Todo por una Finlandia Grande: así era el fascismo finlandés

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“Asamblea Constituyente es el mejor escenario para discutir nueva Constitución”


Por Hugo Guzmán Rambaldi//——La legisladora del Partido Comunista Camila Vallejo  advirtió que el cambio constitucional “se va a dar en un marco de profunda disputa política”. Ante ese tema, como también frente a la reforma educacional, sostuvo en entrevista que “la profundidad de los avances es proporcional a la capacidad que tengamos de generar correlación de fuerzas en el ámbito político y social”. 

La dirigenta indicó que las movilizaciones no estorban, sino que ayudan al proceso de reformas.

Cuando empezó a presidir la Comisión de Educación, se habló de un sello suyo. Fue porque a la primera reunión invitó a representantes sociales de la educación: ¿es un asunto de sello?

Tiene que ver con el sello que la gente de izquierda, los comunistas, gente progresista, debe darle al ejercicio de la política. 

Dado el escenario actual de profunda desconfianza hacia la política, hacia los partidos, hacia lo que se llama “la clase política”, es más necesario que nunca tener un acercamiento no sólo discursivo sino en la práctica cotidiana con la ciudadanía, con el movimiento social. 

Me parece necesario, como presidenta de la comisión, tener instancias permanentes de diálogo, de conversación, de abrir espacios de participación e incidencia. 

Eso es fundamental para fortalecer nuestra democracia, sobre todo en un proceso previo al cambio de la Constitución, y apuntando a cambiar las reglas del juego de nuestra democracia. Eso lo promoveré en el desarrollo de la discusión de la reforma, con las indicaciones y propuestas que vayan ingresando.

-Hay personeros que dicen que el parlamento está legitimado para encarar los procesos en curso y asumir el cambio de la Constitución.

Me pregunto en qué mundo viven los que dicen eso. Afirmar que todo el parlamento está legitimado es totalmente insostenible en el actual escenario político. La opinión pública ve al parlamento con mucho descrédito y mucha desconfianza, no lo ve como una instancia legítima.

La institucionalidad heredada de la dictadura no permite jugar el juego de la democracia. Siempre se vende la pomada de que votar por un candidato cada cuatro años es suficiente como ejercicio cívico y democrático, y la verdad es que cuando eliges los representantes al parlamento, éstos no tienen todas las herramientas para hacer las transformaciones. Los que dicen que el congreso está legitimado, están marcando su posición conservadora y apostando a que la herencia constitucional pinochetista no sea modificada.

-Pero usted es integrante del parlamento.

Antes de postular al parlamento sabía que era una institución desacreditada, deslegitimada, y eso se agudizó.

Postulé porque tenía la conciencia de que había que disputar ese espacio porque nos permite no sólo demandar los cambios, sino tener incidencia y tener votos en el congreso para modificar las leyes y proponer otras.

Incluso, en esta lucha para cambiar la Constitución. Por ejemplo, metimos un proyecto de ley que faculta a la presidenta de la república para convocar a un plebiscito para que se defina, con participación de todas y todos los chilenos, cuál será el mecanismo de cambio de la Constitución. Se requiere de gente en el parlamento para generar los espacios y tener los votos para avanzar hacia un país más democrático.

-¿En estos meses se intensificará el trabajo por una Asamblea Constituyente (AC)?

De todas maneras. El discurso de la presidenta Michelle Bachelet dio cuenta de que el cambio de la Constitución se va a dar en un marco de profunda disputa política.

Pensar que será algo fácil, algo espontáneo, es no entender lo que está pasando en nuestro país, de cómo se despliegan las fuerzas políticas de acuerdo a sus intereses, cómo se despliega el poder económico.

Que la presidenta haya hablado de un “proceso constituyente” y no de proceso constitucional, es importante. Le puso fecha de inicio y nos permite desplegarnos y concientizar respecto a la necesidad de una nueva Constitución. Creo que debemos tener un mecanismo participativo y amplio como es la Asamblea Constituyente, y estamos en esa disputa previa a lo que podría ser un plebiscito. En la calle debe estar la demanda de la A.C. y en el parlamento pelear esta reforma que permita convocar al plebiscito.

-Hay quienes plantean que el cambio de Constitución debe alojarse en el congreso.

