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Margot Honecker: "No tenemos por qué pedir perdón"

Para mí, la República Democrática Alemana era mi vida. Yo trabajé, colaboré, desde el primer momento, por la construcción de ese país.

Dediqué toda mi vida a ello y es verdaderamente trágico que ya no exista". Margot Honecker, ex primera dama de la desaparecida RDA, que vive en Chile desde 1992, hace dos décadas no concedía una entrevista. 

A mediados del año pasado, sin embargo, rompió su silencio y recibió en su casa de La Reina al periodista alemán Eric Friedler. 

La conversación quedó plasmada en el documental "La caída de los Honecker", difundido el lunes pasado por un canal público de Alemania, batiendo un récord de audiencia.

La viuda del fallecido jerarca de la RDA, Erich Honecker, nunca había mostrado su casa a un medio de comunicación. Ubicada en la comunidad Castillo Velasco, es una vivienda pequeña, con paredes blancas y con ladrillo a la vista. 

En el segundo piso tiene su habitación, donde instaló un computador en el que lee diariamente la prensa de su país.

 "Mantiene un contacto muy intenso con compañeros de Alemania. Pasa horas informándose sobre lo que ocurre", dijo el documentalista en una entrevista reciente. 

A un costado, su cama y una cómoda alta donde se observa una fotografía de su esposo.

 La pieza también tiene un estante con libros, en cuya base se amontonan las obras de su nieto Roberto Yáñez, pintor surrealista también radicado en Santiago.

Eric Friedler intentó convencer durante dos años y medio a Margot Honecker antes de conseguir el testimonio. 

Durante tres encuentros, de una hora cada uno, conversaron sobre la RDA, su papel como ministra de Educación, la relación con su marido, la pérdida del poder tras 13 años de gobierno y las acusaciones hacia el régimen socialista que ella se niega a aceptar.

 "¿Cuáles fueron los crímenes de la RDA? ¿Que la gente haya vivido en libertad? ¿Que las personas tuvieran perspectivas en su vida? ¿Que las personas pudieran ganar un sueldo honestamente? ¿Que tuvieran una buena educación, un buen sistema de salud? ¿Que las personas pudieran opinar? ¡Que me expliquen dónde está el delito!", afirma Margot Honecker en el documental, enumerando con los dedos cada una de sus preguntas.

El diagnóstico del realizador es categórico: "Está convencida de que el socialismo en Alemania va a volver".

Uno de los pasajes del documental que ha causado mayor polémica en Alemania es el que se refiere a las muertes de las 136 personas, que intentaron cruzar el muro que dividió Alemania durante 28 años y cuya construcción fue inspeccionada por Erich Honecker desde 1961.

 "Para nadie es indiferente que una persona joven pierda la vida de esa manera, porque es una muerte innecesaria. 

Esa persona no tenía para qué haber saltado por encima del muro. Pagar con la vida por esa estupidez es algo terrible", reflexiona Margot Honecker, quien además niega que el régimen socialista hubiese ordenado dispararles.

De hecho, la ex primera dama de la RDA cree que la reunificación fue un desacierto: "Se equivocaron. Cometieron un enorme error político".

Como ministra de Educación durante 26 años, se le acusó de participar en las adopciones forzosas de hijos de opositores al régimen. 

La justicia alemana, sin embargo, nunca pudo encontrar pruebas. La viuda de Honecker, quien sostuvo la conversación en el living de su casa, niega que hubiesen existido apropiaciones ilegítimas de menores de edad: "No hubo adopciones forzosas.

 Los que sí me conmovieron fueron los casos en que esta gente, de manera tan irresponsable, abandonaba a sus hijos (...). Los niños entonces tenían que ser acogidos en un albergue, quedándose sin padre y no tenían idea por qué. 

Y a estos niños, la mayoría de las veces, les ha ido bien después", señala en el documental.

También fue consultada por las críticas al sistema económico centralizado que operaba en la RDA y que, en los años previos a la caída del Muro de Berlín, había vuelto insostenible la deuda externa del país.

 "Todas esas habladurías sobre la economía son lisa y llanamente mentira (...). 

En 20 años más, seguramente, habríamos realizado grandes cambios en la RDA. Pero no tuvimos tiempo para ello", señala Honecker.

También defiende la labor de espionaje e inteligencia jugada por el Ministerio de Seguridad del Estado, conocido como la Stasi. Para la ex ministra de la RDA, la existencia de enemigos del régimen era una razón para su existencia: "Muchos se están inventando mentiras sobre por qué fueron perseguidos políticamente. 

Que a los oponentes políticos de la RDA se les haya hecho el proceso y que a algunos se los haya encarcelado es normal (...). Hubo criminales que hoy se presentan como víctimas políticas".

