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Siria y la recurrente excusa del “intervencionismo humanitario”


La apelación a causas humanitarias por parte de los medios y gobiernos occidentales para justificar intervenciones como la que podría acontecer en Siria no es nueva. 

La guerra bajo pretextos humanitarios ha sido un argumento recurrente tras el fin de la Guerra Fría. Antes, en los países integrantes de la OTAN, los dirigentes de turno solían esgrimir el argumento de la amenaza de invasión o ataque por parte de países alineados con la Unión Soviética (o incluso los “no alineados”) [1] . 

Pero, tras la desaparición de la URSS, los poderes occidentales tuvieron que intensificar la argumentación “humanitaria” para justificar su intervenciones armadas. Recordemos cómo la primera guerra librada por occidente tras la caída del bloque del este tuvo como justificación el aparentemente noble propósito de liberar Kuwait tras la invasión iraquí. 

No es extraño que a partir de entonces, las ONGs proliferaran como hongos ya que iban a ser éstas las encargadas de cubrir con el barniz del falso humanitarismo la brutalidad de la guerra y saqueo.

3.1 Bernard Kouchner, precursor del “principio de injerencia humanitaria”

Bernard Kouchner, como el otro gran partidario del “intervencionismo humanitario” en Francia, Bernard-Henri Lévy, participó en su juventud en las revueltas de mayo del 68 donde fue líder huelguista en la facultad donde estudiaba medicina. Pero su lucha contra el poder establecido duró bien poco pues cuatro meses después formó parte de un equipo médico reclutado por el gobierno francés que viajó hasta Nigeria para proporcionar ayuda humanitaria a la efímera república secesionista de Biafra.

Allí, en Nigeria, en 1967, había habido importantes tensiones entre la minoría étnica igbo, cristianos del sureste, y los musulmanes hausas del resto del país, hasta el punto de que los cristianos habían declarado su propia república independiente, la república de Biafra. Se daba la curiosa circunstancia de que Biafra albergaba algunas de las mayores reservas petroleras de Nigeria, con lo que el conflicto estaba servido. Por un lado el ejército nigeriano estaba apoyado por Inglaterra y la Unión Soviética y por otro Biafra estaba siendo armada por Francia, Portugal, Sudáfrica e Israel. Así, el poder central nigeriano planeaba bloquear económicamente a los secesionistas y que el hambre provocara su rendición. 

Fue en este momento cuando Kouchner y el resto de doctores franceses aterrizó en Biafra para, de esta manera, disfrazar de ayuda humanitaria lo que en realidad era una intervención por parte de Francia en apoyo del bando secesionista. 

El resultado de esto fue una cruenta guerra civil a la que siguió una terrible hambruna. Kouchner, de vuelta a París y en contacto con los servicios secretos franceses, se dedicó a labores de propaganda en las que utilizó el hambre de Biafra a favor de los intereses geopolíticos franceses en la zona. 

Para ello Kouchner no dudó en emplear profusamente la palabra “genocidio” para lo que en realidad era una guerra civil por el control de los ricos recursos petroleros de Nigeria y no un ataque unilateral para exterminar a un sector de población desarmado. 

Kouchner y otros médicos franceses intentaron usar la Cruz Roja (que en teoría ha de mantenerse neutral en todo conflicto) para recabar apoyos entre la opinión pública a favor de la secesión de Biafra. 

Pero pronto, en diciembre de 1971, dejaron Cruz Roja para formar su propia organización, Médicos Sin Fronteras (MSF), hoy día una de las ONGs que gozan de mayor reputación. Esta organización no dudó en llevar a cabo una campaña en la que se comparaba la situación de Biafra dentro de Nigeria con la de los judíos dentro del III Reich nazi. 

Pero la realidad era que aquí los dos bandos estaban armados y, por tanto, los dos bandos mataban (aunque el biafreño era el más débil y llevaba las de perder) y que la intervención occidental empeoró una situación ya de por sí dramática. Junto a Kouchner y a MSF los medios también se dedicaron a echar gasolina al fuego publicando gran cantidad de fotos de niños en estado de inanición, contribuyendo a manipular la sensibilidad del público a favor de la intervención cuando, precisamente, había sido la guerra la que había desatado la terrible hambruna (la ONU la cifró en un millón y medio de víctimas). 

Dichas fotos impactantes tuvieron un éxito publicitario inmenso porque contribuían a silenciar las voces anti-intervención con la acusación (falsa, por otra parte) de que éstas “justificaban el genocidio”.


Las fotos de los niños de Biafra dieron la vuelta al mundo en los años 70.

Lo relevante del caso es que la tragedia de Biafra inauguró un esquema recurrente para manipular a la opinión pública a favor de las guerras neoimperialistas disfrazadas de “humanitarias”: una potencia occidental apoya y arma a una minoría contra el gobierno central o contra otro país o etnia rival y de esta manera la potencia en cuestión utiliza a esta minoría para acrecentar sus intereses geoestratégicos y económicos en la zona. 