Primero tenemos que legislar sobre la propuesta de plebiscito. En algún momento tendremos que ratificar una nueva Constitución, independientemente de cómo se genere. Esas son posibilidades abiertas, como que también por un plebiscito se ratifique la nueva Constitución. Antes de eso, hay que ratificar que la propuesta de nueva Constitución no sea elaborada por una sola figura o un parlamento que está cuestionado.

Tiene que ser redactada y construida por un conjunto de personas representativas de lo social, lo político, lo étnico, y eso es garantizado por una A.C. Es el mejor escenario para que el poder constituyente originario, que es el pueblo, se exprese y defina las reglas del juego en nuestro país.

-Hablemos de educación. En esta etapa, ¿dónde sitúa los elementos claves de la reforma educacional?

Primero, debemos avanzar en los compromisos presidenciales y programáticos.

 Eso significa tener aprobada una nueva política nacional docente, una nueva educación pública a través de un proceso de desmunicipalización, y una reforma a la educación superior que permita cumplir con la gratuidad tan anhelada no solamente por los actuales estudiantes, sino por los padres de los futuros estudiantes de educación superior.

 Lo fundamental, como objetivo político en el marco de la reforma educacional, independientemente del proyecto en cuestión, tiene que ver con el fortalecimiento y recuperación de la educación pública que en Chile se ve mermada, abandonada por parte del Estado, deteriorada por falta de financiamiento.

-El Colegio de Profesores llamó a un paro nacional, las organizaciones estudiantiles universitarias y secundarias llamaron a una marcha. En todo este periodo han estado llamando a movilizaciones: ¿cuál es su mirada respecto a eso?

Los objetivos que te señalaba se van a cumplir sólo con un movimiento social capaz de impulsar esos objetivos desde la calle y estando presente en aquellos momentos en que se discute y se legisla.

-¿No estorban las movilizaciones al avance de la discusión de la reforma?

No, -yo creo que es necesario que haya movilización social, pero no cualquier movilización social. Necesitamos un movimiento social unido, organizado, capaz de generar propuestas, de incidir, que sea proactivo. La crítica es inherente al movimiento social pero con la crítica no basta.

Necesitamos que el movimiento social llegue con propuestas claras para resolver ambigüedades, vacíos y disputar aquellos elementos que pudieran ser insuficientes.

-Al final del día, con esta reforma, ¿saldrá algo insuficiente, suficiente, quedará una brecha para seguir avanzando?

La profundidad de los avances es proporcional a la capacidad que tengamos de generar correlación de fuerzas en el ámbito político y social. Es difícil anticiparse al resultado si no conocemos cómo se va a desarrollar el proceso de incidencia del movimiento social y de correlación de fuerzas.

 Pero lo que se avizora en reforma educacional es un tremendo buen comienzo del cambio en educación. Es una oportunidad histórica. 

Hace décadas que no se hablaba de reforma en la educación superior, por ejemplo de carácter sistémico, que aborde el tema del financiamiento mirando hacia la gratuidad, con un nuevo marco institucional, regulación, fiscalización, término de los negocios. 

Se abre un escenario que permite mirar hacia el futuro desde otro piso.

-¿Van a existir nuevas condiciones?

En lo que se refiere a carrera nacional docente, independientemente de que haya elementos a corregir, es un buen comienzo. Hay una mirada integral hacia el trabajo docente, hay aumento sustantivo de remuneraciones. Estamos hablando de un muy buen comienzo.

 El resultado final estará en las indicaciones, en el rol de los distintos actores, particularmente el Colegio de Profesores, en la agenda de movilizaciones. 

Lo mismo pasa con la desmunicipalización y la educación superior.

En desmunicipalización no conocemos el proyecto, pero sabemos al menos que la dirección es a pensar una nueva educación pública, en el rol de las escuelas públicas, la participación de las comunidades en la generación de proyectos educativos, cambios en la política de financiamiento para darle sustento a los proyectos. 

Las particularidades, las indicaciones, las propuestas, están en disputa en el marco de la discusión legislativa y en el marco de las capacidades de incidencia de las distintas organizaciones para modificar y transformar.

http://www.claves.cl/2015/05/30/camila-vallejo-asamblea-constituyente-es-el-mejor-escenario-para-discutir-nueva-constitucion/

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