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El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

El festín de los ineptos

Cuartel general de la USAID, dónde los ideas fracasadas hacia Cuba proliferan. (The Guardian)

Subversión ideológica. Uno de los principales instrumentos que utiliza el gobierno de Estados Unidos en su guerra contra Cuba. 

Es una acción encaminada a fomentar que algo deje de marchar con normalidad, a desviarlo de sus propósitos y objetivos, a promover desorden, perturbación, indisciplina.


Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID): Agencia gubernamental que se autodefine como organización no gubernamental, aunque es uno de los instrumentos de la Casa Blanca que utiliza los servicios de inteligencia para obtener información sobre países de la región e influir en su política interna y externa.


 Desde 1961, es la agencia principal de intervencionismo directo de Estados Unidos en las naciones, y desde entonces ha distribuido millones de dólares en "ayudas" militares y económicas a los países donde ejerce su dominio en protección de los intereses norteamericanos.

EEUU invierte mil millones de dólares anualmente en las operaciones supuestamente “humanitarias” en Latinoamérica y el Caribe de su llamada Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).


Cuando en abril pasado la agencia Associated Press reveló el ya mítico “Twitter cubano”, conocido como ZunZuneo, con el que el gobierno de Estados Unidos pretendía impulsar -a través de la telefonía móvil- el cambio de régimen en Cuba, uno de los titulares más reveladores con que la prensa estadounidense trató el tema fue “Bay of tweets”.

La alusión, nada indirecta, al fracaso de la invasión organizada por la CIA en 1961 a través de Bahía de Cochinos (Bay of pigs) marcaba la pertenencia de ZunZuneo a la larga saga de planes para derrocar el gobierno cubano en que Washington ha despilfarrado dinero y prestigio por más de cinco décadas.

Este lunes resonó en la prensa estadounidense y mundial otra revelación: EE.UU. contrató -a través de la Agencia de Estados Unidos para la Ayuda al Desarrollo (USAID)- el envío a Cuba de jóvenes latinoamericanos para fomentar con ellos agrupamientos en función de una rebelión política. USAID negó se tratara de “acciones encubiertas” pero los enviados recibieron indicaciones para enmascarar sus acciones a través de programas vinculados a la promoción de salud y codificar sus comunicaciones, además de mantener a los cubanos involucrados al margen de los objetivos del plan.

Otra vez, procedimientos típicos de organizaciones represivas fueron utilizados en nombre de la democracia: Los cubanos contactados -como sucedió con el ZunZuneo- fueron emplantillados y se les realizaron perfiles de acuerdo con sus características personales y políticas sin su conocimiento.

En Estados Unidos, tres cosas han llamado particularmente la atención: El comienzo de las acciones de este plan encubierto para organizar una rebelión juvenil cuando acaba de ser apresado en Cuba el “contratista” de la USAID Alan Gross por participar en la implementación de una red de telecomunicaciones que servía a los mismos objetivos de cambio de régimen; el descrédito provocado a las acciones que hace USAID en otras partes del mundo; y la poca preparación de los enviados que llevó a Fox News a describir la operación como “our kids in Havana” mientras el senador Patrick Leahy -quien fue muy duro con el director de USAID en la audiencia que analizó ZunZuneo- reclamaba que la próxima vez “envíen un adulto”.

En la política estadounidense hay una ley no escrita que ilumina desde Bahía de Cochinos hasta estas acciones de la USAID, pasando por el Watergate, el Irán-Contras y los cientos de atentados fallidos contra Fidel Castro: cada vez que Washington se asocia al llamado exilio cubano termina pagando un alto costo que ha llegado hasta provocar la renuncia del presidente de la nación.

 No por gusto, tanto ahora como con ZunZuneo, las únicas voces que se han alzado para defender esos proyectos -además de las explicaciones contradictorias y defensivas de la propia USAID y el Departamento de Estado- han sido las de los congresistas vinculados a la mafia obsesionada con el fin de la Revolución cubana.

¿Aprenderá el gobierno de Estados Unidos de estos nuevos fracasos o su política hacia Cuba seguirá siendo el festín de los ineptos? La historia indica que lo más probable es lo segundo.

 Este mismo mes se conoció de la asignación de 400 000 dólares adicionalespara Piramideo, una versión de ZunZuneo operada directamente por la gubernamental Oficina de Transmisiones hacia Cuba, la misma que durante casi treinta años fracasó en las emisiones de radio y televisión Martí para derrocar al gobierno cubano.

http://www.cubahora.cu/politica/el-festin-de-los-ineptos

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