de Castro en 1959, fracasó rotundamente. Sólo encontramos orgullo y reverencia, en el Museo y Memorial Ernesto “Che” Guevara en Santa Clara, en el Museo de la Campaña de Alfabetización y el Museo de la Revolución en La Habana. El amor que los cubanos sienten por su país no influye en los sentimientos que tienen hacia EEUU.

Rodrigo González, nuestro coordinador pincipal en Cuba, dijo a nuestro grupo: “Somos vecinos. Estamos muy cerca. Queremos que la relación se base en el respeto y beneficio mutuo”.

Esto se ha hecho más posible desde que el presidente Barack Obama y el presidente cubano, Raúl Castro iniciaron conversaciones el 17 de diciembre de 2014, para normalizar las relaciones entre los dos países. A los cubanos les gustaría que Obama cerrara la base de Guantánamo y devolviera la propiedad a Cuba. Ellos quieren que el Congreso levante el embargo y otras restricciones para que Cuba pueda prosperar.

En Cuba hemos encontrado un sentido de comunidad y de cuidado hacia los demás que Estados Unidos parece haber perdido. Los jóvenes de la Comunidad Proyecto Espiral expresan ese sentimiento durante el segundo año que nos hemos encontrado. Pero Rubén Rodríguez con Espiral está preocupado por las expectativas crecientes, que sólo les traerían frustraciones

Los cubanos no quieren perder su sentido de comunidad y de la historia, dijo Mayrel Suárez, con Espiral y directora de Jacinto García Junior High School. Encontramos una conexión similar en una clínica de salud de La Habana, en discusiones con el médico Miguel Paneque y en una fiesta con los residentes en un vecindario en Cienfuegos.

 Esta comunidad se parecía a muchos barrios deteriorados de East Side en Kansas City. Pero los adultos no tenían duda el futuro de sus hijos sería bueno.

Los adolescentes cubanos sienten un enorme estrés por obtener buenas calificaciones y conectar más en las redes sociales. Los estudiantes de la escuela secundaria nos dijeron que estaban motivados para ir a la universidad, tener carreras profesionales y hacer de Cuba un lugar mejor. “Nos dejan ser nosotros mismos y decimos lo que queremos”, dijo Rachel, de 15 años.

Camillia, de 15, agregó: “Pero ellos no quieren que los niños se olviden de sus raíces.”

Es lo que los padres estadounidenses quieren para sus hijos. En nuestra fiesta de despedida, el brindis de Henry Heredia fue para darle continuidad a la amistad entre Cuba y EEUU.

Todos esperábamos lo mismo.

(Publicado en el diario The Kansas City Star, traducción Dariena Guerra/ Cubadebate)

http://www.cubadebate.cu/noticias/2016/08/10/por-que-tenemos-tanto-miedo-de-cuba/#.V6xsG9LhDcs

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