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La quinta bofetada de Obama a la comunidad latina


Si esta última bofetada de Obama no sirve para hacer despertar al conglomerado latino entonces hay que conformarse con seguir siendo los peones en el juego de los políticos de Washington.


En más de una ocasión hemos manifestado nuestro escepticismo sobre las promesas del presidente Obama con relación a la aprobación de una reforma migratoria que legalizaría la condición migratoria de millones de personas, latinos en su mayoría, que residen en los EE.UU de manera indocumentada. Una y otra vez hemos visto como nuestro escepticismo ha estado justificado, no solo por las cínicas maniobras políticas del propio presidente, sino además por la férrea posición antiinmigrante de la mayoría de miembros del partido Republicano y del Tea Party que se oponen a cualquier cosa que huela a una amnistía para “criminales” que han violado las leyes de este país y que representan una amenaza para el bienestar y la seguridad del país.

También hemos presenciado, una y otra vez, la frustración que la inacción o falta de seriedad del gobierno de Obama y del partido Demócrata ha generado entre la organizaciones y líderes pro inmigrantes ya de por si acostumbrados a las promesas incumplidas y al engaño de políticos más comprometidos con los intereses de los grande grupos de poder que financian sus campañas políticas, que con los intereses de una comunidad que como la latina, únicamente les ha servido de trampolín para llegar a posiciones de poder.

Pero a pesar de todos las frustraciones experimentadas durante la presidencia de Obama, sorprendentemente, la comunidad latina y sus líderes han seguido creyendo y votando por quienes, una y otra vez los han engañado y manipulado como ha sido el caso con la tan cacareada reforma migratoria integral.

En un artículo publicado en el portal de la revista Politico una activista frustrada con el incumplimiento de las promesas de Obama se pregunta, ¿Por qué lo seguimos apoyando? Si por quinta vez, con su anuncio de la semana pasada de que iba a retrasar la acción ejecutiva en materia de inmigración, rompe su promesa a los latinos sobre este tema tan importante para nuestra comunidad. Él ha sido ciego al dolor de las 1,100 deportaciones que nuestras comunidades enfrentan todos los días y la angustia que nuestras familias sienten cuando perciben que están siendo usados como peones políticos.

Aquí hay que destacar que Obama es ante todo un político, frio y calculador, que sabe hacer uso del arte de la demagogia para impactar en la sensibilidades de la gente, especialmente cuando se trata de una comunidad, que como la latina, ha sido incapaz de materializar de manera efectiva y bien organizada todo su poder político, y en su lugar se ha aliado y prestado a las manipulaciones de un partido -el Demócrata- que más se ocupa en legislar a favor de los intereses de la elite capitalista que en favor de las clases más necesitadas.

¿Qué hacer al respecto? ¿Cómo podemos asegurar que el apoyo de la comunidad con el mayor crecimiento demográfico no sea dado por sentado por los demócratas, que pretenden ser nuestros aliados, pero a menudo frustran nuestras esperanzas de cara a la más mínima presión política? Estas son interrogantes que la activista le plantea a los 24 millones de latinos con derecho al voto. De acuerdo a lo expresado por ella, no hay respuestas obvias o incluso satisfactorias, pero una cosa es clara: Hemos recibido una bofetada en la cara demasiadas veces por este presidente. Y probablemente no será la última: Obama tiene un largo historial de traicionar a los latinos -y es anterior a sus días en la Casa Blanca. Lo he visto de cerca.

Según nuestra opinión, el problema radica en la falta de una organización política sólida que aglutine a todos los sectores que componen la comunidad hispana en general y que cuente sobre todo con líderes auténticos, progresistas y consecuentes que trabajen en torno a la solución de aquellos problemas reales y concretos que afectan la vida diaria de la comunidad. Pero además se necesita que esos líderes no solo reúnan esas condiciones sino que también sean capaces, y lo más importante, que estén desvinculados o que no se presten a las maquinaciones políticas de Demócratas y Republicanos para quienes el voto y la población latina solo son importantes en tiempo de elecciones. Obviamente no será fácil llegar a este nivel de organización política, pero si después de tantas frustraciones no se hace un serio esfuerzo en esa dirección, de nada servirá contar con tan enorme potencial político si no se tiene la capacidad de hacer valer su peso e influir de manera efectiva y directa en las políticas de la administración pública y que son de vital interés para la comunidad latina.

El fracaso de la reforma migratoria es un hecho consumado, pues es muy difícil que Obama logre en dos años lo que no pudo en sus primeros seis años como presidente. Por otra parte la magnitud de los conflictos mundiales a los que tendrá que hacerle frente y la disminución de su poder político a nivel interno, conspiraran contra cualquier posibilidad de aprobar alguna medida que solucione aunque sea en parte el problema de la legalización de los indocumentados. 

Todo esto y la última acción de Obama debe ser tomado muy en serio por las organizaciones y líderes pro inmigrantes quienes ya no deben seguir haciéndose ilusiones y más aun aliándose con los políticos de turno, como los actuales demócratas, que al igual que los republicanos están inmersos en el corrupto mundo de la política de Washington donde las decisiones se toman, no en base a los intereses del público en general, sino de acuerdo a lo que dicten los grandes grupos del poder económico y político.

Si esta última bofetada de Obama no sirve para hacer despertar al conglomerado latino entonces hay que conformarse con seguir siendo los peones en el juego de los políticos de Washington.

Publicado por LaQnadlSol
USA.

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