Quedan pocas horas para que abran los colegios electorales en Donetsk y Lugansk, mientras el Ejército mantiene su operación en el sureste. Decenas de voluntarios se afanan en preparar una consulta que -así lo creen- ayudará a evitar una guerra civil.
¿Que por qué soy voluntaria? Eso viene del corazón.
Quiero que mi república tenga futuro. Si no lo hago yo, ¿quién lo hará entonces?
Solo tengo que ir y hacerlo", dice Irina, una mujer de Donetsk, que lleva trabajando 5 semanas para que este domingo se pueda celebrar el referendo, pues tiene claro que la consulta popular es una alternativa para evitar una guerra civil y decidir el destino de su pueblo.
En juego está aprobar o rechazar la independencia de dos regiones del este del país, Donetsk y Lugansk. La consulta ha sido convocada por los activistas que asaltaron los edificios gubernamentales hace más de un mes para mostrar su rechazo al nuevo Gobierno autoproclamado de Kiev.
El referendo ha concitado la atención de muchas miradas. "Llegará un montón de gente.
Ya están acreditados más de 400 periodistas. Está claro que no vienen aquí para ver una farsa; nuestro referendo atrae no menos la atención que el campeonato de fútbol europeo que se celebró precisamente aquí", dice a RT Román Laguin, presidente del Comité electoral de Donetsk.
Desde el primero momento el camino de esta consulta popular ha estado plagado de trabas.
El nuevo Gobierno de Kiev rechaza su legitimidad, mientras que Estados Unidos y la Unión Europea tampoco lo aprueban. Hace unos días Moscú también aconsejaba posponerlo.
Mientras tanto, los autodefensas de Lugansk y Donetsk reconocen que no solo en el ámbito político están los obstáculos de esta consulta. "Nuestras preocupaciones principales son la enorme falta de tiempo y las posibles provocaciones", dice Laguin.
En algunas ciudades las condiciones para votar están lejos de ser ideales. Hace solo un día en Mariúpol, al sur de Donetsk, el Ejército ucraniano entró en la ciudad. Mientras tanto, los alrededores de la ciudad de Slaviansk permanecen cercados por las tropas de Kiev.
Paralelamente, ya se ha confirmado la ausencia de observadores internacionales.
"El referendo se celebrará e, independientemente de la cantidad de gente que acuda, ya todos saben cuál será el resultado.
Y es altamente probable que tras anunciar ese resultado, sabremos que ya nos encontramos en otro país, en otra república", dice Tatiána, ciudadana de Donetsk.
Los organizadores de esta consulta confían en que se registre una alta participación y anuncian que los resultados se darán a conocer en menos de 24 horas después del cierre de los colegios.
Los pocos carteles que hay sobre el referendo en las calles de Donetsk dejan a las claras el maniqueísmo político que existe en Ucrania. Un reflejo más de que la grieta entre el este del país y Kiev es cada vez mayor.