La policía está investigando si Prince murió a manos de traficantes de droga, después de las revelaciones según las cuales el cantante se mantuvo despierto ininterrumpidamente durante seis días antes de su muerte.
Los detectives de homicidios están a la caza de los proveedores de drogas que pueden haber suministrado ilegalmente al músico con opiáceos para alimentar su aparente adicción a las drogas.
También se está investigando a los médicos que trataron a Prince y que deberían conocer su adicción a los opiáceos.
Al respecto, las autoridades policiales de Minneapolis se han negado a descartar un cargo de homicidio criminal.
Según informaron a la policia socios de negocios de Prince, el cantante podría haber sido asesinado.
Los detectives han recibido “carta blanca” para investigar en los asuntos de Prince durante los últimos dos años.
Los teléfonos móviles, ordenadores y cuentas de correo electrónico del personal que trabaja en el complejo de Paisley Park, donde residía y falleció Prince, están teniendo examinados por las autoridades.
Así pues, la propia policía empieza a tomarse en serio la posibilidad de que alguien del entorno de Prince contribuyera activamente en la muerte del cantante.
Y existe la posibilidad de que los médicos que le trataban estén implicados, como ya sucedió con la muerte de Michael Jackson.
Y es que hay muchas formas de provocar la muerte de alguien. No es necesario pegarle un tiro, apuñalarle ni tirarlo por el balcón.
Prince podría haber sido inducido a un estado de adicción que le hubiera llevado a consumir drogas (adulteradas o no) que acabaran con su vida.
Y ante esta posible hipótesis, la pregunta que se presenta es: ¿quién y por qué querría ver muerto a Prince?
Al respecto, la web anti-sionista Veterans Today ofrece su propia versión de los hechos, que reproducimos a continuación para que los lectores la juzguen y la tengan en consideración.
PRINCE DONÓ 50.000 DÓLARES A EVENTOS QUE BUSCABAN LA VERDAD SOBRE EL 11-S
Prince falleció repentinamente la semana pasada a la edad de 57 años. Los primeros informes dijeron que murió “después de recibir un tratamiento contra la gripe”.
En estos momentos la causa de la muerte aún se desconoce y abundan las teorías de conspiración.
Los medios de comunicación se han dado cuenta de que Prince “creía en varias teorías de la conspiración”, incluyendo las estelas químicas (chemtrails) y el plan del Nuevo Orden Mundial-illuminati de implantar un microchip en la población. Además Prince era también un fan de David Icke.
Como indicamos en el artículo ¿HAY ALGUNA CONSPIRACIÓN TRAS LA MUERTE DE PRINCE?, estos días ha corrido por las redes una información según la cual Prince habría “advertido” con 3 años de antelación, de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Concretamente, la teoría se basa en un presunto fragmento de concierto de Prince, grabado durante en Holanda durante una gira por el extranjero del año 1998, en la que el cantante canta:
“Tengo que volver a América.
Me tengo que preparar para la bomba.
Osama bin Laden preparándose para bombardear.
Osama bin Laden preparándose para bombardear.
América, es mejor que tenga cuidado
¡2001, Pégame!”
Bien, al respecto de sus denuncias sobre los atentados del 11-S en Nueva York, hace poco se ha sabido que Prince donó 50.000 dólares a la “Marcha del Millón de Familias” organizada por la Nación del Islam en octubre de 2015.
Este evento, fue, con mucho, el mayor acto de protesta jamás realizado pidiendo que se revele la verdad sobre los hechos del 11-S.
Así es como Veterans Today describió el acto en su momento…
La manifestación ha sido enorme, claramente el tercer mayor acto de (principalmente) afroamericanos en toda la historia, después de la marcha de 1963 en Washington y de la marcha del millón de Hombres del 10 de octubre de 1995.
Aunque los asistentes no eran todos musulmanes, fue organizado por la Nación del Islam, el grupo musulmán más poderoso, audaz y mejor organizado de los Estados Unidos.
