Jóvenes, maestros, jubilados, hombres y mujeres que se sienten traicionados por Alexis Tsipras ganaron las calles en la céntrica plaza Syntagma y gritaron ‘no’ al nuevo paquete de medidas que atentan contra los intereses de la clase trabajadora.
Algunos manifestantes, con sus rostros cubiertos con pasamontañas, lanzaron petardos y botellas a los policías que custodiaban el Parlamento frente a la plaza Syntagma.
Los policías, que se desplazaron en fila para asegurar la protección a la sede de la Asamblea, no respondieron a las agresiones.
En horas de la noche, la mayoría de los manifestantes, que se oponen al Memorando de Entendimiento con la Unión Europea, en discusión en el Parlamento, comenzaron a abandonar el lugar.
De una u otra manera, el ‘blanco’ de las protestas en las que participan miles de personas es precisamente Tsipras. Su grito es muy claro, confirmar ese “no” firme y enérgico con el que respondieron al referéndum hace unos días.
“La dignidad de los griegos no está en venta”, afirman algunos carteles y eslóganes de la gente.
Los atenienses hacen sus cuentas con los sueldos que siguen bajando, las jubilaciones recortadas y el dinero que no sirve para llegar a fin de mes. Y tampoco para vislumbrar un futuro que se presenta lleno de incertidumbre.
“En realidad, la solución existe: el dinero no tiene que terminar en los bolsillos de los bancos, si no en el de la gente. Y la deuda externa debe ser cancelada”, afirma por ejemplo Eli, una de las dirigentes del movimiento de la izquierda anticapitalista que salió a protestar frente al Parlamento.
A sus espaldas hay un gran cartelón que sigue ‘pegándole’ al enemigo ” o sea a los bancos, que deben ser públicos”, destaca el texto del cartel. Tsipras y los bancos no son sin embargo los únicos adversarios del pueblo griego que se lanzó a las calles a protestar. Junto a ellos está el neoliberismo y la “maldita Troika’, o sea la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
“Debemos seguir luchando, debemos combatir y hacer la revolución. Este es un partido que no podemos perder”, añade Eli, destacando la importancia “de la presión contra la austeridad de los trabajadores. En el referéndum votamos por el ‘no’ y lo que hacen ahora es no respetar nuestro voto. Lograron manipular a Tsipras, pero no lograrán hacerlo con el pueblo”, asegura.
Conversando con los manifestantes de otros sectores de la protesta, queda claro que uno de los puntos que más rechazo genera en las medidas impulsadas por Tsipras es el fuerte aumento del IVA aplicado desde hace unos días para una larga lista de productos y servicios.
Llegar a aumentar el IVA hasta el 23% -como ocurrió en muchos casos- es “sinónimo de subdesarrollo”, destacan algunos maestros presentes en la marcha.
“Los griegos son los que más estudian idiomas extranjeros en toda Europa: si a estos cursos se le aplica un IVA demasiado pesado vamos a terminar ‘matando’ a una entera generación que no podrá tener los instrumentos necesarios, o sea los idiomas, para tener a su vez un futuro”, advierten.
Junto a los maestros se encuentran los empleados públicos de Adely, el más importante de los sindicatos de los trabajadores del Estado, entre ellos portuarios y obreros.
“Tenía un trabajo en un astillero del Pireo, las cosas marchaban bien, ganaba 1.500 euros por mes, pero perdí el trabajo de un día par el otro, me quedé desocupado y tengo tres hijos. Puede explicarme qué hago ahora”, pregunta con angustia y preocupación Dimitri, uno de esos portuarios.
LibreRed/Ansa