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Cuba: venciendo al SIDA y avanzando en salud global


Cenesex.- Cenesex quiere compartir el artículo de la importante revista médica británica The Lancet sobre la validación de Cuba como el primer país del planeta en eliminar la transmisión de madre a hijo del VIH/Sida y la sífilis, publicado el 11 de julio de 2015 y traducido por MEDICC Review. Disponible en inglés en:http://www.thelancet.com/pdfs/journals/lancet/PIIS0140-6736%2815%2961227-2.pdf

El 30 de junio, Cuba se convirtió en el primer país del mundo que eliminó la transmisión madre-a-hijo del VIH. Como señaló Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud, este logro es una “gran victoria” y “un importante paso hacia adelante encaminado a lograr una generación libre del SIDA”.

Aunque las mujeres seropositivas tienen hasta un 45% de probabilidades de transmitir el virus a su bebé durante el embarazo, el parto o la lactancia, el riesgo se reduce a un 1% con el uso de antirretrovirales. En el 2013, solo dos niños nacieron con VIH en Cuba, demostrando que la iniciativa conjunta OPS-OMS es un enfoque exitoso que puede ser replicado en otras partes del mundo.

 Dicha iniciativa fue implementada en el 2010 para asegurar el acceso temprano a los cuidados prenatales, a las pruebas de VIH, tratamientos y sustitución de la lactancia materna, como parte de un sistema de salud “equitativo, accesible y universal, en el cual el programa materno-infantil se integra con los programas de VIH”. 

La eliminación de la transmisión madre-a-hijo es fundamental para la lucha contra el VIH dentro de los países, pero también en el marco internacional, para poder alcanzar el objetivo global de tener, menos de 40 000 nuevos niños infectados al año.

El enfoque cubano reconoce también la dimensión de género en el VIH que con frecuencia queda olvidada y es el hecho de que las adolescentes y las mujeres jóvenes son desproporcionalmente afectadas por la mortalidad relacionada con el VIH-SIDA, especialmente en África. 

Solamente en Sudáfrica en 2012, la incidencia del VIH en las mujeres jóvenes entre 15 y 24 años de edad fue casi cinco veces más que la de los hombres jóvenes. En el mundo, alrededor de 1,4 millones de las mujeres infectadas con VIH quedan embarazadas anualmente. La respuesta al VIH-SIDA debería centrarse mucho más en las niñas y las jóvenes.

Más allá del VIH, hay otras lecciones para la salud global que se pueden aprender de la experiencia cubana, pertinentes tanto a nivel local como internacional. 

En Cuba, las tasas de mortalidad materna y de mortalidad por debajo de 5 años son de 39,8 por 100 000 nacidos vivos y 5,7 por 1000 nacidos vivos respectivamente, según datos del reporte “Carga Mundial de Morbilidad 2013” (Global Burden of Disease 2013). 

Ha sido ejemplar la participación del país en la respuesta a la epidemia de Ebola en África Occidental; así como también su envío de médicos y trabajadores de la salud a otras naciones. Tanto el papel cada vez más creciente de Cuba en la salud a nivel mundial como su inclusión en la comunidad internacional—un hecho cuya señal más reciente son las renovadas relaciones diplomáticas con EEUU—son bienvenidos y vitales para establecer un verdadero debate global en salud. 

 The Lancet

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