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Tareq Radi, frente a la casa de sus bisabuelos en el año 2013, Deir Yassin (foto: Dina Elmuti) (Foto: Dina Elmuti) |
El 9 de abril de 1948, mucho antes del amanecer, el tranquilo pueblo de Deir Yassin se despertó con el sonido de los disparos cuando las organizaciones genocidas sionistas conocidas como Stern e Irgun invadieron el lugar.
Rápidamente las fuerzas sionistas habían entrado en nuestra casa.
Mi Tatarabuela y sus nietos fueron obligados a presenciar como un comando femenino acribillaba el cuerpo de mi tío-abuelo a balazos.
Nuestra casa se había convertido para siempre en su tumba y los recuerdos felices habían desaparecido tan rápidamente como su último respiro.
Uno a uno, los hombres de la aldea fueron ejecutados y las mujeres capturadas. Horas más tarde, mi tía abuela de seis años, Naziha, finalmente se reunió con su madre, cargando la tarea de entregar el destino siniestro de su abuela y su hermano menor.
Como cualquier madre, mi bisabuela se negó a aceptar su destino sin confirmarlo, gritó y suplicó a los soldados para que la llevaran donde su hijo. Finalmente, un soldado se lo concedió.
Llegó a la calle donde vivía su familia, sólo para descubrir el cuerpo ensangrentado de su madre y el de su hijo de dos años de edad, inmóvil junto a ella. Su joven cuerpo frágil e inmaculado.
Cuando mi bisabuela tomó su pequeña mano, el soldado sionista apuntó su arma hacia ella ordenándole abandonar a su hijo o ser fusilada.
Hasta el día de hoy no sabemos si mi tío Omar fue sido asesinado o le dejaron morir en el lugar.
Por la tarde nuestra aldea había sido destruida, nuestras mujeres humilladas, y habíamos perdido a cuarenta y dos miembros de nuestra familia.
El Primer Memorial para Deir Yassen en los Estados Unidos, Lago Seneca en Ginebra, Nueva York. Artista Khalil Bendib
El 9 de abril de 1948, un día como hoy pero hace sesenta y seis años, las bandas Stern e Irgun, sin diálogo alguno, sin preguntas, masacraron nuestro pueblo.
Una vez, en 1967, mi familia tuvo que vivir el desarraigo, cuando Jericó fue capturado por las fuerzas sionistas. Los colonos que ocuparon la casa de mi madre no ‘dialogaron’ mientras sacaban los retratos familiares de la pared.
Hoy, soy recibido con críticas hostiles al negarme a normalizar relaciones con quienes insisten en beneficiarse de la desposesión de mi pueblo y el más trágico evento de mi historia familiar.
Mi padre es de un pueblo llamado Kufr'Ana cerca de la ciudad de Jaffa.
Mi madre es de la aldea de Deir Yassin, un municipio de Jerusalén.
Yo nací en East Brunswick, Nueva Jersey...
A pesar de mi despojo, anhelo el dulce néctar de la justicia, como el de una naranja de Jaffa, hasta entonces mis adversarios sólo recibirán el amargo sabor de la almendra Yassini.
Acerca de Tareq Radi: Tareq Radi es un organizador palestino-estadounidense con sede en Washington, DC y miembro fundador de los estudiantes de la GMU Contra el Apartheid Israelí (SAIA).
Él tiene una licenciatura en Finanzas de la Universidad George Mason, y espera a la investigación política económica de Palestina.
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