Pablo Gonzalez

Indocumentados describen horrores de las “hieleras”

Varios inmigrantes están detenidos en una de las celdas llamadas “hieleras”, en el centro de detención Brown Field en San Diego, California.

Lo que más recuerda Sofía sobre su estancia en una pequeña celda de un centro de detención para inmigrantes cerca de la frontera con México es el frío que hacía. 

Pero también recuerda que siempre tenía hambre, y que no podía tomar una ducha o cambiarse de ropa.

“Fue un trauma”, dijo Sofía en una entrevista con el Nuevo Herald. “Fue como una tortura”.

Sofía, que no quiso que se publicara su apellido, es una de cientos, o quizás miles, de inmigrantes indocumentados que han estado retenidos durante días en pequeñas celdas de los centros de detención de inmigrantes a lo largo de la frontera mexicana, y que se han quejado de las condiciones en las instalaciones. 

Después de una estancia de varios días en los centros de detención de la zona fronteriza, algunos de los inmigrantes son transferidos a instalaciones más cómodas en otras partes del país, incluyendo el centro de detención para inmigrantes en Pompano Beach conocido como Broward Transitional Center o BTC, por sus siglas en ingles.

Sofía, de 27 años, es una de más de 200 detenidos que los abogados de la organización de derechos de los inmigrantes con sede en Miami, conocida como Americanos Pro-Justicia Inmigrante, han encontraron en BTC desde el año pasado.

 Las entrevistas con los detenidos han aportado pruebas sobre las condiciones en los centros de detención de la zona fronteriza, ampliamente conocidos en español entre los inmigrantes como “hieleras”, debido a las bajas temperaturas causadas por el aire acondicionado que funciona a todo poder.

Por lo general, los activistas de inmigración y ex detenidos describen las celdas como pequeños cuartos que solo tienen un inodoro y un lavabo, pero no tienen ducha ni cama ni donde los detenidos puedan cambiarse de ropa. Por otra parte, Sofía dijo que los detenidos siempre pasan hambre porque solo solo reciben tres sándwiches de mortadela: uno para el desayuno, otro como almuerzo y otro en la cena.

Las condiciones en las celdas de detención de la zona fronteriza se han convertido en blanco de críticas para los activistas y abogados de inmigración. Americanos Pro-Justicia Inmigrante ha presentado una queja formal en contra de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), la agencia migratoria del Departamento de Seguridad Interna (DHS) que opera las instalaciones. 

Por otra parte, dos legisladoras federales, la senadora Barbara Boxer y la representante Lucille Roybal-Allard, ambas demócratas de California, han introducido proyectos de ley para mejorar los estándares de detención de CBP en las instalaciones de la zona fronteriza.

Joseph Anderson, director de litigios de Americanos Pro-Justicia Inmigrante, destacó el caso de Sofía así como otros casos similares de indocumentados que soportaron las condiciones en los sitios de detención de la franja fronteriza que parecen diseñadas para detener a personas por solo unas horas, no días.

“No están diseñadas para que la gente pueda quedarse por un tiempo largo,” dijo Anderson. “De acuerdo con las propias normas de CBP, lo ideal es que los detenidos deben estar ahí no más de 12 horas. De hecho, lo que sucede es que están manteniendo a las personas en estos lugares durante días a la vez”.

Sofía dijo que pasó 13 días en tres celdas diferentes en un centro de detención de la zona fronteriza.

Mohammad Abdollahi, un joven iraní, dijo que estuvo menos de 24 horas en una celda similar en un centro de detención en Arizona, al norte de la frontera con México en el 2012. Abdollahi luego fue liberado y se reubicó en el sur de Florida, donde pasó a ser un prominente activista de inmigración con el grupo National Immigrant Youth Alliance o Alianza Nacional de Jovenes Inmigrantes (NIYA, por sus siglas en ingles). Abdollahi ha regresado a Arizona y ahora es líder del grupo DreamActivist, que trata de persuadir al gobierno federal para que permita que los inmigrantes que han sido deportados puedan regresar al país si tienen parientes cercanos en Estados Unidos.

“Lo que me acuerdo era que el cuarto estaba sumamente frío”, dijo Abdollahi. “Había 60 personas en la habitación y aun así se sentía frío, porque el aire acondicionado estaba prendido todo el tiempo, sin detenerse”.

Anderson dijo que los activistas creen que las celdas son deliberadamente mantenidas heladas, y los inmigrantes deliberadamente incómodos, como táctica para presionarlos a firmar documentos que permiten a las autoridades deportarlos rápidamente.

“Nuestra opinión es que lo hacen a propósito”, dijo Anderson. “Nuestros clientes dicen que los funcionarios de CBP les han dicho que los ponen en las hieleras y que se van a quedar ahí hasta que aprendan que no deben venir a este país, o hasta que se comprometan a irse de inmediato”.

La oficina en Miami de CBP no emitió comentarios sobre las hieleras. Pero funcionarios de CBP en estados a lo largo de la frontera han negado que las condiciones en las celdas sean malas o que se mantengan deliberadamente frías.

Andy Adams, portavoz de la Patrulla Fronteriza, dijo a Los Angeles Times en diciembre que las celdas se mantienen a 70 grados y que se proporcionan mantas a los detenidos si las solicitan.

 Por separado, un portavoz de CBP fue citado diciendo: “Nuestros agentes y funcionarios cuidan con esmero proporcionar la comodidad y el bienestar de las personas bajo nuestra custodia, y nuestras instalaciones están diseñadas y mantenidas de acuerdo con las leyes y políticas aplicables”.

A pesar de las negativas de CBP, docenas de inmigrantes indocumentados entrevistados por el Nuevo Herald y otros medios, así como por abogados y activistas de inmigración, describen las condiciones en las hieleras de forma coherente y consistente.

Además, cada vez más indocumentados cuentan historias similares, porque se ha desatado una nueva oleada de inmigrantes centroamericanos a través de la frontera con México luego de varios años de disminución en el número de detenciones fronterizas..

De acuerdo con cifras de la Patrulla Fronteriza, los agentes detuvieron a más inmigrantes indocumentados a lo largo de la frontera en el año fiscal 2013 —414.397— que en cualquiera de los dos años fiscales anteriores —327,577 en el 2011 y 356,873 en el 2012.

Sofía fue una de los más de 400,000 indocumentados que cruzaron la frontera en el 2013.

En general, los indocumentados mexicanos son devueltos a su país en cuestión de horas o días. Pero los centroamericanos, como Sofía, no pueden ser deportados de inmediato y generalmente son entregados a la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE), que se ocupa de las deportaciones por avión.

Una vez que los centroamericanos son entregados a ICE, la agencia les transfiere a sus propios centros de detención —incluyendo BTC en Pompano Beach, donde las condiciones son de mayor comodidad.

Después que Sofía fue trasladada a BTC, fue entrevistada por personal de Americanos Pro-Justicia Inmigrante cuyos abogados la representan ahora.

 Fue puesta en libertad y ahora está pidiendo asilo.

MIAMI HERALD

Related Posts

Subscribe Our Newsletter