Pablo Gonzalez

Transnistria


La brusca disolución de la URSS dejó en la región euroasiática una multitud de disputas fronterizas. 

El carácter federativo del estado soviético tuvo problemas al trasladarse a los nuevos estados independientes. 

Una de las regiones que permanecen en un estado “pendiente de reconocimiento” es la autoproclamada república de Transnistria.



¿De qué región se trata?

Transnistria —el territorio denominado oficialmente como República Moldava Pridnestroviana, o Pridnestrovia— está ubicada en Europa del Este, dentro del territorio que anteriormente formaba la República Socialista Soviética de Moldavia, integrada en la URSS.

El área limita con Moldavia, al oeste, y Ucrania, al este. Tal como indica su nombre —Pridnestrovia se refiere a ‘cerca del río Dniéster'—, se sitúa mayoritariamente en la orilla izquierda de este río.

Con una población de unos 133.000 habitantes, la capital de Transnistria es la ciudad de Tiráspol y fue fundada en 1792 por el Mariscal de Campo ruso, Aleksandr Suvórov.

Transnistria mantiene un control de facto sobre la ciudad moldava de Bender (también conocida como Tighina), que declaró su independencia de Moldavia el 27 de enero de 1990. 

Sin embargo, las autoridades pridnestrovianas oficialmente no incluyen Bender en el territorio de la república.

La autoproclamada república no tiene salida directa al mar, aunque su frontera sur está muy cerca del mar Negro.


© SPUTNIK/ RUSLAN SHALAPUDA


¿Quiénes habitan Transnistria?

Los moldavos, rusos y ucranianos representan partes casi iguales en la población de la zona: un 32,1%, 30,4% y 28,8%, respectivamente. También un 2,5% de la población son búlgaros. De esta manera, la población eslava constituye un 62% del total de sus habitantes.

Las autoridades de la república emplean tres idiomas oficiales: ruso, moldavo y ucraniano. No obstante, el idioma de la administración, en su mayoría, es el idioma ruso.

El idioma moldavo es considerado como un dialecto del rumano, lengua romance emparentada con el idioma español. En el territorio de Transnistria el moldavo se escribe con alfabeto cirílico a diferencia del resto de Moldavia, donde se utiliza el alfabeto latino desde los años noventa.

¿Cuál es el estatus político actual de la región?

Transnistria se autoproclamó independiente de Moldavia en 1990.

Actualmente no es reconocida oficialmente como un Estado soberano ya que para la comunidad internacional la región forma parte de Moldavia. Sin embargo, goza del reconocimiento de dos entidades parcialmente reconocidas —Osetia del Sur y Abjasia— y de una no reconocida —Nagorno Karabaj—.


© SPUTNIK/ I. ZENIN
Parvulario destruido en Transnistria

Las autoridades y la población de Transnistria han expresado en varias ocasiones su voluntad de convertirse en un sujeto federal de Rusia.

En concreto, en 2006 tuvo lugar un referéndum en el que el 97.2% de los votos fueron favorables a integrarse en Rusia. 

En 2013, el Consejo Supremo de Pridnestrovia aprobó el uso de la legislación rusa en el territorio de la autoproclamada república.

© AP PHOTO/ BELA SZANDELSZKY

En marzo de 2014 —en el período de la reunificación de Rusia con Crimea— el mismo Consejo Supremo envió una solicitud oficial a la Cámara Baja del Parlamento ruso de elaborar mecanismos legales para integrar Transnistria en la Federación de Rusia.

Sin embargo, hasta la fecha la posición oficial del Kremlin consiste en apoyar la integridad territorial de Moldavia, con Transnistria como una entidad autónoma dentro del país.

¿A quién pertenecía la región?

Históricamente, la región tuvo una mezcla de influencias de varias culturas y etnias. En la antigüedad, en el territorio de Besarabia —el resto de la Moldavia actual— vivían tribus eslavas, húngaras, tártaras y diversos pueblos nómadas. 

En el siglo XIII, aparecieron las colonias genovesas, y en el siglo XV, la región se sometió a la influencia otomana. 

En 1812, tras una guerra turco-rusa, Besarabia pasó a formar parte del Imperio ruso.




En medio del caos de la Guerra Civil en Rusia —entre los años 1917 y 1923— Rumanía se anexionó Besarabia —violando el acuerdo firmado entre Moscú y Bucarest sobre la retirada de las tropas rumanas—, mientras que Transnistria continuó como una parte de la naciente Unión Soviética, dentro de la República Socialista Soviética de Ucrania.

