Pablo Gonzalez

La prisa de Obama con las embajadas está en los pies de EE.UU.


Estados Unidos no han resuelto uno de los tópicos esenciales para que existan embajadas: Cuba debe ser sacada de la lista de estados patrocinadores del terrorismo. (AP)


El 17 de diciembre de 2014 ambos países luego de un diálogo entre los representantes de ambas naciones, Barack Obama de Estados Unidos y Raúl Castro de Cuba, anunciaron que comenzarán conversaciones para restablecer las relaciones diplomáticas que han estado interrumpidas durante más de medio siglo.

La declaración contiene 13 puntos sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas, temas económicos, viajes, comunicaciones, frontera marítima y derechos humanos.

Cumbre de las Américas: reunión-cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América, auspiciada por la Organización de los Estados Americanos (OEA). En abril de 2015 se celebrará la VII edición en Panamá, a la que por primera vez asistirá Cuba, bajo el tema: “Prosperidad con Equidad, los desafíos de la cooperación en las Américas”.

Se han desarrollado en Estados Unidos (Miami), del 9 al 11 de diciembre del 1994; Chile (Santiago de Chile), del 18 al 19 de abril del 1998; Canadá (Quebec), del 20 al 22 de abril del 2001; Argentina (Mar del Plata), del 4 al 5 de noviembre del 2005; Trinidad y Tobago (Puerto España), del 17 al 19 de abril del 2009 y Colombia (Cartagena de Indias), del 14 al 15 de abril del 2012.

Hubo otras dos cumbres: una sobre Desarrollo Sostenible, del 7 al 8 de diciembre del 1996, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia y una Extraordinaria, del 12 al 13 de enero del 2004, en Monterrey, México.

Cuando los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron que reanudarían relaciones diplomáticas entre Estados Unidos yCuba, al parecer el norteamericano no calculó que su prisa tropezaría con los obstáculos de su propio país.

“…he instruido al Secretario de Estado Kerry a que comience inmediatamente las discusiones con Cuba para restablecer las relaciones diplomáticas que han estado interrumpidas desde enero de 1961. (…)” informó Obama el 17 de diciembre de 2014.

Mientras, Raúl Castro dijo el propio día: “Hemos acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar.”

Sabido lo anterior, se han producido tres rondas de conversaciones desde marzo y otros encuentros bilaterales.

La prisa de la Administración, a pesar de las declaraciones que torpedean el proceso por parte de Roberta Jacobson, secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, y otros funcionarios estadounidenses, quedó evidenciada el 1 de abril de este 2015.

Jacobson afirmó confiar en que Estados Unidos y Cuba pudieran reabrir sus respectivas embajadas “lo antes posible” y se mostró a favor de fomentar los negocios con la Isla.

Un mes antes, el Gobierno estadounidense había sugerido que había la posibilidad de que se abrieran embajadas antes de laCumbre de las Américas de Panamá, el 10 al 11 de abril.

Sin embargo, pese a las sugerencias o francas afirmaciones de que los obstáculos se deben a Cuba, los Estados Unidos no han resuelto dos tópicos esenciales para que existan embajadas como debe ser, independientemente de las fórmulas para este tipo de proceso, para el cual no hay manera única.

Primero. Cuba debe ser sacada de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, cuya implementación es considerada por EE.UU. un asunto de su política interna. Mientras, la Isla, afirmó por medio de su negociadora principal, Josefina Vidal, que “sería muy difícil decir que hemos establecido relaciones mientras nuestro país todavía esté en una lista en la cual creemos muy firmemente que nunca se nos debería haber puesto.”

Segundo. La Sección de Intereses de Cuba en Washington continúa, desde hace más de un año, sin un banco que provea a la representación diplomática de servicios financieros para realizar sus operaciones. Esto resulta un contrasentido absoluto y no depende de Cuba.

Por otra parte, no ha trascendido que Estados Unidos haya hecho algún compromiso con Cuba de que sus representantes diplomáticos respetarán las convenciones internacionales y no convertirán la sede en un abasto para los contrarevolucionarios que financian, como parte de su política de injerencia y agresión.

Con todo eso, va a ser muy frustrante para Barack Obama perorar sobre la democracia en Cuba y algunos otros tips, y lo más seguro es que tenga que enmendar su pieza oratoria en la Cumbre de Panamá, con la que a lo mejor se estaba deleitando frente a la segura oposición por soberanía y dignidad de los mandatarios latinoamericanos y caribeños.

Restablecer relaciones formales con Cuba no le redituará al Gobierno de Obama fortalecer su posición en América Latina, donde sus esfuerzos de larga data por la agresión y aislamiento, han fracasado rotundamente.

La prisa de Obama y su administración ha tropezado con los obstáculos dictados por su política, que rebasan las relaciones con Cuba, que está vez, en la VII Cumbre de Las Américas, asiste por su firmeza y la solidaridad continental.

Por:Norelys Morales.

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