30 de enero de 1933, con el apoyo de la burguesía alemana,el Vaticano y el visto bueno de los países capitalistas y sus empresas como la ITT, Ford y GM entre otras, Adolf Hitler asume la Cancillería del Reich.
El objetivo central: desarticular por completo al Partido Comunista Alemán, el más organizado y fuerte de toda Europa.
El nazismo representó para los Estados Unidos y la burguesía europea una fuerza de choque que jugaría un rol determinante en la represión a los partidos comunistas y otras fuerzas progresistas que fueron perseguidos en Alemania y luego en los países anexados por esta, lo que debilitaría obviamente el poder de la URSS.
Más allá de los muertos que luego generaron las fuerzas fascistas a nivel mundial los únicos beneficiados con la contienda fueron los Estados Unidos que ampliaron su influencia internacional en todo el orbe y solo tuvieron 220.000 muertos por sobre los 21.000.000 del pueblo soviético o los 10.000.000 del pueblo Chino.
El fascismo como el nazismo tan combatidos desde el discurso por la Metro-Goldwyn-Mayer fueron apoyados desde sus inicios por las grandes empresas norteamericanas y sus subsidiarias.