Y si la minoría apoyada por occidente se muestra más débil que su rival los medios de comunicación de la potencia occidental proclaman la existencia de un “genocidio”, que no dudarán en comparar con el holocausto nazi para así buscar el apoyo a la intervención militar de la población televidente. Las fotos de niños muertos o famélicos son de rigor. 

La emoción sustituye así a la razón y pensar en las verdaderas causas de la tragedia (la política imperialista de “divide y vencerás” y en último término el saqueo a los países menos desarrollados) se hace imposible para las masas. Finalmente, la intervención militar se produce, arrasando la zona, añadiendo más violencia a la violencia y haciendo más profundos los odios entre las comunidades enfrentadas. En esto consiste esencialmente el “principio de injerencia humanitaria”.

Tras el episodio de Biafra, Kouchner repitió el mismo esquema en Vietnam. Así en 1979, el fundador de MSF se unió a los llamados nuevos filósofos franceses (grupo al que también pertenece Bernard-Henri Lévy) en la campaña “Una barca para Vietnam”. A través de esta campaña y aprovechando las dramáticas imágenes de barcos atestados de vietnamitas anticomunistas que huían del país por miedo a represalias tras la guerra, Kouchner y compañía se dedicaron a hacer propaganda contra el movimiento comunista que luchó contra la nefasta intervención militar de EE.UU., silenciando cómo esta intervención había dejado miles de muertos y un país devastado por las bombas, el napalm y el agente naranja.

Ya en esa época la explotación de su papel de fundador de MSF por parte de Kouchner para promover su “intervencionismo humanitario” lleva a parte de esta ONG a enfrentarse al doctor más mediático de Francia. Ello motivó que Kouchner abandonara la organización para fundar otra ONG rival: Médicos del Mundo (MdM).

Con Médicos del Mundo Kouchner se dedicó a principios de los 90 a promover la desmembración de Yugoslavia. Para ello llevó a cabo una campaña mediática de mentiras tendente a satanizar a los serbios, comparándolos con los nazis (a pesar de que habían sido las grandes víctimas de la política genocida del III Reich durante la II Guerra Mundial) y a su líder Slobodan Milosevic, a quien no dudó en compararlo con Hitler. 

No contento con esto, Kouchner lanzó a bombo y platillo el bulo de que los campos de detención de los serbobosnios (todos los bandos contendientes tenían este tipo de campos pero los medios solo nos hablaban de los regidos por el bando serbio) eran campos de exterminio al estilo nazi. Para ello su organización, MdM, no tuvo ningún reparo en sacar un cartel con un burdo fotomontaje: a un fragmento de fotografía que mostraba a un grupo de prisioneros de los serbobosnios tras una alambrada le unió otra que mostraba la torreta de vigilancia de un campo de concentración nazi.

 Lo cierto es que según desveló del periodista alemán Thomas Deichmann, quién viajó al supuesto campo de exterminio en Bosnia, los hombres de la foto estaban tras un cercado del que podían salir si querían y estaban reunidos allí para ser protegidos de actos violentos de elementos incontrolados (esto es algo que incluso reconoció uno de nuestros periódicos más anti serbios El País del 17/08/1997, p. 13). 

La foto que usó Kouchner (tomada por periodistas británicos) incluso buscó deliberadamente un hombre excesivamente delgado entre hombres mayoritariamente entrados en carnes para poder sustentar la idea (falsa) de que allí se exterminaba a los prisioneros por hambre. 

Y no sólo El País reconoció el engaño (por supuesto muy a posteriori y cuando ya el daño estaba hecho) sino también el propio Kouchner lo reconoció delante del presidente bosnio Izetbegovic en 2003 cuando éste estaba en su lecho de muerte en presencia también del diplomático norteamericano Richard Holbrooke (mediador en los acuerdos de Dayton):

“Kouchner: ¿Recuerdas la visita del presidente Mitterrand...? Durante esa conversación hablaste de la existencia de ’campos de exterminio’ en Bosnia. Repetiste eso delante de los periodistas. Eso provocó considerable emoción por todo el mundo. François me envió a Omarska y liberamos otras prisiones. Eran lugares horribles pero la gente no era exterminada sistemáticamente. ¿Tú sabías eso?

Izetbegovic: Sí. Pensé que mis revelaciones podrían precipitar los bombardeos... Sí, lo intenté, pero mi afirmación era falsa. No había campos de exterminio sea cual fuere el horror en aquellos lugares.

Kouchner concluye: La conversación fue magnífica, que un hombre en su lecho de muerte no nos escondiera nada de su papel histórico. Richard y yo expresamos nuestra inmensa admiración".

MdM (Kouchner) y su pasión por las comparaciones odiosas y los burdos trucajes fotográficos

De esta manera, Kouchner hizo un gran servicio a la OTAN, ayudándola a sobrevivir tras la Guerra Fría y expandirse. De hecho, tras la criminal campaña de dos meses y medio de bombardeos sobre Serbia, Bernard Kouchner fue nombrado Alto Comisionado de la misión de la ONU en Kosovo, tras la ocupación. Bajo su mandato, Kosovo se convirtió en un narcoestado en el que los clanes mafiosos albaneses llevaron a cabo una despiadada limpieza étnica contra serbios, gitanos y todo elemento díscolo. 