La ex primera dama de la desaparecida RDA dice que "se cometieron errores y eso se debe lamentar". "Pero aquellos que exigen que nosotros pidamos perdón por eso, primero deben pedir perdón ellos de que durante siglos se haya explotado a la humanidad, se la haya mandado a la guerra, y que la humanidad siga siendo explotada y bombardeada (...). 

Nosotros no tenemos que pedir perdón. Ellos tienen que pedir perdón", dice en el documental de 90 minutos que, debido a su éxito, será repetido en el canal público alemán NDR el 12 de abril.

Margot Honecker también relata detalladamente los días en que su marido fue apartado del poder en la RDA.

El 7 de octubre de 1989 se conmemoraban las cuatro décadas de la creación de Alemania Oriental. Como era tradición, el jefe de Estado, Erich Honecker, presenciaba el desfile militar desde el centro del palco. En ese momento, según recuerda hoy su viuda, ya presentían que se estaba ad portas del ocaso. 

"Nosotros sabíamos que las cosas se habían agudizado políticamente. 

El aniversario 40 para mí tuvo un gusto un poco amargo", dice Margot Honecker en la entrevista.

Esa misma noche, de hecho, se produjeron las primeras grandes protestas en Berlín Oriental. Al interior del Partido Socialista Unificado de Alemania (SED), con la colaboración de Mijail Gorbachov, ya se fraguaba la salida de Erich Honecker, tenaz oposición al sistema de reformas conocido como Perestroika. 

"De Gorbachov yo no esperaba nada, él fue el responsable de toda esa renovación. Mintió tanto. 

Yo nunca...yo le tenía una especie de aversión.

 No me gustaban sus habladurías, sus rodeos", asegura Honecker sobre el rol del líder de la URSS.

Once días más tarde, en el pleno del Politburó, el máximo órgano de poder de la RDA, se zanjó el destino de la pareja al decidir la destitución de Honecker como jefe de Estado. "Erich me llamó después de la reunión.

 Yo no estaba en el ministerio y me dijo: 'Ya se tomó la decisión'. Erich creyó hasta el final en todos, por eso, naturalmente, estaba muy desilusionado de que nadie haya hablado con él sobre su salida del poder", narra su viuda en el documental.

Margot Honecker también recuerda lo que ocurrió el 9 de noviembre de 1989, cuando se produjo la caída del Muro de Berlín. El Partido Socialista Unificado de Alemania comenzó ese día a investigar la gestión de su marido y decidió expulsarlo de la colectividad por mal gobierno y fraude. 

"Esto era poco comprensible para cualquiera", señala la ex mujer fuerte de la RDA. "Primero, todos gritan hurra y después, todos gritan fuera. 

Es difícil de procesar para una persona que tiene una cabeza para pensar y que tiene emociones".

Otro golpe duro para la pareja, que también es recapitulado en el documental, fue el encarcelamiento de Erich Honecker, en enero de 1990.

Lo apresaron a la salida del hospital donde fue operado de un cáncer al riñón. "¿Cómo se puede acusar a un jefe de Estado de alta traición? Es surrealista. 

Yo lo único que pensaba en ese momento era, ojalá soporte", narra la ex ministra. 

Dos días después fue liberado y, ya sin casa, los Honecker terminaron viviendo en una residencia para ancianos de la iglesia evangélica en Berlín del Este.

 "Yo sentía esto como una humillación de mi partido", afirma la anciana ante el periodista alemán.

Tras su paso por un hospital militar, el 14 de marzo de 1991, Honecker escapó a la embajada de Chile en Moscú, donde fue acogido por el embajador Clodomiro Almeyda. Ocho meses más tarde fue encarcelado en Berlín y el juicio en su contra fue suspendido por su grave condición de salud. Finalmente, llegó a Santiago en enero de 1993, donde lo esperaba su esposa. 

La pareja mantuvo una vida reservada hasta la muerte del ex jefe de Estado de la RDA, en mayo de 1994.

 La viuda, desde ese entonces, procuró mantener la discreción. "Vivo en una sociedad capitalista, no estoy de vacaciones en Chile. Tengo que manejar la vida diaria y esto requiere de mucha fuerza. Y esta fuerza no la gasto en preocuparme de cuánto me habrían odiado (en Alemania). 

Yo nunca me he dado cuenta", señala en el documental.

De acuerdo con el periodista que tuvo acceso a la ex mujer fuerte de la RDA, "ella vive retraída detrás de altos muros. Se sintió traicionada, vendida, relegada por su pueblo y sus compañeros. Hay una gran amargura en ella". 

Pero al mismo tiempo, está segura de que el capitalismo va a morir: "Estoy cada vez más convencida de que hemos plantado una semilla que va a florecer. No fue en vano que la RDA haya existido. 

Se volverá a ello, especialmente en Alemania, algún día", sentenció Honecker desde su casa de la comuna de La Reina.

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