Pablo Gonzalez

Ocho consejos para mejorar la habilidad de hablar en público


A lo largo de la historia, el poder de la oratoria se ha utilizado siempre como una de las formas más importantes para influir en otras personas. 

Hoy en día, no es tan diferente.Saber comunicarse es una de las habilidades que las empresas más buscan en los profesionales.

"¿Quién habla de forma bien articulada y con sensatez, puede defender mejor sus ideas, productos o servicios e influir positivamente en las personas", dice Stephen Lucas, profesor de comunicación en la Universidad Estatal de Pennsylvania, EE.UU, y autor del libro "El Arte de hablar en público”, que fue lanzado por Bookman Publisher. 

Él insiste en que esta habilidad mejora el desempeño profesional en las entrevistas de trabajo, reuniones, negociaciones y en las relaciones interpersonales.

Sin embargo, hablar en público es algo que todavía asusta a muchas personas. 

No son pocos los que se sienten acorralados cuando, en algún momento, se les plantea que deben exponer ante otras personas. 

Para enfrentar esto, el experto enumera ocho consejos que pueden facilitar y mejorar la capacidad de hablar en público. 

1. Utilizar el nerviosismos a su favor:

Si se siente tenso cuando habla en las entrevistas de trabajo, reuniones y presentaciones, entérese que a la mayoría de los grandes empresarios y voceros les pasa lo mismo. El secreto es usar esta tensión a su favor, convirtiéndolo en lo que los psicólogos llaman nerviosismo positivo. Así, es posible controlar y retirar las fuerzas de ese sentimiento, dejando de ser una víctima.

2. Aprender a escuchar:

La mayoría de las personas escucha de forma pasiva, sin efectivamente absorber el contenido. Para ser un oyente activo, es necesario desarrollar ese hábito con entrenamiento y disciplina. Algunas acciones pueden ayudar: debe existir un esfuerzo por comprender el punto de vista del orador; es conveniente no interrumpir ni concluir las frases anticipadamente; no hay que dejarse distraer por las interrupciones internas o externas; y no es bueno juzgar al interlocutor.

"El enfoque es otro elemento esencial en un buen oyente. Pensamos más rápido de lo que escuchamos, por lo que es fácil dejar escapar nuestra atención", dice el experto. Él explica que una buena manera para mantenerse centrado es tratar de predecir lo que viene a continuación, con cuidado de no mencionar las conclusiones de forma precipitada. También es conveniente revisar lo que dijo el orador y confirmar si realmente se entendió.

3. Desarrollar el pensamiento crítico:

A veces las personas sienten que tienen la información correcta, que el argumento del otro está equivocado, pero no pueden expresarse de manera efectiva. La pregunta es:hablar bien requiere aprender a pensar bien, para tener la capacidad para organizar y ver con claridad la relación entre las ideas. Actividades como la lectura, ejercicios de pensamiento crítico e interpretación de textos y conferencias ayudan a desarrollar el pensamiento crítico. Así, es posible aprender a identificar las debilidades en el otro argumento para evitarlos en sus propios argumentos.

4. Usar ejemplos: 

Los ejemplos ayudan a aclarar y reforzar las ideas. Estas transforman ideas abstractas en concretas y comprensibles a los oyentes. Ensayar la narración con ejemplos largos es una buena manera de hacerlos más interesantes, porque estas son como historias y dependen tanto de su relato como de su contenido. 

“Las personas en general son más influenciables mediante ejemplos claros y personales”. Pero los ejemplos que aportan datos estadísticos también pueden ser útiles en ciertos momentos", dice Lucas.

5. No ser etnocéntrico:

Vivimos en los diversos ámbitos de nuestra vida con personas de diferente ascendencia, culturas y religiones. Esto requiere cuidado con la creencia de que nuestro grupo o cultura es superior a los demás, denominada etnocentrismo. En consecuencia, se deben evitar las comparaciones que identifican un grupo como mejor que otros. Para ser un comunicador persuasivo en un mundo multicultural, es necesario tener en cuenta que las personas tienen diferentes creencias y costumbres.

6. Planificar: 

Siempre planifique lo que hablará en ocasiones importantes, como entrevistas, reuniones, negociaciones y presentaciones. Organice sus oraciones de la forma más objetiva, para decidir a dónde quiere llegar con cada una. También es importante definir las etapas de su discurso: principio, medio y fin deben estar bien divididos. Otro punto clave es prepararse para posibles preguntas sobre sus argumentos.

7. Ser ético:

Cuando exponemos una idea, asumimos la responsabilidad por ello. Por lo tanto, es importante evaluar si sus argumentos tiene una base ética. 

¿Cree usted en lo que dice? ¿sus frases son coherentes con el bienestar de los demás? En entrevistas de empleo o negociaciones, por ejemplo, es importante encontrar el equilibrio para vender su trabajo o producto/servicio con la verdad.

 No es novedad que mentir en estas instancias puede traer consecuencias bastante negativas, pues la verdad siempre acaba saliendo a la luz.

8. Prestar atención al idioma: 

Durante la conversación o la charla, el lenguaje debe ser preciso y claro. Para usar las palabras correctamente, reflexione sobre lo que se quiere decir exactamente. 

El diccionario es un buen aliado en ese caso. Utilizar palabras familiares, correctas y evitar las redundancias, puede ayudar a dejar las frases más claras y ser inmediatamente comprendidas por los oyentes.

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