Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

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EEUU monta un show contra hackers del ejército chino.


Echar una cortina de humo sobre el espionaje masivo de la NSA.

El cartel que han sacado los EEUU con el retrato de los 5 chinos acusados de ciberespionaje bajo el célebre "Wanted" como en el lejano oeste, no tiene antecedentes. 

China tiene una unidad militar de ciberespionaje y nunca lo ha ocultado. 
Lo que hacen sus miembros es obviony primario: hackear los correos de empresas para leerles los mails. 

Una nimiedad comparado con el espionaje masivo de la NSA y la CIA sobre decenas de jefes de Estado y centenares de millones de personas.

 A nuestro juicio, está claro que la alharaca montada por Washington pretende difuminar y como objetivo de mínima contrapesar la gravedad de las denuncias de Snowden, un héroe cívico global.

China y Estados Unidos, enfrentados por el ciberespionaje

Cinco empresas americanas denuncian la filtración de datos sensibles que hacen peligrar sus negocios. Se trata de compañías con intereses en energía y acero. 

Estos casos reavivan el debate sobre la consolidación del poder online y los intereses económicos privados de ambos países

Las compañías afectadas son SolarWorld, dedicada a las placas solares y tres empresas de acero -US Steel, Alcoa y Allegheny Technologies-, y un sindicato metalúrgico americano. Según la justicia estadounidense, los cinco soldados chinos pertenecientes a una unidad especial del ejército se enfrentan a cargos de espionaje. Se trata de la primera vez que Estados Unidos acusa de este tipo de delitos a oficiales extranjeros. 

En concreto se acusa a los soldados chinos de crear falsas webs en las que se debía ingresar el correo electrónico. De este modo colaban virus en los ordenadores de los trabajadores de las distintas compañías y accedían a información privilegiada de las empresas. 

Por ejemplo, a los emails que intercambiaban en el sindicato United SteelWorkers durante una negociación entre éstos y empresas chinas. 

En el caso de SolarWorld, a China le interesa saber qué ocurre en las entrañas de la compañía ya que está apostando fuerte por exportar sus propias placas solares a precios bajos en el mercado global. 

Y en cuanto a las empresas de acero, uno de los puntos clave es conocer cómo producir un acero de alta calidad, algo en lo que Estados Unidos destaca.

Buenas relaciones pero con puntos de conflicto

Este choque se une a una serie de desencuentros en otros ámbitos entre Washington y Beijing, como son el de derechos humanos, militar y el reclamo de China de territorios marítimos frente al reclamo de Japón o Filipinas, ambas cercanas por intereses a Estados Unidos. 

De momento, tanto los diplomáticos chinos en Estados Unidos como desde China, han expresado su enfado y han devuelto la acusación remitiéndose al espionaje americano hacia los líderes internacionales, con casos como los documentos hechos públicos por Snowden a través de WikiLeaks.

 La que está convirtiéndose en la principal potencia mundial comenta que se está aplicando un doble estándar injusto. 

Este mismo martes, tan sólo un día después de saberse la sentencia a nivel mundial, China califica de "hipócrita" el comportamiento de Estados Unidos, y pide que se retiren los cargos. 

Cui Tiankai, embajador chino en el país, ha declarado ante los medios internacionales que las acusaciones son "pura ficción y totalmente ridículas". 

La portavoz del departamento de Estado americano, Jen Psaki, ha declarado públicamente que se trata de un refuerzo de la ley americana, no de una medida contra el Gobierno chino, y que no debe afectar a las relaciones entre ambas naciones.

Sin embargo, a pesar de que la sentencia ya fue dictaminada hace tres semanas en Pensilvania, no se ha anunciado hasta este lunes. 

Puede ser que una de las razones de peso sean que, a pesar de querer aplicar la ley americana y proteger los intereses de sus empresas nacionales, China no deja de ser el poseedor de gran parte de la deuda americana. 

En concreto, posee más de 1,27 trillones de dólares, según datos el departamento de Tesoro. 

China ha reaccionado además con acciones, y ha detenido la colaboración en asuntos cibernéticos con Estados Unidos. 

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