Este martes se cumplieron cuatro años del golpe de Estado parlamentario en Paraguay contra el legítimo y democráticamente electo presidente Fernando Lugo, mediante un juicio político orquestado en menos de 24 horas por el Congreso, que desde antes de iniciar la sesión tenía definida la condena.
El 22 de junio de 2012, en el senado paraguayo, 39 parlamentarios de derecha votaron para romper el orden democrático, cuatro rechazaron el golpe de Estado y dos se ausentaron.
La política antirrepresiva y la reivindicación de la lucha por la redistribución de la tierra fueron dos de las causas presentadas por el Congreso para justificar el juicio político contra el presidente Lugo.
La disposición al diálogo y el reconocimiento de las demandas campesinas fueron los argumentos para exigir la destitución del Mandatario, quien asumió el poder que el pueblo le otorgó mediante el sufragio, el 15 de agosto de 2008.
La acusación contra Lugo se presentó en la sede del Poder Legislativo, sin prueba alguna que la sustentara y los denunciantes se limitaron a esgrimir que las causas eran “de pública notoriedad, motivo por el cual no necesitan ser probadas”.
El documento que contenía el orden del día del Senado paraguayo establecía como punto final que se “declarará culpable” al presidente Fernando Lugo y “se lo separará de pleno de derecho de su cargo”.
En esa oportunidad, Adolfo Ferreiro, uno de los abogados defensores del Jefe de Estado, expresó: “Si esto no es una condena anunciada con libreto impreso y distribuido a los señores senadores, yo no puedo concebir una burla mayor de este Senado”.
Periodistas alternativos también denunciaron en esa ocasión que una agenda común entre los medios de comunicación privados de Paraguay contribuyó a consumar el golpe de Estado.
Días previos al golpe, una alianza entre medios generaron una crisis política, sobre todo luego de los hechos ocurridos el 15 de junio de 2012, en los cuales fallecieron 11 campesinos y seis policías tras las actuación de francotiradores de sectores vinculados a la derecha.
Igualmente iniciaron una acérrima censura contra un sector de la población que intentaba resistirse a la dictadura y al golpe de Estado en la nación suramericana.
AVN