Accediendo a una demanda federal, el Gobierno de EE.UU. aceptó publicar un informe de 1987 del Departamento de Defensa detallando la ayuda de EE.UU. a Israel en su desarrollo de una bomba de hidrógeno que eludía los estándares internacionales.
El informe de 386 páginas, “Evaluación tecnológica crítica en Israel y naciones de la OTAN ”, compara las máximas instalaciones nucleares israelíes con Los Alamos y Oak Ridge National Laboratories, cruciales en el desarrollo del armamento nuclear estadounidense.
Los israelíes están desarrollando “tipos de códigos que posibilitarían la construcción de bombas de hidrógeno. Es decir, códigos que detallan procesos de fisión y fusión a un nivel microscópico y macroscópico” dice el informe, cuya publicación tiene lugar antes de que el Primer Ministro israelí Binyamin Netanyahu hable el 3 de marzo ante el Congreso de EE.UU. y se oponga a cualquier acuerdo que permita que persista un programa nuclear legal de Irán.
“Estoy impresionado por el grado de cooperación entre Israel y EE.UU. en artefactos especializados para la guerra”, dijo hablando del informe, Roger Mattson, exmiembro del personal de la Comisión de Energía Atómica de EE.UU., según Courthouse News.
La publicación del informe esta semana fue iniciada por una solicitud según la Ley de Libertad de la Información hecha hace tres años por Grant Smith, director del think-tank de Washington Institute for Research: Middle Eastern Policy. Smith presentó una demanda en septiembre para obligar al Pentágono a encarar la solicitud.
“Es nuestra posición básica que en 1987 el Departamento de Defensa descubrió que Israel tenía un programa de armas nucleares, lo detalló y luego lo encubrió durante 25 años en violación de las enmiendas Symington y Glenn, a un coste para los contribuyentes de 86.000 millones de dólares”, dijo Smith en una audiencia a fineals de 2014 ante la jueza Tanya Chutkan en la Corte del Distrito de EE.UU. para el Distrito de Columbia.
Smith describió en su demanda ante la corte federal que esas leyes federales fueron violadas por EE.UU. en medio del creciente programa nuclear de Israel.
“La Enmienda Symington a la Ley de Ayuda al Exterior de 1961 prohíbe la mayor parte de la ayuda al exterior de EE.UU. a cualquier país que se descubra que trafique econ equipamiento de enriquecimiento nuclear o tecnología fuera de las salvaguardas internacionales”, escribió Smith.
“La Enmienda Glenn de 1977 pide el fin de la ayudar al exterior de EE.UU. a países que importen tecnología de reprocesamiento nuclear”.
En noviembre,el juez Chutkan preguntó a abogados del Gobierno que se resistían a la publicación del informe por qué había tomado años para que el Gobierno preparara el informe para el conocimiento público.
“Quisiera saber por qué está tardando tanto en el caso de un documento de 386 páginas. El documento fue ubicado hace un cierto tiempo”, dijo Chutkan, según Courthouse News Service.
“He revisado mi parte de documentos en mi carrera. No debería tardar tanto tiempo revisar ese documento y decidir lo que tiene que ser editado.”
Los representantes del Gobierno en el caso –la Fiscal Adjunta de EE.UU. Laura Jennings y el abogado del Departamento de Defensa Mark Herrington– dijeron inicialmente que acuerdos de confidencialidad exigían un estudio “línea por línea” del informe del Departamento de Defensa. Más adelante cambiaron de posición, y argumentaron que su publicación era opcional y no obligatoria, ya que “las relaciones diplomáticas dictan que el Departamento de Defensa solicite la opinión de Israel”.
Smith y EE.UU. acordaron que el Gobierno editara secciones del informe sobre países de la OTAN, aunque los pasajes sobre Israel permanecen intactos.
“La capacidad de SOREQ [Soreq Nuclear Research Center] de apoyar a SDIO (Organización de Iniciativa de Defensa Estratégica, o “Star Wars”) y tecnologías nucleares es casi un paralelo exacto de la capacidad existente actualmente en nuestros laboratorios nacionales”, dijo el informe, escrito por el Instituto para Análisis de la Defensa para el Departamento de Defensa.
“Las instalaciones de SOREQ y Dimona/Beer Sheva son el equivalente de nuestros laboratorios nacionales de Los Alamos, Lawrence Livermore y Oak Ridge… y [tienen] la base tecnológica requerida para el diseño y fabricación de armas nucleares”.
Los autores del informe, Edwin Townsley y Clarence Robinson, establecieron que Israel tenía capacidad de Categoría 1 respecto a sus programas contra misiles balísticos tácticos y de armas “Star Wars”.
“En lo que respecta a la tecnología nuclear los israelíes se encuentran aproximadamente donde EE.UU. estaba en el campo de las armas de fisión de 1955 a 1960”, dijo el informe. “Hay que señalar que los israelíes están desarrollando el tipo de códigos que les posibilitará la producción de bombas de hidrógeno”.
En una declaración sobre la publicación del informe Smith dijo el jueves, “La publicación informal y según la Ley de Libertad de la Información de semejante información es rara. Según dos conocidas cláusulas de prohibición de publicidad –punibles por encarcelamiento– los empleados y contratistas con aprobación de seguridad de agencias gubernamentales de EE.UU. no pueden revelar que Israel tiene un programa de armas nucleares.”
Cohetes de Hamás apuntan al reactor nuclear Dimona de Israel
El discurso planificado del Primer Ministro israelí Binyamin Netanyahu ante el Congreso de EE.UU. fue controversialmente organizado por la dirigencia republicana sin consultar a los demócratas en el Congreso o la Casa Blanca.
El discurso tendrá lugar semanas antes que Netanyahu postule a la reelección, y se centrará alrededor de su oposición a todo acuerdo con Irán respecto a su programa nuclear, un acuerdo que EE.UU. –aunque impone fuertes sanciones a Teherán– ha buscado a pesar de las protestas de su destacado aliado en Medio Oriente, Israel.
El programa nuclear de Teherán es legal según los términos del Tratado de No Proliferación Nuclear. Israel es una de las pocas naciones miembros de las Naciones Unidas que no lo ha firmado.
© Autonomous Nonprofit Organization TV-Novosti