*Guillermo Jacoby ve “raros” movimientos entre los gobiernos del Triángulo Norte
*Presidente de APEN cree que: “Bloque del norte le tiene miedo de Nicaragua”
*Con las condiciones adecuadas, los nicaragüenses son bien agresivos con sus productos, sostiene representante empresarial
El llamado Triángulo de Norte, compuesto por Guatemala, El Salvador y Honduras, podría estar nervioso por la iniciativa de Nicaragua que apunta a la conquista de los mercados agregando valor a los productos primarios y atrayendo inversiones para fomentar la industria.
No deja de llamar la atención que mientras Honduras acuerda con Guatemala el establecimiento de una zona comercial libre de controles aduaneros, por otro lado, restringe a Nicaragua cerrando sus frontera a los lácteos pinoleros.
También despertó comentarios inquietantes el ingreso sin complicaciones de los productos lecheros de Honduras hacia El Salvador justo cuando este último país fue denunciado en Managua por aplicar “trabas no arancelarias” al queso nicaragüense.
¿Qué advierten estas movidas de los vecinos del norte?
¿A qué apuestan o hacia dónde apuntan? Guillermo Jacoby, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua, APEN, compartió sus puntos de vista con Trinchera de La Noticia.
“Desde mi punto de vista, que el bloque del norte tienen miedo de lo que Nicaragua puede hacer, por supuesto que lo tienen.
Nosotros hemos sido básicamente importadores de productos terminados y de valor agregado de estos países, pero ahora que comenzamos a cambiar la matriz exportadora, ellos tienen miedo”, indicó Jacoby.
Razones para temer
El dirigente empresarial y del sector exportador, explicó que observan de cerca la situación con Honduras, pero lo trabajan con el Consejo Superior de la Empresa Privada, COSEP, porque es el canal de contacto directo con el gobierno.
Guillermo Jacoby, presidente de APEN.
“Trabajamos directamente en eso, sin embargo, lo hacemos con el COSEP, porque es el vínculo que trata con el gobierno y con los actores involucrados para resolver este problema. Acción y reacción son iguales y opuestos, en el momento que vos confrontas, te confrontan, pero creo en la diplomacia, no soy diplomático, pero creo que los diplomáticos deben arreglar esto de una manera correcta para ambos países”, señaló.
Jacoby observó las razones por las cuales los países vecinos del norte podrían estar temerosos y decididos a buscar estrategias de protección.
“Ellos tienen miedo por dos razones, primero porque van a perder mercados y segundo porque nosotros podemos entrar con productos de valor agregado de mejor calidad a los mercados que ellos tradicionalmente manejan y cuando esa competencia se ve, entonces ellos empiezan a buscar mecanismos para defender lo que ellos consideran son sus mercados que tradicionalmente han controlado”.
Agresividad conocida
Impulsar la agroindustria para que los productos exportados contengan mayor valor y puedan abrirse espacio en los mercados de consumo es la bandera que Nicaragua no debe dejar caer.
La idea no es nueva, pero parece estar llegando a un punto donde su aplicación es irreversible.
“Los nicaragüenses ya lo hemos demostrado, con las condiciones correctas somos bien agresivos, obviamente van a tener miedo de la agresividad que se puede dar con nuestros productos”.
“Pueden haber proyectos de infraestructura, como el canal (interoceánico) que de hacerse obviamente podría traer beneficios, pero ok, olvidémonos de esos proyectos y concentrémonos en lo que el país es capaz de producir, el país puede producir un montón de productos primos que de ser transformados con valor agregado van a generar riquezas.
Si exporto frijol molido y empacado, ya no se lo tengo que comprar a El Salvador y si exporto un corte especializado de carne, ese corte tuvo que haber sido hecho por mano de obra nicaragüense”, argumenta Jacoby.
Abandonar los tiempos coloniales
Guillermo Jacoby considera que los productores nacionales han despertado y están convencidos en esforzarse con la tarea de transformar las mercancías primarias para consolidarse en el mercado internacional.
“Perfectamente podemos agregar valor y con esto Nicaragua se va hacia arriba. Nicaragua se enfoca en dejar de ser un exportador de los tiempos de la colonia, porque aún exporta los mismos productos que vendía en 1900, pero los productores han despertado y empiezan a ver las grandes oportunidades y cuando los países de Centroamérica ven que Nicaragua está con esas ideas y que ya no será el exportador de los tiempos coloniales, cuando constatan esto, buscan como protegerse y nosotros debemos buscar mecanismo como los tratados de libre comercio para mantener el mensaje de productividad con valor agregado”, sostuvo.
APEN
La necesidad de buscar nuevas opciones en el campo de la producción y la exportación, desembocó en la iniciativa de un grupo de productores agrícolas no tradicionales, para conformar en 1991 la Asociación de Productores y Exportadores de Productos No Tradicionales (APENN), organismo que fue posible con el apoyo de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).
El objetivo era brindar apoyo a las pequeñas, medianas y grandes empresas nicaragüenses, para mejorar su competitividad.
Y es así como trece años después, en diciembre de 2004, la Asociación incorporó otros rubros aunque tradicionales, igualmente importantes para la generación de divisas, como el café o la carne, lo que hizo que la institución cambiara su nombre para convertirse en la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua, APEN.
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