La instalación militar pertenece a la Segunda Brigada Acorazada Cazadores del Desierto, de la VI División del Ejercito chileno y está ubicada en el radio del pequeño poblado de Cariquima (400 habitantes) en el desierto de Atacama.
Esta base ubicada a 3.400 metros sobre el nivel del mar posee una unidad capaz de movilizarse completamente en pocas horas, contemplando abastecimiento de agua y combustible para largos periodos.
Así, los militares chilenos pueden realizar patrullas de larga duración por esta zona desértica que se caracteriza por ser la más árida y seca del planeta.
El coronel Pablo Onetto Jara, comandante de la Segunda Brigada Acorazada Cazadores, aseguró al portal BioBioChile que "la Base Patrulla instalada en esta localidad del altiplano chileno, tiene la finalidad de marcar presencia militar en zonas aisladas, donde hay compatriotas haciendo soberanía, así ellos sienten que el Ejército les puede prestar un apoyo permanente, y además se sienten seguros".
Por otra parte, la presencia de las Fuerzas Armadas permite brindar ayuda al poblado, que si bien posee una escuela y una pequeña sala de salud, carece de energía eléctrica y agua potable.
A comienzos de mayo, el Consejo Regional de Tarapacá aprobó un proyecto que permitirá la electrificación de 11 localidades de la zona, entre las que se encuentra Cariquima.
Sin embargo el proyecto no se iniciará hasta el primer semestre de 2017.
El Ejército chileno en el norte
Esta base militar se suma además a otras dependencias similares que el Ejército de Chile posee en Putre (provincia de Arica) y Patrinacota, en la frontera con Perú.
Todo esto se enmarca en el Plan Estratégico de Desarrollo de la Fuerza para el año 2026, que incluye la remodelación de los cuarteles de Camiña y Ascotán. Estos últimos funcionarán como centros de entrenamiento para las unidades de la I y VI División del Ejército.
El despliegue militar impulsado desde Santiago se da en el contexto en que Bolivia ha anunciado que demandará a su vecino ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por el aprovechamiento ilegal de las aguas del Silala.
Este río, que surge en el departamento boliviano de Potosí, sufrió la modificación de su cauce para ser desviado al norte de Chile y así abastecer a las poblaciones de la región.
La Paz exige por ello una compensación económica.