Dicen que en EE.UU., la democracia es tanta y tan perfecta que cualquier ciudadano/a puede llegar a convertirse en presidente del país.
Al parecer, el New York Times y el Washington Post no opinan lo mismo.
Para ambos medios, haber desempeñado un trabajo como conductor de autobús urbano, es un dato suficientemente explícito como para descalificar a quien ha trabajado en tal menester.
Un “autobusero” no pude ocupar la presidencia de un gobierno.
Gran decepción para todos los colegas de Nicolás Maduro en la tierra de la “libertad”. Ya saben que jamás podrá optar a ser inquilinos de La Casa Blanca.
En Venezuela, parece que la democracia funciona de forma más acorde con su verdadero significado.
Una lección más a la nación en la que, para medrar en política, hay que ganarse la confianza de una gran mayoría de los multimillonarios de Wall Street.
Eso y carecer de escrúpulos para mantener 134 conflictos bélicos a la vez, aunque mueran miles de inocentes en bombardeos indiscriminados.
Las leyes internacionales deben ser papel mojado. Y la lluvia de sangre, bienvenida sea.
CONDUCIENDO EL MUNDO AL DESASTRE CON CARNÉ DE TERRORISTA
http://tenacarlos.wordpress.com/2014/09/24/decepcion-entre-los-conductores-de-autocar-en-ee-uu-no-pueden-ser-presidentes/