La URSS nunca reconoció la adhesión de Besarabia y buscó reincorporar la zona —la actual Moldavia— a su territorio. Con este fin creó la República Autónoma Moldava dentro de la República Socialista Soviética de Ucrania como una "base de partida" para la reintegración del territorio perdido.

En 1940 Moscú presentó un ultimátum a Rumanía para que devolviera Besarabia al seno de la Unión Soviética. 

Tras la entrada de las tropas soviéticas, Bucarest cedió el territorio, el cual fue unido por la URSS a Transnistria para crear la República Socialista Soviética de Moldavia.

Sin embargo, Besarabia permaneció poco tiempo dentro de la URSS: tras el ataque de la Alemania nazi contra la Unión Soviética, las fuerzas rumanas se aliaron con las alemanas y llegaron a ocupar Besarabia, Transnistria y los territorios ucranianos hasta el río Bug Meridional.




La administración ocupante impuso la política de rumanización intensa que preveía la prohibición de los idiomas ruso y ucraniano en todos los ámbitos, así como la implantación forzada de la lengua rumana, incluso en los territorios donde nunca se habló.

En 1944 las tropas soviéticas liberaron la región y la incorporaron de nuevo a la URSS, reestableciendo la República Socialista Soviética de Moldavia.

Moldavia permaneció en la URSS hasta 1991. Al disolverse la Unión Soviética, la república proclamó su independencia.

Las raíces del conflicto armado

Las autoridades de Moldavia ya antes de la caída de la URSS trazaron una ruta hacia la reunificación con Rumanía, proclamaron el moldavo como el idioma oficial, relegando al ruso de la mayoría de sus funciones, y cambiaron la escritura de la lengua moldava del alfabeto cirílico al latín.

La población rumanohablante defendía que los moldavos y los rumanos eran un único pueblo, así que eran partidarios de acabar con la independencia de Moldavia para después integrarla a Rumanía. 

Tales sentimientos iban en contra de los intereses de la población de Transnistria, en su mayoría eslava.

En 1990 —un año antes de la caída de la URSS— al temer la posible discriminación por parte de los rumanos, los habitantes de la región proclamaron la República Moldava Pridnestroviana. 

El entonces presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, declaró que esta proclamación no era válida.

Tras la declaración de independencia de Moldavia en 1991, las fuerzas armadas moldavas procedieron a retomar el control sobre la región.

La fase abierta del conflicto armado duró casi 5 meses, desde marzo hasta finales de julio de 1992.

 El conflicto se cobró la vida de un millar de personas y tuvo como consecuencia que Moldavia perdiera el control de la región.

Las tropas transnistrias se hicieron con el control de la ciudad de Bender en la orilla derecha de Dniéster, mientras las fuerzas moldavas lograron capturar varias localidades en el distrito de Dubasari, ubicado en la orilla este.

El conflicto se detuvo tras la intervención del 14º Ejército ruso, desplegado en Transnistria desde la época soviética. 

Los soldados rusos contribuyeron al fin de las hostilidades e iniciaron el camino hacia las negociaciones entre las partes opositoras.

© SPUTNIK/ SHADRIN

Tropas de interposición rusas en Transnistria

A pesar de la paz lograda, el estatus político de Transnistria permanece pendiente de definición, ya que ambas partes no cambiaron su postura respecto a este punto.

La situación actual

El conflicto sigue congelado pero los recientes acontecimientos en Ucrania amenazan con reavivar la guerra.

El nuevo gobierno de Ucrania decidió bloquear la rotación de las fuerzas de paz rusas desplegadas en la región, puesto que las autoridades ucranianas las consideran una amenaza para Kiev.


© SPUTNIK/ SERGEY MAMONTOV


También Kiev apoya la integridad territorial de Moldavia ya que la propia Ucrania sufre un conflicto armado en Donbás de carácter territorial —del que suele culpar a la "injerencia rusa", sin presentar pruebas sólidas—. 

Con su postura respecto a Transnistria busca debilitar la influencia de Rusia en cualquier zona donde sea posible.


La dinámica del conflicto en la vecina Ucrania puede representar un peligro para Transnistria, dada su posición geográfica entre dos actores que se oponen a su soberanía política —Moldavia sigue manteniendo sus planes de integración con Rumanía, mientras que Ucrania está dispuesta a apoyar cualquier medida que esté en contra de los intereses de Rusia en la región—.



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