Tal es la naturaleza del humanitarismo de Kouchner, un humanitarismo selectivo: las víctimas que despiertan su interés sólo son las que puede utilizar a favor de los intereses imperialistas de EE.UU. y Francia. Esto, a parte de en Biafra, en Vietnam o en Yugoslavia, se vio muy claro en Birmania en 2000 cuando Kouchner recibió 25.000 € de la petrolera francesa Total por redactar un informe que obviaba que la dictadura militar del mencionado país asiático usaba mano de obra esclava para construir gasoductos para la compañía francesa [2].

3.2 Las ONGs al servicio del intervencionismo “humanitario”

Como dijimos más arriba, la nueva situación mundial tras el fin de la Guerra Fría obligaba a las potencias a extremar el mensaje humanitario para justificar su política exterior intervencionista. De ahí que en los 90 las mal llamadas Organizaciones No Gubernamentales (puesto que reciben abundantes subvenciones de los estados, amén de lo que reciben de magnates y fundaciones privadas) empezaran a proliferar como nunca.

Alguna de estas organizaciones, sin embargo, existían desde hacía décadas. Este es el caso de organizaciones de inspiración cristiana como la Cruz Roja o Cáritas. Ambas habían jugado un papel nefasto durante la Segunda Guerra Mundial. La primera de ellas, la Cruz Roja, organización fundada en el siglo XIX por el ferviente calvinista suizo Jean Henry Dunant, colaboró en la evacuación hacia Latinoamérica de criminales nazis tras la Segunda Guerra Mundial, en lo que se llamó las “rat lines” (“ruta de las ratas”), según afirma Gerard Steinacher, investigador de la Universidad de Harvard, en su libroNazis en Fuga: Cómo los esbirros de Hitler huyeron de Europa(2011). 

En cuanto a Cáritas, tan solo hay que decir que el arzobispo croata Aloysius Stepinac, que inspiró el régimen clerofascista genocida de Ante Pavelic, fue el fundador de la sucursal de Cáritas en Zagreb. 

Además, el director de Cáritas en Roma, Karl Bayer reconoció la implicación de su organización en la falsificación de pasaportes y en la entrega de dinero a criminales nazis tras la guerra. De hecho, Bayer admitió que el viaje del famoso criminal nazi Adolf Eichmann a Sudamérica salió de las arcas de Cáritas [3]. Como se puede ver, por tanto, las actividades caritativas de estas dos ONGs cristianas encubren otro tipo de acciones.



Documento desclasificado por el ejército de los EE.UU. que implica a Caritas en los crímenes de Pavelic y la Ustasha

Y quien piense que el comportamiento criminal de Cruz Roja o de Cáritas es cosa del pasado se equivoca. También durante las guerras de Yugoslavia en los años 90 estas dos organizaciones olvidaron sus propósitos humanitarios para convertirse en fuerzas que intervinieron en el conflicto armado, por supuesto del lado de las grandes potencias.

 Así Cruz Roja se dedicó a falsificar el censo de musulmanes caídos a manos de los serbios tras la toma de Srebrenica de tal manera que algunos de los muertos “resucitaron” al poco tiempo para votar en las elecciones bosnias. Su objetivo era magnificar la matanza de Srebrenica para provocar la intervención armada de la OTAN, que tuvo lugar al poco tiempo [4]. 

Y en cuanto a Caritas, durante la guerra de Kosovo demostró lo poco que había cambiado desde la Segunda Guerra Mundial pues en uno de los camiones cargados con ayuda humanitaria que partía del puerto italiano de Ancona, bajo un doble fondo, había un cargamento de armas (¡nada menos que 30 toneladas!) para la guerrilla mafiosa albanokosovar, la UÇK. Esto lo hizo público Il Corriere della Sera(3 y 4 de mayo de 1999), que dista mucho de ser un periódico de izquierdas.

A propósito de Kosovo, habría que recordar el papel tan vergonzoso llevado a cabo en la provincia serbia por MSF, en la línea del humanitarismo selectivo de su fundador Kouchner. En efecto, durante la campaña de bombardeos de la OTAN sobre Serbia, la situación sanitaria de los civiles que no pudieron huir llegó a ser dramática, tanto que la sección de MSF griega decidió entrar a ofrecer ayuda humanitaria. Para proteger la delegación de esta ONG el ejército serbio se prestó a habilitarles un corredor por donde entrar debidamente señalizados por consejo de la OTAN, para evitar no ser confundido con un objetivo militar. Reacción de la cúpula de MSF: expulsión de la sección griega por violar el acuerdo de neutralidad al negociar la entrada con las autoridades serbias. La sección griega quedó estupefacta: 

