Pablo Gonzalez

Washington destruye sus armas y luego las compra de nuevo


El Pentágono ha lanzado más de 47 misiles Tomahawk en Siria que cuestan un millón y medio de dólares la unidad... para destruir sus vehículos Humvees que cuestan un millón de dólares cada uno y a veces más en función del equipamiento que lleven. 

Por supuesto cuando eso ocurre los señores del Estado Islámico no están en los vehículos.

El Departamento de Defensa afirma: " Hemos visto casos de utilización por parte de los terroristas de equipos de fabricación estadounidense", pero coño si son ellos quienes se los regalan... 

 Por cierto nos gustaría ver la película de la muerte de Ben Laden- fallecido mucho antes de que el director de esa producción cinematográfica dijera ¡Atención, rodando!- en un hospital de Ryad, Arabia Saudita.

Retomando el hilo, resulta que una vez que EE.UU. destruye su equipo, tiene que volver a suministrárselo al Estado Islámico; por tanto debe comprar más Humvees.

Este bucle delirante es sólo un ejemplo de cómo EE.UU. tira por tierra, parte de la tesis keynesiana de que la destrucción de la guerra genera beneficios.

http://jmalvarezblog.blogspot.com/2014/09/washington-destruye-sus-armas-y-luego.html

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