latribuna.hn/ / Padres de familia, personal docente y alumnos del Instituto José Trinidad Reyes (JTR) de San Pedro Sula, se muestran preocupados, ya que la ola de violencia que impera en la zona norte, ha acabado con la existencia de tres estudiantes de ese colegio, en menos de un mes.
Aún no se tiene indicios del por qué habrían acabado con la vida de los amigos dentro de este vehículo.
El temor aumenta cada minuto que pasa, pues los padres mantienen la zozobra de no saber si sus hijos van a regresar sanos y salvos a sus casas.
Sin embargo, nadie da una explicación concreta del por qué habrían acabado con la vida de los tres alumnos.
La última víctima es Ivis Ernulfo Nieto, quien fue ultimado el domingo anterior, cuando se conducía en un turismo color gris, en compañía de Saúl Antonio Reyes Enamorado (34), quien también perdió la vida, en la colonia San Juan de Lomas del Carmen.
Mientras que el conductor del vehículo quien fue identificado como José Luis Orellana Vásquez, resultó gravemente herido, por lo que fue trasladado a un centro asistencial.
Orellana Vásquez y Nieto, regresaban de una cancha de fútbol, pero en el trayecto se encontraron con Reyes Enamorado, a quien le dieron aventón.
En el trayecto, fueron interceptados por desconocidos, quienes les dispararon en reiteradas ocasiones.
Conocidos de Nieto, manifestaron que este se ganaba la vida vendiendo verduras y también estudiaba en JTR, pero no especificaron qué.
Los otros infortunados que perecieron en días anteriores y que también estudiaban en el reconocido instituto sampedrano, son Ariel Enrique Cruz Domínguez (17) y José Abraham Rodríguez Castellanos (19).
Cruz Domínguez, fue hallado ultimado el miércoles anterior, dentro de bolsas plásticas color negro, en las cercanías del Estadio Olímpico Metropolitano.
Al momento del reconocimiento de ley, el joven vestía una camiseta con el logotipo del JTR y portaba una mochila color negro, en la que se le encontró una chimba.
Familiares del joven detallaron que este tenía tres días de haber desaparecido, pero desconocen el por qué le quitaron la vida.
“Él era un excelente estudiante, llevaba buenas calificaciones, los criminales le dejaron la chimba para hacerlo pasar como delincuente, pero él no andaba en malos pasos”, expresaron los dolientes.
Mientras que 23 de mayo pasado, Rodríguez Castellanos, apareció en similares circunstancias que Cruz Domínguez, en el bulevar del este de San Pedro Sula.
El muchacho vestía el uniforme del colegio y presentaba golpes, así como signos de haber sido torturado.
Los responsables de haberle quitado la vida, le ataron las manos y pies, pero también elaboraron un torniquete con un pedazo de tubo de metal que le colocaron en el cuello.
Rodríguez Castellanos, desapareció cuando se dirigía a su casa, luego de haber visitado a su novia que reside en la colonia Satélite.
En las cercanías de su vivienda, apareció abandonado el microbús en el que laboraba como motorista y que era propiedad de su familia.
El ahora occiso cursaba el tercer año de mercadotecnia, pero sus sueños de llegar a ser un gran profesional, fueron truncados.
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