“Quizá se cometió un error, pero pensamos que había que hacer algo por la población de Kosovo, fuera serbia o albanesa. Se nos acusa de actuar bajo bandera griega, algo expresamente prohibido, pero sólo pintamos las barras azules en nuestros automóviles por consejo de la OTAN, que deseaba identificarnos para evitar bombardearnos”

Éstas son declaraciones del presidente de la sección griega de MSF, el doctor Odysseas Voudouris, quien además advirtió de, precisamente, lo grave de ese humanitarismo selectivo inaugurado por Kouchner y que estamos denunciando aquí. Continúa Voudouris:

“ (...) queremos alertar a la opinión pública de algo que nos parece muy grave: el movimiento humanitario ha perdido el rumbo, y eso quedó claro en Kosovo y luego con nuestra expulsión. O revisamos a fondo nuestra actuación o acabaremos siendo una simple excusa moral de la política de las potencias occidentales”. 
(...)

“MSF, por ejemplo, ha crecido mucho, se ha alejado de sus orígenes de voluntariado, se ha centralizado. Algunas secciones, como la de Bélgica, dependen en un 80% de las subvenciones de su Gobierno y de la Unión Europea. Y empezamos a alinearnos con demasiada frecuencia con la opinión pública occidental. El movimiento humanitario no es realmente internacional: es occidental [5]”. 

En realidad MSF pretendía en Kosovo auxiliar solo a los albanokosovares (y no a serbios, gitanos y demás minorías como se propuso la sección griega) porque, alineadas la mayoría de las secciones con los intereses de la OTAN, solo pretendía hacer propaganda del dolor de los albaneses y ocultar el de los serbios. Prueba de su connivencia con los intereses otánicos es que el único voto contrario a la expulsión de Grecia fue el de la sección de Japón, país que no participaba en la desmembración y saqueo de Yugoslavia.

Otra ONG que contribuyó al dominio occidental de la antigua Yugoslavia y que recabó apoyos incluso entre la extrema izquierda fueron Mujeres de Negro de Belgrado. Usando como tapadera la doble bandera del pacifismo y el feminismo también pusieron en práctica el humanitarismo selectivo kouchneriano, aunque de manera más sibilina, pues si bien esta organización empezó (con razón) denunciando la ocupación israelí de los territorios palestinos, desde Belgrado se dedicó a denunciar la violencia de la guerra solo cuando la ejercía el bando serbio. De tal manera que cuando cayó Milosevic (a lo que ellas contribuyeron) y en Kosovo las hordas de mafiosos de la UÇK perseguían a serbios, gitanos y otras minorías étnicas en las barbas de Kouchner y la ONU, estas antimilitaristas selectivas cerraron el pico y miraron para otro lado. Estaba claro por qué: como Otpor, las Mujeres de Negro de Belgrado era una de las muchas ONGs financiadas por Washington a través de la National Endowment for Democracy [6], que no es otra cosa que una tapadera que la CIA ha usado en los últimos tiempos. De hecho, cuando Milosevic cayó y Kosovo fue limpiado de serbios esta organización feminista y antimilitarista resurgió con fuerza en.... ¡Venezuela!, justo otro de los países en el punto de mira de EE.UU. El problema es que en Venezuela no hay guerra, de modo que el ropaje antimilitarista de Women in Black resulta ridículo. Aun así esta ONG no ha dudado en defender a militares y policías corruptos (entre ellos un grupo de oficiales que ayudaron a ocultarse en Venezuela al siniestro Ministro de Interior de Fujimori, Vladimiro Montesinos), según ellas, “presos políticos del régimen de Hugo Chávez”. Curiosamente, en las manifestaciones anti-Chavez en Venezuela también se han visto muchos emblemas de Otpor.


Las Mujeres de Negro y su antibelicismo selectivo: mucho homenaje a los muertos en Srebrenica pero de la limpieza étnica de serbios, gitanos, turcos, judíos y demás minorías en Kosovo ni palabra. 


Igualmente la ONG periodística Reporteros sin Fronteras (RSF), casi siempre en boca de nuestros medios como adalid de la “libertad de prensa”, no es más que una tapadera de operaciones de intoxicación informativa de los servicios de inteligencia occidentales, especialmente de los norteamericanos. Escritores como el canadiense Jean-Guy Allard, la estadounidense Diana Barahona o los franceses Salim Lamrani y Thierry Meyssan han puesto de relevancia cómo esta ONG fundada por Robert Mènard y con sede en París, solo centra sus críticas en los gobiernos no afectos a Washington como por ejemplo el de Venezuela. Lo curioso es que durante el golpe contra Chávez de 2002 RSF permaneció muy callada, no denunciando la suspensión de la libertad de prensa y ocultando hasta el último momento que había un enorme movimiento popular en pro de la liberación del presidente ¿cómo iban a hacerlo si los poderosos medios privados venezolanos como la estación Cisneros, muy ligados a RSF, fueron los instigadores del golpe? Lo mismo hizo esta ONG en Haití, donde celebró el golpe contra Aristide, silenciando ciertos episodios de la política represiva del gobierno que acabaron por imponer las potencias, como el asesinato por la policía del reportero de radio Abdeas Jean o el tiroteo al periodista Raoul Santo-Louis, sucesos que tuvieron lugar en mitad de un clima general de hostigamiento a la prensa no sumisa [8].

