El rey de Arabia Saudí se negó a dar la bienvenida al presidente de EEUU en el aeropuerto, y prefirió mandar a una pequeña delegación de funcionarios.
La televisión local no dedicó tampoco una especial atención a la visita de Barack Obama.
Los medios internacionales comentan que la “acogida explícitamente fría” por parte de los saudíes se debe a la propuesta de Obama a Riad de “compartir” su influencia en Oriente Próximo con Teherán.