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En Texas también se abre paso el separatismo


Todos los ojos están puestos en Escocia. El referéndum del venidero 18 de septiembre que va a determinar el futuro del país, no solo se sigue con especial interés en Gran Bretaña, sino que ha trascendido fronteras. 

Hay dos lugares en el mundo que están prestando mucha atención a la aventura escocesa: uno de ellos es Cataluña en España, el otro es el estado deTexas en Estados Unidos.

Y es que ambos comparten la misma aspiración; una consulta que les permita elegir su destino (aunque el estado del sur de EE.UU. aún no se ha pronunciado tan explicítamente). 

Si bien, tanto en el caso escocés como en el catalán tendrían muchos problemas que garantizaran su viabilidad como estados independientes, no ocurre lo mismo con Texas, que goza de una saneadísima economía y unos amplios recursos que le garantizarían una supervivencia cómoda.


Las tentativas han sido varias a lo largo de los últimos años. Ya en 2009 el gobernador republicano Rick Perry lanzó la idea de una posible secesión, algo que fue bien recibido entre la población y que tiene miles de seguidores. De hecho en 2013 se organizó una campaña de recogida de firmas que consiguió 125.000. Una cifra que comparada con los habitantes del Estado -27 millones- puede parecer nimia, pero que hay que tener muy en cuenta.

Los enfrentamientos entre Texas y el resto del país vienen de lejos. Que el estado tenga frontera con México ha provocado que se creen numerosas milicias que intentan evitar con violencia que los inmigrantes crucen la frontera. Acusan al Gobierno de no tener suficiente mano dura y van armados hasta los dientes, entorpeciendo en muchas ocasiones la labor de la Patrulla Fronteriza.

Esto ha provocado arduas tensiones y no es la primera vez que los texanos se oponen a medidas gubernamentales. Los casos son bastantes a lo largo de los últimos tiempos.


Muchos cada vez se preguntan con más fuerza ‘Si Escocia puede, ¿por qué nosotros no?’. Y es que la realidad es que Texas sería un auténtico coloso como país independiente. Automáticamente se convertiría en la decimotercera economía del mundo, con un PIB bastante similar al español y con unas empresas fuertes y capaces de plantar cara a nivel internacional.

Sin embargo, en el otro lado de la balanza asustan varias cuestiones como el dejar de recibir fondos federales que le obligarían a poner impuestos a las empresas; el tener que crear un Ejército, ya que no podría depender del de Estados Unidos; o el hecho de que sin sus votos, los republicanos tendrían muy difícil volver a la Casa Blanca, ya que los 38 que aporta Texas son un seguro de vida para el partido conservador.

Por eso Escocia y en menor medida Cataluña (con su posible referéndum del 9 de noviembre) son dos buenas piedras de toque para que este estado vea posibles caminos por los que tirar. Si a los escoceses la andadura independentista les sale bien, muchos otros lugares en el mundo se cargarán de argumentos para seguir su senda.

Uno de ellos por supuesto será Texas, que ya hace números y busca la forma de encontrar la puerta de salida de Estados Unidos. Solo el tiempo dirá si lo consigue.

(Tomado del blog Gaceta Trotamundos de Yahoo)

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