 No es extraño que Mènard y RSF apenas critiquen la política de EE.UU. y del resto de potencias occidentales aliadas suyas ya que tienen importantes conexiones con ellas. RSF ha admitido que recibe dinero del Centro para una Cuba Libre, que constituye un grupúsculo de la extrema derecha cubana en el exilio de Miami dirigido por Frank Calzón, que es un ex agente de la CIA y que fue director de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA). Esta organización financió atentados contra la industria turística de Cuba, uno de los cuales costó la vida a un turista italiano. Y ¿quién financia al Centro para una Cuba Libre? Según Diana Barahona y Jeb Sprague, este organismo es financiado mediante “préstamos” no reembolsados de la NED/CIA a través de la International Republican Institute (IRI), que es una rama de la NED/CIA.




Y ¿qué decir de Amnistía Internacional, una de las ONGs más citadas por nuestros medios como ejemplo de neutralidad en los conflictos bélicos y una de las más respetadas por la izquierda occidental? Este prestigio tiene mucho que ver con la falta de memoria porque hay que recordar que AI fue la ONG que se encargó de difundir la mentira de los bebés asesinados en las incubadoras de un hospital de Kuwait por las tropas de Sadam Hussein, mentira que había sido inventada por la empresa de relaciones públicas Hill & Knowlton y representada por Nayirah Al Sabah, hija del embajador de Kuwait en EE.UU. También hay que recordar que AI difundió igualmente el bulo que fue el detonante de la guerra de Libia, a saber, el bombardeo de 250 manifestantes desarmados, bulo que fue desmentido por periodistas como el italiano Maurizio Matteuzzi de Il Manifesto, que se desplazaron a la zona. 

El caso es que también fue AI una de las ONGs que denunció las torturas del régimen represivo instaurado por los rebeldes libios amigos de occidente tras la muerte de Gadafi. Ésa es una de las estrategias habituales de AI para disimular su sesgo pro imperialista de cara al público: hacer de pirómano y luego actuar de bombero para apagar el fuego (sobre todo cuando ya es demasiado tarde).

Y es que AI como la también prestigiosa y ubicua Human Rights Watch pertenecen a la Federación Internacional de Derechos Humanos, que está financiada por grandes magnates, fundaciones privadas, bancos, empresas y gobiernos occidentales. Entre otras entidades podemos citar la Open Society del millonario norteamericano George Soros, y (¡cómo no!) la National Endowment for Democracy [9]. Como dijo una vez James Petras de las ONGs, “la mayoría de se gastan el 90% de sus fondos en ellas mismas. Son depredadoras, no humanitarias. Sirven a agendas políticas por intereses económicos”. Dicho de otra manera: son herramientas del intervencionismo “humanitario”.




3.3 Las ONGs contra Siria

Muy en consonancia con lo que se hizo para justificar la intervención en Libia, donde las ONGs occidentales obtenían su información de una organización humanitaria fantasma creada para la ocasión, la Liga Libia por los Derechos Humanos (LLDH) con sede en Francia y vinculada a la NED, en el caso de Siria las ONGs se están dedicando a difundir los informes de dos organizaciones de idénticas características: el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y el Centro para el Estudio de los Derechos Humanos de Damasco.

El Centro para el Estudio de los Derechos Humanos de Damasco está dirigido por Radwan Ziadeh, quien ha ocupado y ocupa importantes cargos en instituciones norteamericanas. De hecho, Ziadeh:

-Es cofundador y director ejecutivo del Centro Sirio de Estudios Políticos y Estratégicos (Syrian Center for Political and Strategic Studies) de Washington DC.

-Es miembro de la Asociación de estudios de Oriente medio (Middle East Studies Association MESA), y del Carr Center for Human Rights de la Universidad de Harvard.

-Es el jefe de redacción de “Justicia de transición en el proyecto del mundo árabe”.

-Fue redactor jefe de Tyarat magazine en 2001-2002 y secretario de la Organización Siria para la transparencia.

-Fue un investigador en el proyecto Siria 2025 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

-Está en la Junta de directores del Centro para el Estudio del Islam y la Democracia (CSID) en Washington DC.

-Es un miembro del Grupo Asesor para el Instituto de Democracia y Asistencia Electoral (IDEA) en Estocolmo, Suecia.

-Es miembro de la Junta Consultiva para la Iniciativa Mundial Islámica USIP para programa de "Reforma y seguridad en el mundo musulmán".

-Es miembro de la Asociación Americana de Ciencia Política Internacional (APSA).

-Es miembro de la Asociación Internacional de Ciencia Política (IPSA).

-Es miembro de la Asociación de Estudios Internacionales (ISA).

-Es miembro del Instituto de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres.


