El precandidato republicano a las presidenciales de noviembre de 2016 Donald Trump (foto) prometió ayer que si llega a la jefatura de la Casa Blanca expulsará a los 11,5 millones de indocumentados que residen en Estados Unidos.
Ellos tienen que irse, señaló el controversial multimillonario en el programa dominical Meet the Press de la cadena televisiva NBC, y añadió que no va a dividir las familias de esos extranjeros, sino que las enviará a todos juntos a sus lugares de origen.
Trump acotó que el Gobierno debe eliminar el derecho que se les otorga a los hijos de los inmigrantes nacidos en territorio norteamericano y prometió derogar las acciones ejecutivas que adoptó el presidente Barack Obama para favorecer a una parte considerable de los más de 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos.
Desde que comenzó sus actividades proselitistas, este político provocó una fuerte oposición a sus comentarios sobre temas migratorios y según expertos sus posiciones de derecha superan a las del resto de los que compiten con vista a las primarias del partido rojo a celebrarse a inicios del año próximo.
De acuerdo con encuestas, Trump cuenta con 28% de respaldo entre sus correligionarios, el doble de los seguidores de su adversario más cercano para las primarias, el exgobernador de Florida Jeb Bush, con apenas 14%, dentro de un pelotón de 17 competidores.
Un artículo reciente del diario The Washington Post señaló que ese alto número de partidarios de Trump evidencia que el sistema político de EE.UU. no funciona.
El texto, firmado por el columnista Eugene Robinson, asegura que el controversial multimillonario no es un candidato viable si se mide por cualquier parámetro tradicional, pero continúa en el centro de la cobertura noticiosa de la campaña, sin que sus transgresiones afecten el número de sus incondicionales según los sondeos.