El acto estuvo enfocado en aclarar los hechos que rodearon los atentados del 11-S, pidiendo la acusación y la condena de los verdaderos autores del peor crimen jamás cometido en suelo estadounidense, junto con la restitución a las víctimas: comenzando por los más de diez millones de musulmanes asesinados, heridos, robados o desplazados por la guerra contra el Islam, provocada por el neoconservador golpe de Estado del 11 de septiembre de 2001.
Cabe destacar que el generoso donativo de Prince a este acto organizado por la Nación del Islam, no se debía a que Prince fuera musulmán, puesto que Prince era Testigo de Jehová.
Así pues, parece que el donativo de Prince tendría mucho más que ver con el apoyo a la búsqueda de la verdad sobre lo acontecido en los atentados del 11-S, en los que, según sostienen fuentes del propio Veterans Today, estarían implicados Arabia Saudita, Israel y el Mossad y agentes sionistas dentro del gobierno de EEUU.
Tal y como denuncia el Dr. Kevin Barrett en su artículo en Veterans Today, el patrimonio neto de Prince se estima entre 50 millones y 100 millones de dólares.
Un patrimonio que pudo acumular, según Barrett, “por el hecho de haberse opuesto a ser manipulado y robado por la industria del entretenimiento gestionada por Sionistas y que tantas estafas ha realizado a muchos otros artistas, especialmente a los artistas negros”.
Lo que nadie puede negar es que Prince nunca entró en el juego de las casas discográficas y se enfrentó cara a cara con ellas, manteniendo su independencia tanto como pudo.
Barrett especula con que alguien con un patrimonio de 50 a 100 millones de dólares y un alto perfil en los medios de comunicación, dispuesto a exponer la agenda del Nuevo Orden Mundial, podría ser fácilmente considerado como una “amenaza a eliminar”.
Que Prince era odiado por determinados círculos pro-sionistas, lo tenemos en la respuesta de algunos personajes a su muerte, como Debbie Schlussel, una propagandista pro-sionista, muy próxima a la línea de Netanyahu y que tras la muerte de Prince publicó un artículo insultante en el que se burlaba de la muerte del músico, afirmando cosas como:
“El artista actualmente conocido como ‘Comida para los gusanos cremada'”, en lo que parece ser un ataque a Prince por su enfrentamiento con las discográficas que le llevaron a verse obligado a abandonar su nombre artístico, Prince, y pasar a ser llamado “el artista anteriormente conocido como Prince” o incluso “Symbol”.
Schlussel se mostró furiosa con Prince por que él “nunca realizó un concierto en Israel” y porque tenía una visión positiva del Islam.
Pero lo que parece haber irritado más a Schlussel y a otros defensores del sionismo, era ese generoso donativo de 50.000 dólares para el evento en el que se pedía la revelación de la verdad sobre el 11-S y que se organizó pocos meses antes de la súbita y aún misteriosa muerte del cantante.
De hecho, gente como Schlussel corrió a calificar esa enorme manifestación como un “festival del odio contra los blancos, antisemita y anti-estadounidense”.
Así pues, según denuncia el artículo del Dr. Barrett en Veterans Today, lo que podría haber preocupado a determinados círculos sería la determinación de Prince de invertir parte de su fortuna y de utilizar su fama para denunciar la verdad sobre los atentados terroristas del 11-S; una verdad que iría mucho más allá de una simple implicación de Arabia Saudita y que revelarían una amplia implicación del propio Israel.
De hecho, Schlussel se desenmascara cuando al hablar sobre la herencia que dejará Prince afirma que:
“..al menos alguno de sus seis a ocho hermanos y medio hermanos, continuarán donando a la Nación del Islam parte de los entre 50 y 100 millones de dólares que hereden tras la muerte de Prince”
Louis Farrakhan
Por lo visto, su temor principal es que ese dinero podría contribuir enormemente a que el líder de la organización, Louis Farrakhan, continuará diciendo la verdad sobre el 11-S sin tapujos.
Así pues, la pregunta de los 100 millones de dólares es:
¿Prínce fue “eliminado” para evitar que se gastara su dinero y utilizara su fama y talento para exponer la verdad sobre el 11-S y la agenda del Nuevo Orden Mundial?