"El Tribunal Supremo de Canadá reconoció de forma unánime y a través de una sentencia, derechos para al menos 650.000 indígenas que no poseían estatuto ni estaban reconocidos por la Constitución de 1867."
Increíble pero cierto, esos indígenas, los verdaderos dueños de esas tierras, estaban considerados hasta el momento al mismo nivel que los caribús y osos polares.
"La decisión indica que las autoridades de Canadá se verán obligadas a proporcionar determinados servicios a los mestizos e indígenas sin estatuto, así como negociar con ellos temas relacionados con sus derechos, tal y como hacen con los indígenas con estatuto."
Aquí vemos que existen dos tipos de indígenas en la democracia canadiense: los llamados "con estatuto" que son más o menos aceptados en la comunidad humana, y los "sin estatuto" y, por lo tanto, sin condición humana reconocida.
Lo curioso es que no se está tratando este tema allá por los siglos XVI o XVII sino en una llamada democracia del siglo XXI, vecina de otra que hace "Informes Anuales sobre Derechos Humanos" sobre otros pueblos y ni miran a sus vecinos.
En Canadá, los indígenas reconocidos con estatutos son incluidos en un Registro que les permite establecerse en reservas, practicar la caza y recolección en ese territorio, estar excluidos del pago de algunos impuestos y gozar de determinados beneficios.
Es decir, los obligan a vivir en un área limitada, una cárcel sin rejas y los derechos que consiguen lo hacen a través de consideraciones especiales y no por tener los mismos derechos que los blancos.
Es curioso que nunca haya visitado Canadá ni la Comisión Internacional de Derechos Humanos, ni la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ni tampoco la Oficina de los Derechos Humanos de ONU. Ya es hora de poner un Relator Especial ante los abusos de los racistas canadienses.
Lo peor es que todavía existe una gran población indígena sin ningún tipo de derechos a quienes la Iglesia declaró en su día como "no humanos" y, por tanto, se podrían matar o esclavizar a capricho e interés del hombre blanco.
Liborio Guaso
Publicado por JM Álvarez
