LA JORNADA – Diecisiete personas fueron arrestadas por congregarse para alterar el orden, dijo el domingo la Policía de San Luis, donde activistas han convocado próximas protestas por la muerte de un joven negro a manos de un policía blanco en la localidad de Ferguson.
Los organizadores de la campaña de movilizaciones llamada Cumbre de Octubre de Ferguson, de cuatro días de duración, protestan por la muerte a tiros de Michael Brown, de 18 años, ocurrida en agosto en un incidente que provocó manifestaciones, a veces violentas, en ese suburbio de San Luis en que los habitantes son mayoritariamente personas de color.
El domingo por la mañana varios manifestantes llegaron hasta Ferguson, al sur de San Luis, donde otro policía blanco mató recientemente a otro joven negro de 18 años. Los manifestantes habían ocupado una tienda en una gasolinera Quicktrip y escenificaron un plantón en el lugar.
El jefe de la Policía de San Luis, Sam Dotson, dijo en Twitter que los manifestantes “pretendían irrumpir” en el establecimiento. Después dijo que los inconformes “apedreaban a la policía”.
La portavoz de la Policía de San Luis, Schron Jackson, dijo el domingo en un correo electrónico que 17 personas fueron arrestadas porque supuestamente se habían reunido para alterar el orden. No se informó de heridos ni de daños a propiedad ajena, según el correo electrónico.
Para el lunes está planeada una “acción directa” encabeza por miembros del clero tanto locales como visitantes en Ferguson y otros lugares de San Luis. Los líderes de las protestas no planean develar los detalles hasta poco antes de que se produzca para evitar el control policial. Siguen el modelo de las manifestaciones del Moral Monday (Lunes moral) que comenzaron el año pasado en Carolina del Norte y que después se extendieron a otros estados del sur.
“Seguimos metidos hasta el cuello en esta situación”, comentó Kareem Jackson, un cantante de música rap de San Luis y un organizador comunitario cuyo nombre artístico es Tef Poe.
“No hemos hecho nuestras maletas, no nos hemos ido a casa. Este no es un momento efímero. Esta no es una revolución hecha para la televisión. Esta es gente de carne y hueso que enfrenta un problema real y dice que no a seguir permitiendo la situación”.
Dos meses después que la muerte de Brown desatara una oleada de disturbios violentos, ante lo que el gobernador de Missouri, Jay Nixon, convocó a la Guardia Nacional, numerosas personas llegaron a San Luis ante las movilizaciones bien organizadas del fin de semana.
Entre los recién llegados había activistas a favor de la paz de la era de Vietnam, seminaristas de Nueva York y cientos de trabajadores de restaurantes de comida rápida que viajaron en autobuses desde Chicago, Nashville y otras ciudades.
Fuera del estadio Busch en el centro de San Luis, donde los Cardenales disputarían a los Gigantes de San Francisco la serie de campeonato de la Liga Nacional, decenas de manifestantes protestaron en la acera el sábado por la noche, donde gritaban a coro lemas y sostenían carteles.
Aficionados del béisbol que se dirigían al estadio para asistir al partido evitaron a los manifestantes sin verlos siquiera, aunque otros aclamaron a los inconformes, según el periódico St. Louis Post-Dispatch.