Radwan Ziadeh


También participa en reuniones del Real Instituto de Asuntos Internacionales RIIA, más conocido por Chatham House, que es el edificio donde tiene su sede en Londres este organismo. El Royal Institute of International Affairs (RIIA) o Chatham House es un think tank británico que fue fundado en 1920 y es el equivalente del Consejo de Relaciones Exteriores (CRF) norteamericano que fundó el clan petrolero Rockefeller en 1921. Ambos organismos están estrechamente relacionados y dirigen la política exterior angloamericana y están relacionados con el MI6 y la CIA. Además Radwan Ziadeh ha sido becado por la National Endowment for Democracy (NED), que como ya sabemos es el brazo civil de la CIA, y ha ejercido de comentarista político en grandes medios occidentales como la BBC y en la cadena qatarí Al Jazeera y la saudí Al Arabiya. Con semejante curriculum no nos debe extrañar que las principales ONGs occidentales aliadas con el Centro para el Estudio de los Derechos Humanos de Damasco actúen como actúan.

Por su parte el Observatorio Sirio de Derechos Humanos no tiene su sede en Siria sino en Londres y está dirigido por Osma Alí Suleiman, alias Rami Abdel Rahman. Según datos de la cancillería rusa, Rami Abdel Rahman es un comerciante, sin formación, y que, como hemos dicho, ni siquiera reside en el país del conflicto. Según, Alexánder Lukashévich:

“Según nuestros datos, el 'Observatorio Sirio de los Derechos Humanos' que provee los datos, cuenta con tan solo dos personas, un director y un secretario traductor. Está encabezado por un tal R. Abdurajmán, a quien no solo falta la formación periodística o jurídica, sino también una simple educación secundaria completa” 
En noviembre del pasado año Rami Abdel Rahman concedió una entrevista a los medios en los que admitió ser londinense y dueño de una cafetería, exactamente lo que habían dicho los diplomáticos rusos, los cuales intentaron contactar con miembros de esta ONG que evitaron en todo momento darse a conocer. Según la cancillería rusa. “estos hechos hablan por sí mismos sobre la fiabilidad de la información proporcionada por esta estructura", menciona la cancillería rusa [10].”



Mapa de la Agencia France Press donde se reconoce que la fuente es el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH, en sus siglas en inglés)

Para Thierry Meyssan, director de Red Voltaire, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos es en realidad una oficina de los ultraderechistas Hermanos Musulmanes en Londres. Lo grave del caso es que Rami Abdel Rahman es la principal fuente de los datos sobre el conflicto sirio en la que se basan Al Jazeera, Al Arabiya y los grandes medios occidentales por lo que esta información es cualquier cosa menos objetiva. Y no solo los medios se basan en esta discutible fuente sino también las ONGs como Amnistía Internacional, que incluso lo reconocen en su página web.



A pesar de que AI reconoce que no ha pisado suelo sirio, se ha dedicado a difundir toda suerte de noticias sobre supuestas atrocidades cometidas por el gobierno de Al Asad. Las noticias, que más bien son rumores, difundidas por AI rara vez dan datos concretos y las fuentes siempre permanecen anónimas, como se puede ver en el siguiente ejemplo tomado de Público del 18/02/2012, uno de nuestros medios más pro-intervención: 

“Amnistía Internacional dijo que ha obtenido pruebas [?] que muestran la brutalidad del régimen. La organización citó a un sirio, del que no dio el nombre, que dijo que le habían destrozado una parte de la mano con explosivos por negarse a rezarle a una fotografía del presidente Bashar al Asad.”

Pero no se citan tales pruebas, ni se nos aclara nada sobre la identidad del denunciante. Con ese mismo inconfundible estilo basado en la acusación sin pruebas, AI hizo público un informe de 36 páginas, que consistía básicamente en recortes de prensa y vídeos anónimos para "demostrar" las atrocidades en los hospitales de Siria, donde un trabajador de la salud (de nuevo) anónimo afirmaba "... quitaron el respirador al menos a un paciente inconsciente [11]...”. El Informe de Amnistía Internacional además aseguraba que los civiles sirios heridos en las protestas “han sido físicamente asaltados en los hospitales estatales por el personal médico, en algunos se les niega la atención médica, mientras que otros han sido detenidos o han desaparecido simplemente en el hospital". Sin embargo, Franklin Lamb del Foreign Policy Journal comprobó sobre el terreno que las acusaciones de AI contra los hospitales sirios eran falsas y aseguró que son gratis para todo el mundo, incluso para los extranjeros (incluidos los judíos a pesar de que Siria no reconoce el estado de Israel) y que sólo hacen preguntas de índole médica a los enfermos, nunca políticas. En realidad, las fuentes en las que se basa el informe de AI son las cadenas de las petromonarquías del Golfo Al Jazeera y Al Arabiya y varios clips anónimos de YouTube, es decir, las mismas que se utilizaron para demonizar al gobierno libio y justificaron la intervención de la OTAN en aquel país.

