(elmundo.cr) – Costa Rica lleva ya doce meses consecutivos con tener una inflación cuya variación interanual es negativa.
Esto ha repercutido en que las fijaciones de aumentos salariales se mantengan prácticamente en cero.
La inflación se mide con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), a cargo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
Dicho índice está compuesto por una serie de bienes y servicios que conforman la canasta básica de consumo, para un total de 315 artículos de mayor consumo en los hogares costarricenses.
Sin embargo y pese a que las cifras arrojan que el costo de la vida es el mismo desde hace un año, los costarricenses de a pie opinan diferente.
De acuerdo con la Universidad Nacional (UNA) esto se debe porque en primer lugar no todos los hogares consumen los mismos productos, y no todos compran los bienes y servicios de la canasta básica.
En segundo lugar, hay ciertos productos y servicios que suben de precio, pero que al bajar otros se contrarresta el efecto.
“Al final como promedio el resultado da una contención en el nivel de precios”, afirmó el Observatorio de la Coyuntura Económica y Social de la UNA.
Uno de los ejemplos dados es que no todas las familias poseen un automóvil, por lo que para quienes tienen vehículo cuando la gasolina sube, reciben un golpe a su bolsillo y cuando esta baja, un respiro.
“De igual forma sucede con los medicamentos, cuyo consumo es más alto en los hogares con adultos mayores o con miembros con padecimientos crónicos como la diabetes o la hipertensión”, agregaron.
También es posible que algunas familias consuman cada mes más bienes y servicios, es decir, que gasten más y por consiguiente su ingreso les alcance cada vez menos.
De acuerdo con el Observatorio de la Coyuntura Económica y Social, el endeudamiento suele ser uno de los principales costos que reducen el presupuesto destinado a consumo.
“Una familia que se encuentre ahorrando en los principales rubros de su canasta de consumo pero debe destinar una parte de su ingreso a pagar un crédito de vivienda, una tarjeta de crédito, entre otros, probablemente tenga la percepción de que los precios no han bajado y que más bien todo está más caro porque su capacidad de ahorro es escasa o nula”, explicaron.
Otros factores que repercuten en el costo de la vida que perciben los ticos es que la mayoría no recibe los ajustes semestrales que se hacen a los salarios, o bien producto de las condiciones actuales de empleo, se han limitado los ingresos de un importante número de la población, con lo que aunque los precios se mantengan estables, perciben los precios altos pues el ingreso es insuficiente.
“La baja inflación de los últimos meses no implica necesariamente que el poder adquisitivo del ingreso de todos los hogares se haya incrementado, en realidad seguimos viviendo en un país relativamente caro que requiere de una articulación de políticas de fomento productivo y de potenciación de las capacidades humanas de alcance generalizado, que permitan un incremento sostenido de la productividad laboral, y con ello, una mejora sustantiva de los salarios reales, especialmente de los más bajos”, concluyeron.
