Las huellas de dedos meñiiques descubiertas en una cueva en el sudoeste de Egipto no pertenecen al ser humano, revela una investigación publicada por National Geographic.
Un grupo de antropólogos del Instituto McDonald de investigación arqueológica (Universidad de Cambridge) encabezados por Emmanuelle Honoré ha analizado los restos pictóricos hallados en una cueva cercana a la localidad egipcia de Wadi Sura.
En el año 2002 fueron descubiertas en la gruta unas 5.000 pinturas rupestres cuya antigüedad estimada es de 8.000 años.
La mayoría de ellas reflejan imágenes de seres humanos, animales y misteriosas especies sin cabeza.
Además, encontraron centenares de huellas de manos perteneciente a un adulto y 13 impresiones de pequeño tamaño.
Hasta ahora se pensaba que estas últimas las habían dejado niños, pero los antropólogos han desmentido esta teoría.
Al comparar las huellas con las manos de menores y hasta bebes nacidos antes de tiempo han llegado a la conclusión que no son humanas.
Las huellas son demasiado pequeñas y los dedos eran más largos que los de los niños.
Los científicos estiman que los pintores antiguos usaban las patas de lagartijas para crear sus pinturas.