Otro informe de AI titulado Crackdown in Syria: Terror in Tell Kalakh“reveló” crímenes contra la humanidad en una localidad siria. El informe pretendidamente “documenta muertes bajo custodia, torturas y detenciones arbitrarias que tuvieron lugar en el mes de mayo [de 2011], cuando el ejército y las fuerzas de seguridad de Siria llevaron a cabo una amplia operación de seguridad, de menos de una semana de duración, contra los residentes de esta localidad cercana a la frontera con Líbano”. AI dice que las “documenta” pero a renglón seguido admite que “las conclusiones del documento se basan en entrevistas realizadas en Líbano y telefónicamente a más de 50 personas en los meses de mayo y junio [12]”. En la portada del artículo, por cierto, no hay ninguna foto de ningún crimen contra la humanidad, sino la foto de un tipo con un ordenador detrás. Y esto es la regla en todos sus “informes”.

En otro artículo en cuyo titular AI habla de “masivas manifestaciones” asegura que “decenas de miles de personas se manifestaron este viernes en varias ciudades sirias”. En Homs “nueve manifestantes resultaron heridos por disparos de las fuerzas de seguridad”. Tampoco aquí hay fotos de esas “decenas de miles de personas” en las masivas manifestaciones, sino de una columna de tanques del ejército. Sin embargo, sí que se indica claramente la fuente que no es otra que “Rami Abdel Rahman” del “Observatorio Sirio de Derechos Humanos [13]”.

De manera incluso más burda, Human Rights Watch contribuyó a la causa del “intervencionismo humanitario” con un informe sobre centros de tortura del gobierno del Al Asad tan sensacionalista como inverosímil. En efecto, a principios de julio de 2012, coincidiendo con un aumento de las hostilidades de los grupos islamistas contra el estado sirio, HRW entregó a los grandes medios un informe (que como es habitual fue difundido profusamente y sin ser sometido a ningún tipo de cuestionamiento) en el que se hablaba de centros de detención donde el “régimen” de Al Asad torturaba a inocentes civiles, incluso “ancianos, mujeres y niños”. Y para probar tamaña acusación, HRW editó un vídeo [14] en el que los testigos eran personajes sin nombre y con el rostro tapado, es decir, que podían ser realmente cualquiera. Además no hay imágenes reales (fotos, filmaciones) que demuestren la existencia de estos centros de tortura. Probablemente fue la falta de imágenes (que son las que realmente podrían sobrecoger al lector) de estas supuestas torturas lo que motivó que HRW ilustrara su informe con... ¡dibujos! La burda manipulación no pasó desapercibida para buena parte del público que protestó, por ejemplo en los comentarios a este noticia en la edición digital del diario Público, un diario que se presenta como “de izquierdas” pero que, como escribió un lector en esos comentarios “es el órgano oficial del emirato de Qatar [15]”. Sin embargo, HRW permanece muy callado ante las violaciones de los derechos humanos de los EE.UU y sus aliados, como las torturas de Guantánamo o las tropelías del ejército israelí en los territorios palestinos o los drones "made in USA" que asesinan decenas de personas en Pakistán, Yemen o Somalia periódicamente... ¡De todo ello, por cierto, sí que hay imágenes reales! Puro humanitarismo selectivo financiado ya sabemos por quién.





Así pretende HRW convencernos de la existencia de torturas en Siria... con dibujos.

Otra ONG que ha hecho lo propio para llevar a Siria al caos ha sido Acción contra el Hambre. Esta organización fundada en Francia en 1979 y apadrinada por una serie de intelectuales pro OTAN, como Françoise Giroud, Guy Sorman, Jacques Attali y (¡no podía faltar!) Bernard-Henri Lévy, inauguró su lucha contra el hambre de manera absolutamente selectiva: dieron alimento en Pakistán a los islamistas que huían del ejército soviético. Pues bien, en el caso de Siria habría que hablar de Jonathan Littell, miembro franco-estadounidense de esta ONG que estudió en Yale y vive en Barcelona. Littell, que ya trabajó con Acción Contra el Hambre durante la guerra de Bosnia y donde se vio su tendencia anti serbia y pro OTAN, pasó clandestinamente la frontera siria como periodista “incrustado” en las filas opositoras y se ha dedicado a escribir propaganda de guerra que ha publicado puntualmente por entregas el diario El País [16]. Se da la circunstancia que este individuo también desarrolló su labor humanitaria en Chechenia y Afganistán donde trabajó codo con codo con Bernard-Henri Lévy e incluso en Moscú; de hecho es autor de un largo y detallado informe sobre los servicios secretos rusos, lo cual no parece estar muy relacionado con el hambre ni con el humanitarismo [17].

