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¿Ha nacido en El Salvador un Estado Islámico?


En los territorio controlados, las pandillas de El Salvador crean estructuras paralelas a las estatales, cobrando 'impuestos' y administrando su propia justicia.

n 2015, El Salvador, uno de los países más violentos del mundo, registró una tasa récord de 105 asesinatos por cada 100.000 habitantes. 

"Todos los días, en los enfrentamientos entre las pandillas, la policía y los escuadrones de la muerte fallecen decenas de personas […]. 

El país, que todavía no se ha recuperado de las consecuencias de una guerra civil, se hunde precipitadamente en la vorágine de otra", escribe el portal ruso Lenta.

Los enfrentamientos comenzaron en verano de 2014, cuando Salvador Sánchez Cerén fue elegido presidente del país y anunció el fin de la tregua con las pandillas establecida por su predecesor, Mauricio Funes. 

Como resultado de la nueva política, en 2015 dieciséis soldados y más de sesenta policías fallecieron en enfrentamientos armados. 

El número de muertes de miembros de pandillas se desconoce.

Hoy en día, la pandilla más importante de El Salvador es la Mara Salvatrucha (MS-13), que en los dos años de tregua elaboró una nueva estrategia política y económica contando incluso con especialistas en relaciones públicas internacionales. 

Durante este tiempo, reorganizaron sus subdivisiones y organizaron nuevas rutas de tráfico de drogas y armas. 


Los Mara Salvatrucha se han armado con fusiles de asalto de producción estadounidense, de vehículos, han creado una serie de refugios y hasta disponen de drones para controlar los movimientos de sus competidores y policías. 

En las redadas policiales, en más de una ocasión se encontraron manuales del  Estado Islámico y Al Qaeda descargados de Internet. En el territorio controlado, las pandillas crean unas estructuras paralelas a las estatales, cobrando 'impuestos' y administrando su propia justicia.

La Policía responde con brutalidad a la violencia de las pandillas, siendo uno de sus símbolos la masacre de San Blas en marzo de 2015, que provocó la indignación de los defensores de los derechos humanos, aunque no generó protestas por parte de la población general que, según las encuestas, aprueba la táctica de la Policía. 

Tras el fin de la guerra civil en 1993, a la lucha contra las pandillas también se unieron los escuadrones de la muerte, de los cuales la Sombra Negra se hizo particularmente famosa. 

A pesar de desaparecer en los años 2000, en 2014 grafitis con su emblema volvieron a aparecer en las calles de San Salvador.

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