Por último, citaremos el caso de la ONG Avaaz, una organización especialmente diseñada para esparcir simpatías hacia los mercenarios pro OTAN que actúan en Siria entre la izquierda occidental. Surgida en 2007, esta ONG dice defender causas tan nobles como la lucha contra la pobreza, el respeto al medio ambiente, la paz en oriente medio, dice estar en contra del “choque de civilizaciones”, etc. Además en España apoyó la campaña para echar a los políticos corruptos de las listas electorales. Sus campañas se difunden a través de las redes sociales y de correos electrónicos dando una imagen muy “democrática”. También critican al establishment norteamericano, pero, ¡ojo! solo a parte de él, a la facción representada por el Partido Republicano, de ahí sus campañas contra Paul Wolfowitz o contra el ex presidente George W. Bush. Es más si uno sigue profundizando en la verdadera naturaleza de esta ONG descubre que apoyan las versiones oficiales del 11 S o la del calentamiento global y lo que es peor, apoyan las Revoluciones de Colores y la Primavera Árabe. Así Avaaz abogó por crear la “zona de exclusión aérea” en Libia que dio pie a la intervención de la OTAN. Todo esto hace preguntarse a uno quién está detrás de esta organización.

Para empezar, el que Avaaz coorganizara en 2007 el primer discurso del británico David Miliband, Ministro de Exteriores del gobierno de Gordon Brown, nos pone sobre la pista de sus financiadores. Hemos dicho “coorganizar” porque el otro socio que participó en esta gestión fue la Chatham House, o sea el Royal Institute of International Affairs, el equivalente en el Reino Unido al Council Of Foreign Relations norteamericano. Por la Chatham House han pasado oradores como David Cameron, Ban Ki-moon, Hamid Karzai, Condoleezza Rice, Gordon Brown y Pervez Musharraf, y en tiempos, Ronald Reagan. Por otra parte, Avaaz fue fundada por políticos (como el ex congresista demócrata y con vínculos con la Liga Nacional del Rifle, Tom Perriello) vinculados a la organización Catholics in Alliance for the Common Good, que representa al lobby católico en los EE.UU. Finalmente, hay que contar a la Open Society del famoso magnate George Soros (y vinculado al CFR) entre sus financiadores, una organización que está detrás de las Revoluciones de Colores del la Europa del Este [18].

Todo esto explica la actuación de Avaaz en el conflicto sirio. Avaaz se ha dedicado a surtir a la izquierda de información intoxicada sobre Siria, disfrazando a los yihadistas pro OTAN de romántica guerrilla revolucionaria que lucha contra un gobierno genocida y fascista. Precisamente, uno de los más lamentable circos mediáticos contra Siria lo protagonizó un opositor sirio que era miembro de Avaaz y que aparecía vía Internet en un programa de la CNN fingiendo que estaba en mitad de una “campaña de exterminio de opositores” del ejército sirio [19].




Avaaz usa la imagen de los niños asesinados en Houla (por cierto, por sus amigos los yihadistas sirios) para manipular la sensibilidad popular a favor de la intervención

A Avaaz, por cierto, le ha salido un émulo por estas latitudes. Usando el recurso de recoger firmas por Internet contra los gobiernos (con especial predilección contra los gobiernos que molestan a EE.UU. y sus socios, claro está) se ha creado en nuestro país Actuable, una ONG afín al PSOE que, como Avaaz, se ha dedicado a presentar la Primavera Árabe como una romántica oleada de revoluciones. Una de sus campañas, por cierto difundida vía email por el Movimiento 15 M, tenía como protagonista a la joven siria residente en Barcelona Ghaida Alhamwi, de 22 años, que dice temer por la vida de su familia en Homs, según ella, cercada por el ejército de Al Asad. No sabemos si es cierto que su familia está o ha estado en peligro en Homs pero sí sabemos que Ghaida no es una siria cualquiera. Alhamwi pertenece a una organización que apoya desde España a la oposición armada siria (la Asociación Sirio-Catalana Libre), es becaria en la elitista Universidad Pompeu Fabra [20] y lo que pretende del gobierno español y la UE, a tenor de lo que se puede leer en la petición de Actuable, es que presionen en la ONU a favor de una intervención en el país árabe.




Texto de la petición de Actuable al gobierno español y a la UE.

Notas:

[1] Hay que recordar que los medios en la primavera de 1986 hicieron propaganda por el sí en el Referéndum por la permanencia de España en la OTAN agitando el falso espectro de una invasión musulmana de la península sobre todo por parte de la Libia de Gadafi, que sería víctima de los bombardeos norteamericanos a los pocos días de celebrarse el referéndum.


[2] La información sobre Kouchner se ha extraído del siguiente artículo de la revista Pueblos:http://www.revistapueblos.org/spip.php?article752





[6] Véase sobre esta conexión el artículo de Emperors Clothes: http://emperors-clothes.com/news/erlang2.htm. Aunque hay más: http://www.linkedin.com/in/janetrabin (aquí podemos ver el perfil de una persona que trabaja para la NED y que admite que “worked with Women in Black - Serbia to build their capacity in Information Communication Technology (ICT)”).

[7] Véase el artículo NED, vitrina legal de la CIA: http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/07/07/la-ned-vitrina-legal-de-la-cia/















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Publicado por Odio de Claseen 20:53

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